Apuesta de los Slytherin

El inicio de algo interesante

-¡Era simpática!

-Y tonta -agregó Severus, implacable.

Regulus se giró hacia Severus con una sonrisa desafiante.

-¿Y tú, Sev? ¿Esta vez participarás en serio... o vas a hacerte el imperturbable como siempre?

Severus se recostó en su sillón, cruzando los brazos.

-Lo intentaré. Aunque, si alguien se enamora de mí -volvió a sonreír con esa arrogancia seca que lo caracterizaba-, no es mi culpa.

-Perfecto -dijo Regulus, alzando su copa-. Que empiece el juego, entonces.

-Año nuevo -brindó Barty.

-Apuesta vieja -siguió Lucius.

-Y las reglas de siempre -cerró Lorenzo.- solo que ahora que sea contra los mereodadores.

Todos chocaron sus copas. El fuego crepitó un poco más fuerte.

Severus sonrió para sí mismo. Tal vez este año sí perdería. O peor: tal vez ganaría.

(....)

Misma noche del primer acercamiento de Regulus y Remus:

La torre del reloj era uno de los pocos lugares de Hogwarts donde el ruido servía para aislar. El golpeteo del viento contra las piedras, el crujir de los engranajes, el vaivén metálico del péndulo... Todo eso creaba una muralla sonora que mantenía lejos el bullicio del castillo.

Por eso Severus lo había elegido.

O eso pensaba.

Al abrir la puerta, se encontró con James Potter sentado sobre el borde de piedra, una pierna colgando, la otra doblada. El Gryffindor no lo miró, pero su espalda rígida lo delataba.

-No sabía que esto fuera territorio exclusivo -comentó Severus con calma.

-Lo es, si me ves aquí primero -respondió James, sin voltear.

-Tranquilo. No vine a molestarte -Severus cruzó los brazos y se apoyó contra la pared opuesta-. Solo estoy huyendo de la atención indeseada.

James soltó un bufido.

-Por favor. A ti te encanta llamar la atención.

-A veces, sí. Hoy no tanto -hizo una pausa breve-. Lockhart me estaba siguiendo por el pasillo. Otra vez. Con ese cuaderno donde anota frases que, según él, "inspiran".

James giró la cabeza, sorprendido. Casi se le escapa una risa.

-¿Lockhart? ¿En serio?

-No es gracioso -dijo Severus, aunque sus labios mostraban una mínima sonrisa-. Esta mañana apareció con una pluma dorada para que le firmara el cuello del uniforme.

James soltó una carcajada.

-¿El cuello? ¡Eso ya es demasiado!

-¿Ves por qué necesito esconderme?

-Bueno... Sirius intentó convencer a Remus de hacerse pasar por ti para asustar a Lockhart. Dijo que "no eras tan fácil de imitar".

Severus alzó una ceja. ¿James Potter haciendo una broma... que no era cruel?

-Parece que tienes más sentido del humor cuando no estás rodeado.

-No confundas una risa con simpatía, Snape. No nos vamos a caer bien de la noche a la mañana.

-Jamás lo esperaría -replicó Severus-. Pero la torre es grande. Podemos odiarnos en silencio.

James lo miró de reojo, aún con desconfianza.