La Reina Del Mafioso . (+21)

2 años Después....

ADRIA BLACKWELL

Hoy es el día en donde los mellizos cumplen dos años.

Salgo de la cama y veo en el reloj que son las 8 AM, y me volteo a ver a Nikolái dormido, entro a la ducha y a los minutos salgo con la toalla envuelta, salgo del baño y me meto al closet, tomo lo que me voy a poner.

me saco la toalla y me pongo las bragas, tomo la camisa, pero antes unos brazos fuertes me envuelven el cuerpo.

-- Sabes... - dice dándome un beso en el cuello.

- Aja.

- Extraño verte Embaraza. - me rio a su comentario - Es enserio.

- ¿Y?

- Y qué te parece si lo intentamos de nuevo...

me giro hacia él.

- Quedamos de que serían los primeros y los últimos.

- Lo sé, pero extraño verte llena de mí.

Rio.

- Estoy suficiente llena de ti Nikolái

Sigo vistiéndome.

- Al menos intentémoslo, estamos jóvenes todavía, y me gustaría que esta familia se agrandara.

Lo pienso varios minutos.

Suspiro.

- Esta bien.

- Sabes cual es mi parte favorita de hacerte un bebe? - se me acerca aún mas y con una sonrisa pícara.

- Cual?

- De que el procedimiento de embarazarte es que me gusta follarte duro y sin que usemos protección, aunque me gusta que mi semen termine en tu boca, pero me exista cuando lo veo desbordarse desde tu coño.

siento que me voy poniendo roja y sigo cambiándome para que no se note.

- No te ocultes, me encanta verte sonrojar.

Me voltea agresivamente y junta nuestros labios, me da un beso lleno de amor, pero se va subiendo de nivel cuando mete su lengua en mi boca, lleva sus manos a mis muslos y me carga haciendo que enrede mis piernas en su cintura, nos apoyamos contra el closet.

Sus manos van hacia bajo de mi camiseta negra y agarra uno de mis pechos, mientras su boca va hacia mi cuello, chupa y succiona dejando una que otra marca.

- Me encanta que sepan que eres solo mía.

sigue besándome.

- debo ir a.... - no me deja hablar cuando lleva su mano bajo mis bragas.

— Que se esperen.. — dice, y yo jadeo cuando siento sus dedos entre mi clitoris, le da la mayor atención del mundo.

Mis gemidos no dejan de salir de mi boca mientras el besa mi cuello y ahora lleva sus dedos al centro de mis labios, los introduce poco a poco hasta sentirme exista da.

— Nik.. — digo en un jadeo.

— Córrete mi reina. — me ordena y a los segundos me vengo en sus dedos, llenándolos de mi orgasmo.

Me muerdo el labio de lo delicioso que lo sentí.

— Nikolai debo ir con los niños. — digo.

— Luego.. — jadea llevando sus manos a mis bragas para quitarlas pero lo paró.

— Esperemos hasta la noche. — lo paró y me bajo de sus caderas.

— No puedes dejarme así.

Señala su gran erección, que está dura y se le marca en el boxer.