Abby miraba la puerta que daba al baño de esa costosa habitación de hotel, estaba sumida en sus pensamientos, en las cosas que debería de estar haciendo en esos momentos, ninguna de ellas era estar en esa habitación, de eso estaba segura. Sacudió la cabeza y se enfocó en lo que estaba viviendo ahora, en su cuerpo desnudo cubierta por una suave y cara sábana blanca, el ruido de la lluvia que estaba azotando la ciudad, se acoplaban con el ruido de la ducha de esa habitación que estaba encendida con la otra persona.
Miraba su dedos, ese dónde tenía ese anillo que le había dado Ramiro hacía un año, mientras que ambos recitaban sus votos en esa pequeña boda que habían realizado en un parque ahí en Londres. Era un abogado que recién estaba iniciando su camino, mientras ella era maestra de niños, trabajaba para la sala de cinco años, desde hacía unos dos años.
Su vida no era algo de otro mundo, todo bastante normal, todo bastante monótono, pero ella se estaba acostumbrando a eso, el llegar a casa y que Ramiro esté con la computadora hasta altas horas, el ir a dormir sóla y la falta de pasión, la falta de deseo. Jamás creyó que eso les pasaría ya que ella tenía treinta años y su pareja treinta y tres, eran jóvenes pero así es la vida que llevan ahora.
-Pensando en el boludo ese? .- dijo una voz masculina gruesa, esa misma que la había sacado de sus pensamientos y recuerdos para traerla a la realidad. Una sonrisa se le dibujó en el rostro al ver a ese hombre envuelto en una toalla blanca que tenía en su cadera, cubriendo su desnudez pero dejando ese torso para poder verlo y disfrutarlo como ella más quería.
-No pensando, solo recordando cosas.- dijo con una voz suave mientras se sentaba en la cama y con delicadeza se quitaba la sábana blanca quedando completamente desnuda ante los ojos de ese hombre, que se pasó la lengua por los labios al ver la desnudez nuevamente.
-Ese es el problema vivís de los recuerdos con él y después conmigo los cumplís todos.- Murmuró mientras caminaba a la mesa que tenía una gran cantidad de bebidas alcohólicas, tomó la botella de whisky la destapó y la llevó a su boca para beber un poco de ese líquido que le generaba la sensación de quemar su garganta y a él le encantaba.
-Y bueno no todos son como vos, pendejos de veintitrés tres años, jugadores de Chelsea y uno de los mejores, sin contar que sos campeón del mundo.- le dijo mientras se ponía de pie y caminaba con delicadeza y sin apuro hacia el. Abby llevó la yema de los dedos hacia los tatuajes del pecho de Enzo, mientras disfrutaba no solo la humedad de esa piel sino el calor corporal que transmite.
-Y no siempre uno se garcha a la teacher de su hija que es mayor y una bomba sexual.- dijo de manera socarrona mientras pronunciaba un horrendo inglés. Abby asintió con la cabeza mientras sus dedos iban bajando de a poco acariciando la piel desnuda del morocho que tenía al frente.
Por su parte el podía ver cómo de los muslos de la muchacha había un hilo de algo blanco cayendo de manera lenta, sonrió como un niño al recordar cómo la había llenado hacía unos momentos como la había cogido sobre el sofá de ese hotel al que entraban con datos falsos.
-Viste no sólo eso Enzo, sino que también nadie garcha tan bien como vos.- susurro mientras se mordía el labio y disfrutaba la cara de él, mientras sentía las manos rodeando su cintura. -Te cogí toda hace un rato Abby, te hice mierda putita y ya querés más, ¿ya querés que papi te vuelva a llenar de leche como hace un rato?.- Gruño mientras una de la mano de el bajo hasta llegar a la intimidad de ella y colar un dedo de manera abrupta haciendo que la boca de la mujer se abra y libere un gemido roto.
-Que lindo... que lindo Enzo se sienten tus dedos dentro mío.- jadeó la mujer entre cerrando los ojos y disfrutando como su interior se iba expandiendo a la cantidad de dedos que el menor le iba introduciendo. -Mis dedos? Si a vos te gusta mi pija adentro, como te desesperas, como te enloqueces cuando te voy abriendo la conchita de a poco, como me miras mordiéndote el labio como la putita que sos.- le dijo mientras una de las manos de ella tomo la parte de la toalla que tenía ese nudo tan endeble y básico, deshaciéndose y disfrutando como ese trapo blanco y húmedo caía al suelo de ese lujoso lugar y ella podía ver cómo la verga de Enzo ya estaba dura de nuevo, podía ver el cuerpo del.jugador cubierto de tatuajes.

EST?S LEYENDO
Scaloneta One Shot +18
FanfictionOne Shot de distintos jugadores, todas historias mayores de 18 a?itos, se aceptan pedido