Hare que te quedes (tsukiyama)

Pasaron, horas, horas horas y horas, hice todas las actividades que aprendí en el centro para controlar mi ira pero ninguna me hacia bien, niguna me hacía sentir en calma, ya iban a ser las 9:35pm, así es todo un maldito día y no he sabido nada, ni un mensaje de Yamaguchi...

Estaba en mi cama rodando de lado a lado, la canasta de mi cuarto estaba rebosada de papeles con garabatos y otras rotas, mis sabanas estaban desordenadas por qué pataleé mil veces buscando calma y en mi mano tenía el anillo de él el cual rodaba entre mis dedos...

Finalmente el timbre sonó y baje corriendo a abrir la puerta con el anillo en mi mano para luego dejarlo en la mesa de la sala nuevamente...

— hola cuatro ojos — dijo Terushima al verme, estaba sosteniendo a Yamaguchi el cual...

— ¡TUUUKIII! OWAAA— dijo con voz torpe

¿Se fueron a beber? Maldito... Espero que no le haya hecho daño o lo mataré, lo mataré con mis propias manos

— por cierto, en mi auto tengo unas compras que hizo ¿Me ayudarías a bajarlas?— él pasó dejando a Yamaguchi en el sofá sentado con sus rosas, yo fui a ver qué eran esas compras

Al abrir el baúl de su carro (cabe recalcar que era un maldito Mercedes c200 exclusive negro) me dió una envidia gigante y pude ver bolsas de todo tipo de marcas de ropa, tomé todas las que habían y una pequeña que era totalmente negra y estaba amarrada, entre a la casa y el idiota ese iba saliendo

— no está tan ebrio, solo se hace el tonto, gracias por dejarmelo un rato — dijo tocando mi hombro yendo hacia su auto

Entré a la casa y cerré la puerta, dejé las bolsas frente a la mesa de la sala... Yo jamás podría comprarle tantas cosas... Vi a Yamaguchi poniendo las rosas en el jarrón que estaba ahí anteriormente vacío...

— ¿Que tanto hicieron Yamaguchi?  —  mi voz no podía contener la ira

— oh no mucho... Vueltas por aquí por allá, compras, bebidas... Cositas — esto último lo dijo seguido de una risita que me hizo erizar

— que mierda hicieron — dije tratando de no gritar

— Tsukki estás muy tenso~ tranquilo, solo caminamos y esas cosas es solo mi amigo — dijo moviendo su mano despreocupado recostando su espalda en el sofá

— ¿Tenso, Tadashi? No me hablaste por horas ¡Mira que hora es! ¡Idiota pensé que te había pasado algo! — lo regañe, mi voz subía su tono cada vez más

— pero Tsukki ya estoy muy grandecito, yo me puedo cuidar solo, aún se golpear gente — dijo haciéndome un puchero

— no me interesa Yamaguchi, no confío en ese imbécil — le dije refunfuñando

— ¡No le digas así! ¡Él no es imbécil! — sentí un dolor al verlo defendiéndolo

— ¿Es que te gusta o que? ¿Lo prefieres más que a mí? — le pregunté entre dientes, que patético, ni que fueramos algo...

Me miró provocativo

— ¿Y si si, qué? — me dijo con una sonrisa malévola

—... ¿Que te pasa? — le dije sintiendo mi corazón doler y en voz baja

Me miró con una ceja levantada... No podía aguantarme más...

— no apareces por horas, me dejas solo sin saber de ti, yo no te importo en lo más mínimo ¿Verdad, Tadashi? Si tanto quieres a ese idiota vete con él, ahí esta la puerta — dije enojado apuntando hacia allí

— Tsukki estás exagerando era una brom- — no lo escuché

— ¿Exagerando, Yamaguchi? ¿QUE ESTOY EXAGERANDO? — levanté mi voz  con los ojos cristalizados — ¡¿QUE MIERDA HARIA SI TE PASA ALGO?! ¡¿QUE HUBIERA HECHO SI NO REGRESABAS?! ¡¿QUE CARAJO TE PASA POR LA PUTA CABEZA AL NO MANDARME NI UN MALDITO MENSAJE?! — hiciera lo que hiciera no podía evitar gritar...