Mi irresistible desastre

Veo como toca mejilla y siento cómo aquel mirador abandonado se convierte en nuestro sitio. Sé que James y yo no seremos nunca nada, mañana será el James antipático y sarcástico, pero me parece extraordinario pasar momentos así, de los cuáles, sé qué nunca me van a pasar con Ulises ni con nadie. James me saca rápidamente de mis pensamientos apretando mis nalgas de nuevo, dios como adoro eso.
Nos besamos de nuevo, parece que en aquel mirador descuidado y oscuro se para el tiempo y los problemas se desvanecen.

Mis piernas están doloridas pero me calman los besos de James. Lo miro preocupada, tiene los nudillos y los ojos ensangrentados.

—Loren dijo que dijiste mi nombre ¿Es cierto? —El chico se queda callado.

—Si bueno, pensé que te habías ido —Suelto una mueca.

—¿Y por qué le pegaste a Ulises? —El chico me mira serio y enfadado.

—Me ardía la sangre cuando estaba ahí sentado junto a Loren —A mi sí qué me arde la sangre cuando escucho el nombre de Loren.

No sé que decir , así que, me encojo de hombros, me coloco de nuevo a su lado y miro de nuevo la hermosa ciudad iluminada por las luces de la calle y los edificios. Parece que este sitio nos hace desaparecer del mundo, de la rutina, de nuestros problemas e incluso de nosotros mismos. Parce que James es vulnerable en ese lugar, se sincera un poco y aunque esté borracho, creo que habla del James de siempre.

—Deberíamos irnos —Se levanta del borde.

—Sí —Hago lo mismo y camino trás él.

Caminamos hacia los coches y sus ojos ya no están ensangrentados pero se tambalea de vez en cuando.

—¿Le has cogido el coche a Colton? —Asiento mirando a aquel coche rojo aparcado junto al de James.

—Sí —El chico busca las llaves por sus bolsillos, respira agitado y nervioso.

No puedo evitar dejarlo que sufra un poco mientras me cruzo de brazos y lo veo tocarse dramáticamente todos sus bolsillos y cada rincón de su cuerpo.

—Mis llaves, Madison —Su respiración va agitada y no puedo evitar una carcajada.

—Vaya.... ¿Las has perdido? —Meto mi mano en mi pequeño bolso de mano.

—Estaban en mi bolsillo —Dice mirando al suelo alterado.

—¿Son estas tal vez? —Levanta rápidamente su mirada y suspira aliviado.

—Joder Madison —Niego con la cabeza un par de veces.

—No pienso dejar que conduzcas así —Camino y me pongo en medio de los dos coches.

—¿Cuál eliges para llevarte a la Universidad? —Se tambalea pero se reincorpora rápidamente para que no lo note.

—Estoy bien Madi —Miro el coche de James y más tarde el coche de Colton.

—Genial, el tuyo entonces —El niega rápidamente y camina hacia mí para evitar que abra la puerta de su coche.

Las llamas azules tocan mí piel y me hacen arder, sus ojos rojizos nublan mí mente y su respiración agitada deja a la mía cortada.

—No pienso dejar que conduzcas mí coche —Miro su mano la cual agarra mí muñeca, estoy contra su coche y no puedo evitar ponerme nerviosa.

—Está bien —Trago saliva y hablo con voz temblorosa.

Suelta mí mano y me agarra de la cintura , nuestros cuerpos están muy pegados, puedo sentir como sus pulsaciones aceleran al igual que su respiración. Me mira impresionado parece que no lo ha asimilado todavía, que sentimos algo, que hay algo, y ese algo nos hace hacer estas cosas.