What a cliché! [minchan]

La hora de educación física terminó, y Minho, como todos, estaba agotado. Decidió ir primero a los vestuarios para cambiarse, deseando que el calor del gimnasio y la fatiga de la clase desaparecieran de una vez. Empujó la puerta del vestuario y, antes de entrar, vio una escena que lo detuvo por completo.

Justo fuera del vestuario, a unos pasos de la puerta, Chris estaba besando a Lisa. La misma chica que había visto en la fiesta, la misma con la que se había mostrado tan cercano, ahora entregándose en un beso con Chris. Minho se quedó paralizado por un momento, observando la escena sin saber qué hacer, sintiendo una mezcla de incomodidad y algo que no lograba identificar.

Chris y Lisa no parecían darse cuenta de la presencia de Minho hasta que, finalmente, Lisa se separó un poco, dándose cuenta de que alguien los observaba. Su rostro se sonrojó al instante al ver a Minho, y, avergonzada, dio un paso atrás.

—¡Oh! —exclamó Lisa, evitando mirar directamente a Minho—. Lo siento, Minho... Yo... me voy.

Sin más, Lisa se alejó rápidamente, dejando a Minho solo con Chris, quien no parecía muy sorprendido de ver a Minho allí. De hecho, ni siquiera se molestó en saludarlo o decir algo.

Minho, aún algo atónito, se quedó en silencio, viendo cómo Lisa desaparecía en la distancia. Había algo en esa imagen que le provocaba una sensación incómoda. Sabía que Chris era un mujeriego, que siempre estaba con diferentes chicas, pero ver esa escena tan cerca de él, justo antes de entrar al vestuario, lo hizo sentir algo que no podía identificar completamente.

Finalmente, Chris, al notar que Minho no decía nada, se estiró un poco, ajustándose la camiseta, y soltó un suspiro.

—¿Tienes algo que decir, Minho? —preguntó con su tono indiferente, como si no fuera nada importante.

Minho, por un momento, no supo qué responder. La rabia y la incomodidad seguían ahí, pero no podía dejar de pensar en la escena que acababa de presenciar. En lugar de reaccionar de manera impulsiva, optó por no decir nada.

—No —respondió finalmente, intentando mantener la calma—. No me importa.

Chris lo miró durante un segundo, pero luego simplemente se encogió de hombros, sin mucho interés.

—Claro —dijo con desdén, antes de alejarse hacia el vestuario, dejándolo solo nuevamente.

Minho, aún con la mente agitada, se quedó allí por unos momentos más, tratando de procesar lo que acababa de ver. Sabía que debía ignorarlo, que no debía dejarse afectar por las actitudes de Chris, pero esa sensación incómoda seguía presente. Lo que no entendía era por qué, a pesar de todo lo que odiaba de él, no podía dejar de sentirse molesto y, a la vez, curioso por las acciones de Chris.

Finalmente, Minho entró al vestuario, tratando de borrar esa imagen de su mente. Pero, aunque se esforzara por hacerlo, sabía que esa escena no se iría tan fácilmente.

Minho, aún con el malestar de lo que acababa de ver, se apresuró a cambiarse en el vestuario. El sudor le empapaba la espalda, pero no era solo el agotamiento físico lo que lo dejaba inquieto, sino la escena con Chris y Lisa. Sus pensamientos seguían dando vueltas en su cabeza, pero, para intentar calmarse, se concentró en su rutina y en cambiarse lo más rápido posible.

Cuando terminó, agarró su mochila con un suspiro y salió del vestuario. Intentaba no pensar demasiado en lo sucedido, pero su mente no dejaba de traer a Chris y a la imagen de él besando a Lisa. Necesitaba despejarse.

Justo cuando salió al pasillo, vio a Félix esperándolo. Su novio le sonrió con esa sonrisa cálida que siempre lo hacía sentir más tranquilo. Sin pensarlo, Félix se acercó a él y lo abrazó, rodeándole los brazos por la cintura.