Hare que te quedes (tsukiyama)

Verano, tiempos de primer año

Hace mucho tiempo no hacían una pijamada los dos, con la partida a unos negocios del padre de Yamaguchi, pudo quedarse en la casa de su amigo una sola noche...

—¿Que tanto piensas Yamaguchi?— le hablo el rubio notando una inconformidad en la cara de su amigo

— no quiero ir a casa mañana...— dijo el otro

—¿Ya volviste a apegarte?— lo mufo levemente

— no es eso... Simplemente me siento mejor aquí que en otro lado— su voz era baja y sincera

Estaban en el patio, viendo las estrellas desde el brillo de la casa, sus dedos de los pies tocaban el césped y la luna estaba llena

— deja de decir tantas cursilerías... Es raro— declaró el de lentes

— lo siento tsukki— dijo con una sonrisa su amigo

— también se siente bien cuando estás aquí, todo está en paz— buscó no hacerlo sentir tonto por lo que dijo

— eso es muy dulce — dijo el peliverde con alegria

— ajá si...— habló avergonzado

— por cierto tsukki, olvide traer una pijama ¿Puedo robarte una por hoy?— era una mentira, el si trajo una pijama solo queria el olor de su amigo debido a que se sentia ansioso...

— claro, puedes tomar mi ropa si te hace falta— dijo sin pensar con tranquilidad

— awwwe que tierno— dijo el pecoso burlón

— cállate, solo soy amable— murmuró

Ambos fueron a cambiarse y al tener sus pijamas puestas regresaron al patio

—¿Por qué esa? Te queda grande— dijo Kei

— me gusta, me hace sentir como si no tuviera nada, es cómodo— confesó Tadashi

— si tú lo dices...— dijo mirando al cielo

— Tsukki — lo llamo captando su atención

—¿Si?— respondió su amigo

Ambos se miraron fijamente en silencio, uno confundido y el otro con el corazón en la garganta, al final de cuentas el miedo fue más fuerte y solo sonrió

— eres el mejor amigo del universo— dijo con una presión en el pecho

Tsukishima le golpeó levemente el hombro con una cara que intentaba no sonreír

— ajá... Tu también— susurro

— me alegra

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Acercándose a él y reposando su cabeza en su hombro mirarían al cielo, trayendo paz a sus mentes y corazones, una paz que les hacía falta y que no querían que acabará una que solo podían tener cuando estaban juntos en sus pijamas...