抖阴社区

Convivencia.

254 32 19
                                    

-Suelo comer muchos granos de café porque me gusta lo amargo. Sé que es raro, pero encuentro más placentero comerlos así que prepararlos en agua caliente.-Comentó el erizo negro de mechas rojas mientras Metal Sonic mantenía la atención fija en él. Shadow llevaba horas hablando de sus preferencias sin detenerse. "¿Cuándo va a parar de hablar este imbécil? ¿No le basta con secuestrarme?" pensó el erizo metálico, restringido por cadenas. Mientras tanto, Shadow manipulaba algunos cables y engranajes dentro del badnik, buscando asegurarse de que no hubiera ningún dispositivo de localización que permitiera a Eggman encontrarlos.

Al no hallar nada sospechoso, Shadow cerró con suavidad la pequeña compuerta en el cuerpo de Metal Sonic. Luego, con una leve sonrisa, insertó un chip en los sistemas del robot, provocando que Metal retrocediera de inmediato (liberandose de las cadenas en el proceso), alarmado.
-¿¡Qué hiciste!?-gritó el robot. Su voz, ahora profunda y con un tono distorsionado como el de una radio antigua, lo sorprendió. Confuso, simuló parpadear con sus ojos digitales, mientras Shadow lo miraba con una sonrisa arrogante.

-¿Sorprendida, chaparrita? Je, te vas a acostumbrar...-dijo Shadow, acercándose para darle unas palmadas casuales en el hombro metálico antes de recoger sus herramientas del suelo.
Metal Sonic, aún asimilando su nueva voz, comenzó a probarla mientras caminaba por la habitación. -Probando, probando... ¿Eggman? Odio a Sonic... ¿Me pica un pulmón?-Murmuró, diciendo frases al azar mientras procesaba el cambio.

Mientras recogía las herramientas, Shadow notó un ramo tirado en el suelo. Estaba maltratado, apenas quedaban unas pocas rosas sujetas al tallo. Aquella visión le molestó. ¿Cómo pudo despreciar algo que me costó dinero? Es un malagradecido, pensó con fastidio mientras continuaba con su tarea.

Tras completar lo que tenía pendiente, se incorporó, agarró al androide por las muñecas y, sin previo aviso, lo derribó con brusquedad. Luego, con una expresión endurecida, se colocó sobre él, inmovilizándolo contra el suelo.

-¿Por qué dejaste las rosas así? Si no te gustaron, al menos podrías habérmelas devuelto. Me costaron dinero...-Espetó con su tono frío y severo, mientras el robot forcejeaba bajo su peso.

-Claramente no las aceptaría de un erizo insignificante que se atrevió a dejarme varado en un lugar apartado de la civilización, como tú.-Replicó Metal Sonic con desdén, observándolo con lo que parecía ser odio... o quizá solo quería aparentarlo.

Shadow chasqueó la lengua con irritación, pero no respondió. En lugar de soltarlo, siguió sosteniéndolo en su sitio, sin una razón clara para hacerlo. Su mirada recorrió el rostro metálico de Metal Sonic, como si intentara encontrar en sus engranajes alguna debilidad... algo que pudiera romper.

Después de un tenso silencio, Shadow finalmente lo soltó y se apartó. Estaba demasiado enojado como para dirigirle la palabra. Sin decir nada, recogió el ramo del suelo junto con las rosas caídas y se encaminó hacia la salida de la habitación. Sin embargo, justo cuando abrió la puerta, Metal Sonic lo atacó por sorpresa.

El androide le sujetó la nuca con firmeza y lo lanzó con fuerza contra una de las paredes del lugar blanquecino. Sin perder tiempo, activó su propulsor y salió disparado.

Los pasillos eran tan oscuros como la noche, y una extraña neblina flotaba en el ambiente. Pero eso no le importó; solo quería salir de ahí. Avanzó con urgencia, recorriendo cada rincón en busca de una salida. Pasaron minutos, quizás horas, y la luz del exterior seguía sin aparecer.

Finalmente, notó una compuerta en un rincón. Parecía una posible salida, así que se acercó de inmediato. Sin dudarlo, comenzó a forcejear y arañar la superficie metálica con sus afiladas garras. El rechinido que produjo fue ensordecedor, semejante al sonido de un gis rasgando una pizarra. Tan agudo fue el ruido que incluso él, un robot, tuvo que detenerse para recalibrar sus sistemas. Fue un sonido espantoso, incluso para alguien como él.

I CAN'T LET YOU GO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora