抖阴社区

                                        

Alehya me limpió la cara con la manga de mi sudadera mientras North seguía pegado a ella como si fuera un maldito peluche gigante.

—¿Dónde carajos estuviste, eh? —le preguntó, acariciándolo como si fuera un chihuahua y no un monstruo de ochenta kilos.

North se tiró panza arriba, con el hocico relajado y la lengua fuera. Traidor hasta los huesos. Solo con ella se comportaba así.

—Se nota que no te hace caso ni tu propio lobo —burló Alehya.

—Y tú que hablas, si apenas lo viste te derretiste —le respondí, acercándome más. Puse mi mano en su nuca y la jalé hacia mí—. Ya tienes suficiente competencia en casa, muñeca. No le des celos a North.

—¿Tú celoso del lobo? —rió contra mis labios.

—Estoy celoso hasta del puto oxígeno que respiras.

Besé sus suaves y carnosos labios.

Cuando nos separamos, North se metió en medio, literal, metiendo la cabeza entre los dos.

—¡North! —se quejó Alehya—. ¡No eres el protagonista!

—Él piensa que sí —murmuré, con una sonrisa que no le dejo a nadie más—. Lo crié yo, ¿qué esperabas?

Ella acarició su enorme cabeza mientras me miraba.

—Podríamos vestirlo para la boda. Algo elegante, algo que combine contigo... Algo negro.

—¿Quieres ponerle traje al lobo? —arqueé una ceja.

Me miró como si le hubiese hecho una pregunta estúpida.

—Obvio. Ustedes serán el dúo más sexy de la ceremonia.—Miró a North—Sería un lindo padrino. Aunque no creo que llegue hasta el altar sin comerse los cojines.

—O a uno de los invitados.

Una risa salió de nosotros. De esas que solo nacen cuando estoy con ella.

Pero el momento se cortó cuando mi celular vibró.

Un mensaje.

“Tu tío está furioso. Dijo que no puedes vetarlo de tu boda. Quiere hablar.”

Rodé los ojos. Maldito Noah. ¿Qué parte de “no estás invitado” no entendía?

—¿Problemas? —preguntó Alehya, al ver mi expresión.

—Nada que no pueda resolver con una bala —contesté, guardando el teléfono.

—¿Te arrepientes de esto? —soltó de la nada.

La miré fijo.

—¿De qué?

—De casarte conmigo.

Me acerqué. Metí una mano por debajo de su sudadera, apoyándola en su cintura desnuda.

—Me arrepiento de no haberte secuestrado antes.

Alehya sonrió, mordiéndose el labio. Sus mejillas se sonrojaron un poco, aunque lo ocultó bajando la mirada.

—Bastardo posesivo —susurró.

—Mujer mía —le recordé, besándola otra vez.

North ladró fuerte, como si también reclamara atención.

—Sí, sí, ya. También eres importante. —Espeté y giré los ojos.

North no dejó de mover la cola ni de seguirme, como si no hubiera pasado un mes entero desde la última vez que lo vi. Su hocico empujó mi mano una vez más, como si me estuviera reclamando todo ese tiempo perdido. Sonreí un poco, lo suficiente como para que cualquiera que me conociera supiera que estaba de buen humor. Pero eso duró poco.

M I N E -[Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora