?En la mente de ella?(#PGP2025)

Después de que Matt me dijera eso me dejó en aquella habitación y se fue, no sin antes decir que Mañana vendría a buscarme.
Espere a que fuera un poco más tarde y me escabullí de la habitación como pude, todo el edificio estaba en silencio "Sospechoso" aún así tendría que tener cuidado, salir no iba a ser fácil y menos si está lleno de oficiales.

Fui andando de puntillas por el pasillo pero no duré ni una puerta más allá de la mía. Al pasar por la puerta de la lado se abrió rápido y alguien me jaló hacia su interior. Me arrinconó contra la puerta y ahí pude ver quién era..... Esos preciosos ojos oscuros eran inconfundibles,y los tatuajes resaltaban con el pijama blanco que llevaba, tan fino que se transparentaba la tinta de los dibujos.

Ahí estaba, otra vez, cerca, con ambos brazos a mis laterales de la cabeza y mirándome con una mirada penetrante, como si estuviera acechando a su presa. Por qué eso es lo que soy yo.. la presa de un  animal como él, a su lado parecía un tierno bichito asustado recién caído en la trampa de la araña, por qué si, acababa de caer en su red. Estaba en su cuarto, arrinconada y con él mirando cada movimiento que hacía, con su gran cuerpo para impedir que me marche.

-Tu... Estabas intentando escapar de mi- dijo recorriendo con su mirada mis facciones

-No- intenté decir con seguridad pero me salió más como un susurro

-No me mientas bichito, o tendré que castigarte- dijo muy seguro aunque con la misma sonrisa arrogante de siempre

- Hazlo.Castigame- tomé valentía aunque sabía cómo terminaría eso..
Mi respuesta pareció gustarle ya que pude ver cómo se le dilataba la pupila a medida que se acercaba, curiosamente le brillaban los ojos y eso que estaba de espaldas a la ventana, la única vía de luz por donde se veía la luna llena.

Cómo había hecho días antes en la habitación me besó en el cuello, trazando un camino hasta mi boca, cuando llegó ya tenía el pulso acelerado. Cuando lo hizo me besó, pensé que sería brusco o salvaje pero al contrario, me besó con tanta ternura que sentía que podía derretirme contra su pecho. A pesar de lo que yo quería, no, yo pensaba, no intento hacer ningún contacto sexual, estaba siendo muy caballeroso.

Después de unos segundos intento separarse pero yo reaccioné antes y le rodeé el cuello con mis brazos, para atraerlo hacia mi. Profundicé el beso, él se sorprendió pero siguió aunque no tardó en cortarlo.

Un momento, ¿Qué acababa de hacer?se suponía que tendría que haber sido yo quién lo cortara,o directamente no haberlo empezado. Estaba tan rara... Seguramente por la falta o sueño,eso o por qué tengo a un tío de metro noventa delante y que además la noche le resalta especialmente el encanto.

Sin dejar de mirarme se alejó y se tumbó en la cama, ignorando mi presencia, o eso creía hasta que me vi abrir el otro lado de la cama. Dudé pero yo también me acosté, tenía sueño y me pesaban los párpados "Dejaré para mañana lo de escaparme"  cuando cerré los ojos noté un movimiento y seguidamente sus fuertes brazos rodeando mi cintura, me encantaba, él era cálido,yo fría, nos complementamos a la perfección. Noté su pecho contra mi espalda y como me sujetaba más fuerza el vientre. Entonces me susurró:

-Que no se te vuelva a pasar por la cabeza escaparte bichito, ahora me perteneces y no voy a dejar que nada ni nadie te aparte de mi lado, aunque tenga que morir en el intento - dijo con sinceridad, no sabía el motivo pero me encantaba su posesión.

En esa posición nos quedamos dormidos hasta el día siguiente que alguien entró a la puerta sin tocar.

-Jefe,la chica no está - dijo a quien reconocí como Matt, aunque no le hubiera visto ya que aún no había abierto los ojos.

-Tranquilo,está conmigo - contestó Kyan separándose de mi lado para levantarse y encarar a Matt.

-Disculpe jefe, creía que había escapado,dígale por favor que se prepare para su primer entrenamiento - volvió a hablar Matt. No hacía falta que me lo dijera, ya le había escuchado, me levanté y me cambié el pijama por un chándal holgado color gris, de arriba opté por una camisa de manga corta negra.

Cuando terminé Matt me estaba esperando fuera, hoy estaba especialmente guapo, llevaba una camisa ajustada que resaltaba sus bien tonificados músculos, estaba apoyado contra la pared. El pelo me caía y estaba revuelto, le goteaban algunas gotas seguramente de haberse duchado antes de buscarme.

Llegamos hasta una especie de habitación preparada con muchas armas, él me indicó que cogiera una mientras él iba a por las protecciones,así no me haría daño en mi primer día. En lo que venía y no, me quedé viendo todas las armas para elegir,al final elegí un simple puñal que había visto na más entrar. En su empuñadura tiene un diamante rojo y unos bordados de serpientes muy detallados.

-Buena elección, es de mis favoritas - dijo Matt recién llegado. Entonces... Está es de él, si lo es,¿Por qué está aquí?

-¿Es tuya?- le pregunté

-Algo así, no podemos tener nada propio, pero la suelo coger yo cuando tenemos que utilizarlas- me contestó poniéndose él primero la protección. No quería ni imaginar para que las usarían

-No seas tan desconfiada, no las utilizamos solo para eso, las armas también tienen otros fines, quizás es por eso que el jefe tiene los látigos- dijo y después río, creí haberlo pillado pero tampoco pregunté.

Cuando terminó él procedió a seguir conmigo, mientras me ayudaba con las manos se posicionó en una rodilla delante de mi. Eso para él era normal pero a mí me estaba poniendo nerviosa, cuando terminó miró hacia arriba y nuestras miradas no tardaron en encontrarse.

Me gustan sus ojos, no sabría describir que color es, si lo miras a la sombra parecen verdes pero en realidad son tan claros que parecen tan claros como si tirarán para amarillo. Contrastaba muy bien con su cabello oscuro y su piel bronceada. Sin duda todas las personas de aquí habían sido creadas por el mismísimo demonio.

- ¿Preparada?Tienes que tirar a la diana con el puñal e intentar dar en el centro- me informó mientras yo miraba a la diana, no iba a conseguirlo, el puntito del centro era tan minúsculo como un garbanzo.

En el primer tiro ni siquiera di en la diana, rebotó en la pared y cayó en el suelo. En el segundo ya había entrado pero no conseguí darle al centro, de hecho me había quedado lejos. Y en la última conseguí quedar a menos de dos centímetros.

-No está nada mal- comentó riéndose.

-Bueno, por lo menos no te he dado a ti- dije juguetona

-En eso tienes razón - y volvió a reír.

Después del entrenamiento me iba a dirigir a mí habitación hasta que alguien me llamó justo cuando iba a entrar.....

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Buenas, ¿Que os parece? Estar secuestrada con dos chicos así, buf jajaja. Parece estar desarrollando algún tipo de síndrome de Estocolmo, la pregunta es..¿Por quién? Podemos ver acercamiento con ambos, comentadme cual os gusta más y que creéis que pasará en el siguiente capítulo

Saludos pulguitas:))