let me be the one [Sirius Black]

El entrenamiento con Malfoy estuvo bien. Pensé que me tiraría la pelota en la cara, pero la verdad es que para ser él, fue un poco amable conmigo.

—Así que golpeadora —dijo Barty, estábamos todos en la sala común—. Tu hermana es mucho más interesante de lo que me imaginaba Severus.

—¿Debería lanzar algo enfrente del profesor Slughorn? —preguntó Regulus—. Tal vez así a mí también me deje entrar al equipo.

—Podemos intentarlo —le dije mientras algunas ideas venían a mi cabeza—. ¿Te parece si lanzamos a Daniel al lago?

El mencionado soltó una risita sarcástica y me tiró uno de los cojines del sofá a la cara.

—El primer partido de este año será en un mes —dijo Andrómeda, tenía un gran calendario en sus manos. Supongo que con los eventos que se llevan a cabo en Hogwarts—. Y es contra Gryffindor.

Inmediatamente Sirius vino a mi cabeza. ¿Por qué se ofreció a entrenarme? ¿Por qué se ofreció a ayudarme cuando dijo lo de Peeves? ¿Por qué estoy pensando en él?

—¿Algún Gryffindor en tu mente Stella? —me preguntó Daniel con un tono divertido—. ¿Tal vez uno que empieza con Sirius y termina en Black?

Regulus y Andrómeda soltaron una risita y yo solo me escondí de la mirada inquisidora de mi hermano.

—¿Estás estudiando al enemigo? —me preguntó Barty—. Black, la verdad, es un gran cazador. Al igual que Potter.

—¿Dices que podré golpearlos con la bludger? —pregunté un poco más entusiasmada de lo que debería. Por fin podré vengar a Sev—. Eso sí suena interesante.

—Dales un buen golpe de mi parte —me respondió Severus con una sonrisa—.

Seguimos conversando hasta que Barty y mi hermano se fueron, tenían clase de transformación. Y según Andrómeda, que es la que lleva el horario de todos nosotros, debíamos ir a clase de pociones.

Ella iba adelante con Regulus mientras Daniel y yo íbamos detrás, ambos ideando cómo le íbamos a hacer para que Severus nos diera todas las tareas de primer curso que él ya tenía hechas.

—¿Y si lo noqueamos y...

—¿Primera clase?

Me quedé completamente pasmada cuando Sirius Black apareció al frente mío de la nada, interrumpiendo a Daniel y logrando que Regulus y Andrómeda dejen de pelear por unos dulces.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté mientras rogaba en mi interior que Daniel no vaya a decir nada estúpido—.

—Me tomé algunos minutos de mi clase de transformaciones —respondió sin una pisca de remordimiento—. Y solo para venir a desearte suerte en tu primera clase en Hogwarts.

Los dulces de la bolsita de Regulus cayendo al piso interrumpieron cualquier pensamiento que haya podido tener sobre lo que acababa de decir su hermano.

—Te traje esto —continuó Sirius mientras me extendía una varita de regaliz—.

—No gracias, no me gustan —respondí sin tomarla—.

—Pero a mí si —dijo Daniel tomándola en mi lugar—. Sigue así Black y tal vez te deje salir con Stella.

—¿No me trajiste nada a mí? —preguntó Andrómeda indignada, logrando que el comentario de Daniel, gracias a Dios, no sea relevante—. Soy tu prima Sirius. ¡Tu prima!

—¿Y yo? —continuó Regulus—. Yo soy tu hermano. Ingrato.

—¿Ya te vas? —le pregunté mientras él se ponía a repartir las varitas de regaliz que aparentemente traía en el bolsillo de su tunica—. No quiero ser grosera, pero creo que ya tienes que irte.