My Alpha Medic ?

Corina ni siquiera lo pensó antes de haberse levantado y besar a Isaiah.

Todos miraban con sorpresa, pero Iandra sonreía feliz viéndolos besarse.

Al terminar el beso, Isaiah sonrió viéndola únicamente a ella. Le encantó que Corina demostrara que él era suyo, que le pertenecía.

Corina lo abrazó, Melissa iba a decir algo, pero su padre sujetó su brazo.

—Nosotros nos iremos—se volvió a Isaiah—lamento este mal rato que les hizo pasar mi hija, les aseguro que no se repetirá.

—Matteo, Iandra, también disculpen esto—les dijo al verlos a ambos.

Fijó los ojos de vuelta en Melissa.

—Disculpate ahora—le dió esa orden—no creí que mi hija fuese a comportarse de esa manera. Ya es lo suficientemente mayor para saber que clase de comportamiento debería tener.

Melissa apretó los dientes molesta, no tuvo otra opción más que disculparse.

—Lo siento Isaiah, no volverá a suceder—se disculpó mientras lo miraba.

Se giró y salió de la casa. Armando y Camila fueron detrás de ella.

Fer negó mientras llevaba una mano a su rostro, y se levantó.

—Hablamos más tarde—le dijo a Isaiah antes de caminar a la puerta.

En casa del beta, Carolina salió de la cocina al sentir la voz de su esposo.

Justo al momento de entrar a la casa, Armando detuvo a su hija Melissa.

—¿Por qué intentaste besarlo?—le preguntó, esperando una respuesta.

Carolina no intervino.
Su esposo pocas veces se enojaba, algo debió haber pasado.

Cuando Armando se enteró de que Isaiah había regresado quiso ir a saludarlo. Sus hijas quisieron ir con él.

—Isaiah me gusta, desde hace años me gusta. No es justo que venga una desconocida y se lo quede sólo así, yo quiero ser su pareja—le contestó

—¡¿Has perdido la razón?!—gritó Armando asustando a todas. Nunca se imaginó escuchar algo como eso—Ya tiene a su pareja a su lado, la próxima luna. Sabes que si te obsesionas o haces algo en contra todo esto podría terminar en un destierro o incluso en tu muerte, sin importar si eres o no mi hija.

Armando la tomó del brazo.

—No quiero que vuelvas a intentar algo así, mucho menos quiero volver a escucharlo, porque me vas a conocer, te lo digo en serio, Melissa. No pasó nada sólo porque no lograste besarlo. Él no es tu pareja, eso debes entenderlo. Ya eres una mujer, no una niña pequeña.

Fer llegó, sólo la miró.

Melissa los miró a los dos y se fue rápido a su habitación, no quería escuchar más.

Adentro cerró la puerta con seguro, dejándose caer sobre la cama golpeando con fuerza la almohada.

Al igual que Camila todavía no encontraba a su destinado. Viven todos en la casa.
No le gustaba el estudio.

Fer, como Isaiah tuvo la oportunidad de estudiar también una carrera. Pero no lo aceptó, pensó que no le serviría de nada. Era un lobo, sería beta como su padre, y se dedicaría sólo a su manada.

Camila subió a su habitación, cerró la puerta y se sentó sobre su cama.

Llevó una mano a su pecho. Su loba, Carmela, casi tomó el control de su cuerpo mientras estaban en la casa del alpha, pero logró resistirse para que nadie se diera cuenta.

Había encontrado a su destinado, Felipe, pero tuvo mucho miedo.

Era tímida y poco hablaba a los demás, su loba quiso reclamarlo de inmediato.

Quedó paralizada en el momento en que sintió ese aroma a Flor de cerezo y Miel.