抖阴社区

En marcha (46)

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—Su Majestad la Emperatriz. —Me reverencié tan profundamente que podría haber tocado mis rodillas y mi frente sin esfuerzo. —Qué puedo hacer por usted?

Quien supuse sería Lady Artina se retiró. Ya solas, Navier se giró por completo hacia mí.

—No hemos tenido ocasión de hablar correctamente. —Inclinó levemente la cabeza hacia la derecha. —Debo admitir que me sorprendió esta mañana. No esperaba verla en las audiencias, y menos para solicitar ir a la frontera.

—Lamento haber sido una molestia, y agradezco su permiso, Su Majestad la Emperatriz. Realmente quiero hacer todo lo que esté a mi alcance para ayudar a los ciudadanos del Imperio. —Si me seguía viendo en silencio me iba a explotar el corazón por los nervios..! —Si la posición o el estatus de alguien le impide hacer el bien, para que los tiene desde un principio?

Sus facciones se suavizaron casi imperceptiblemente, y el atisbo de una sonrisa curvó sus labios.

—Esas son palabras muy ciertas. —Su lov'o'metro subió un par de puntos, haciéndome recordar por qué me gustaba tanto. En realidad era una mujer extremadamente dulce. —Me hubiese gustado tener más tiempo, Vizcondesa. —Recobró su máscara de Emperatriz. —Lamentablemente, tengo asuntos que atender con el Emperador. Presumo que está aquí para hacer lo mismo? —Asentí.

—Quería disculparme con Su Majestad el Emperador, pero regresaré más tarde. —Ah..! —Quisiera agradecerle a usted por preparar todo para mi partida tan rápidamente. —Volví a reverenciarme.

—Gracias, Vizcondesa.

—No se merecen, Su Majestad la Emperatriz. Volveré a mi habitación.

Intentando que el temblor de mis rodillas no tocara un flamenco en medio del pasillo, di media vuelta con la gracia de un gato despertándose de la anestesia y deshice mis pasos hasta regresar a mi cuarto.

Me daría un baño, pasaría un rato con Ían, y luego iría con Sovieshu a conversar.

Aunque tal vez, podría pasar por las cocinas y llevarle algo casero.

***

—Cómo te sientes? —Navier, sentada junto a la cama, escudriñó mi rostro con mirada atenta.

—El médico me administró un sedante. —Dije por toda explicación mientras me encogía de hombros. La sensación de somnolencia era bastante difícil de mantener a raya, y si ella no hubiese llegado, probablemente seguiría dormido. —Lamento haber interrumpido las audiencias. Luego emitiré un comunicado oficial disculpándome. Los ciudadanos deben estar enfurecidos.

Ahora fue el turno de Navier de encogerse de hombros.

—Más que enfurecidos, sienten alivio. Hice que el escriba entrevistara rápidamente a quienes no pudieron pasar —Por supuesto que lo había hecho. —y muchos de ellos son comerciantes que se ven impedidos de importar o exportar sus productos por la frontera. Había un par de disputas por tierras o herencias, pero la mayoría sienten que su problema está solucionándose ahora que "la maga más poderosa de la historia" irá personalmente a hacerse cargo. —Alzó las cejas. —Otro grupo encuentra romántico que el Emperador pierda la cabeza al pensar en su amada en peligro. —Hice una mueca.

—Al menos no están pidiendo mi cabeza en una pica.

—Me encontré con ella en el pasillo. —Navier dijo esto mientras observaba sus manos. Solo había una "ella" en todo el Imperio. —Quería venir a verlo, pero prefirió regresar más tarde. —Su voz fue casi un susurro. —Sabe? Si las circunstancias hubiesen sido diferentes, creo que podríamos habernos llevado bien.

—De verdad? —Pregunté con sorpresa.

—Tiene una agradable forma de pensar. No lo eches a perder con ella también, Sovieshu. —Advirtió. Solté una risa por la nariz y cambié de tema.

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