Días antes del primer acercamiento de Lucius y Remus:
El rumor del regreso de Severus Snape ya se había esparcido por todo Hogwarts como pólvora. Algunos se atrevían a mirarlo con respeto renovado, otros con miedo disimulado. Pero en la sala oculta que él y sus amigos compartían desde segundo año -escondida tras un tapiz que sólo respondía a una contraseña en élfico antiguo- reinaba otra clase de emoción: orgullo.
El salón era amplio, con muros de piedra oscura y sillones que no estaban ahí por arte de magia del castillo, sino por arte de Lucius. Una chimenea invisible al resto del castillo crepitaba suavemente, llenando el aire de calor y humo amaderado. Sobre la mesa central, flotaban botellas de whisky de fuego -cortesía de Lorenzo, cómo no- y un par de dulces robados de la cocina por Barty.
Severus se dejó caer en su sillón habitual, con la elegancia de alguien que sabía que había ganado algo sin siquiera tener que pedirlo.
-Así que... -empezó Lucius con una sonrisa torcida- ¿qué se siente regresar con la mitad de la escuela mirándote como si fueses el nuevo director?
-Francamente -dijo Severus, alzando una ceja-, esperaba más. Aún nadie se ha desmayado.
-Dame una semana -respondió Barty riendo-. Estoy seguro de que una Gryffindor va a tropezar contigo en el pasillo y va a olvidarse cómo hablar.
-¿Solo una Gryffindor? -intervino Lorenzo, sirviendo otra ronda-. Vi a una Ravenclaw anotar "Prince" en la esquina de su pergamino. Corazones incluidos.
Regulus, que hasta el momento se había mantenido recostado en el sofá, jugueteando con un anillo negro en su dedo, soltó una carcajada baja.
-No solo fue un regreso triunfal, Sev. Fue una declaración de guerra. Nadie esperaba que volvieras así... tan seguro, tan letal.
-¿Tan guapo? -añadió Barty con una risita burlona.
-Eso ni hace falta decirlo -le siguió Lorenzo-. Yo mismo me tuve que asegurar de que no me estuviera enamorando.
-Por favor... -Severus alzó los ojos-, todos ustedes están enamorados de mí desde segundo año. No es novedad.
Las risas llenaron la sala. Era ese tipo de burla entre amigos que sólo funciona cuando hay confianza real.
Regulus, aún sonriendo, se incorporó y lo miró directo a los ojos.
-Hablando de enamorarse... -dijo, con voz lenta, teatral- ¿ya pensaste cuál será la apuesta de este año?
Se hizo un breve silencio. Severus lo miró con diversión en los ojos, mientras Barty ya se frotaba las manos.
-Oh, sí -Lucius sonrió-. Es tradición, después de todo.
-¿Qué será esta vez? -preguntó Lorenzo, apoyando los codos sobre sus rodillas-. ¿Apostamos a quién será el primero en romperle el corazón a alguien?
-Muy básico -dijo Regulus, moviendo la mano-. ¿Qué tal algo más... arriesgado?
Severus entrecerró los ojos, ya sabiendo hacia dónde iba.
-No me digas que vas a proponer lo de siempre...
-Vamos, Snape oh no perdón Prince-intervino Barty-. Ya es costumbre. No podemos terminar el quinto año sin eso.
Regulus sonrió.
-La misma apuesta de siempre: ¿quién será el primero en enamorarse?
Un murmullo de risas y reacciones exageradas llenó el lugar.
-Bah, yo perdí el año pasado -dijo Lorenzo-. Pero fue por accidente, que conste.
-¡Mentira! -dijo Lucius entre risas-. Te enamoraste de una Hufflepuff. Una Hufflepuff.

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Apuesta de los Slytherin
RandomLlegó un nuevo a?o a Hogwarts y con ello una apuesta interesante tras una revelación que sin querer le sirvió mucho a nuestro príncipe de Slytherin. Cuando Severus por fin toma su linaje sangre pura las cosas para el salen mucho mejor de lo que espe...