A varios metros de distancia, Daiki se apoyaba con dificultad contra el tronco de un árbol. Su aliento era entrecortado, y su rostro perlado de sudor frío.
Con manos temblorosas, amarraba su haori sobre la herida de su costado. El nudo era tosco, apretado con desesperación.
Sabía que no podía seguir luchando. Pero tenía que mantenerse consciente. Tenía que resistir.
—Vamos... no ahora —murmuró entre dientes, conteniendo un gemido de dolor.
Se asomó con esfuerzo desde detrás del tronco.
Y entonces la vio.
La demonio se lanzó directo hacia Madara, veloz como una flecha. A Daiki se le heló la sangre.
«Madara...»
En un parpadeo, la figura de la demonio se desdibujó y surgió detrás de ella, con un destello sangriento en sus cartas.
Las palabras que acababa de pronunciar aún flotaban en el aire, como un veneno que no terminaba de disiparse.
Madara sintió una punzada en lo más hondo, como si algo hubiera rozado la grieta que aún no sanaba.
Fue solo un segundo. Pero suficiente.
Su cuerpo reaccionó antes que ella. Giró sobre su eje, llevando la naginata en un arco defensivo.
El acero chocó contra el abanico de cartas con una explosión de chispas.
Pero el bloqueo no fue limpio. La hoja tembló bajo la fuerza del impacto.
—Eso fue rápido —dijo la demonio, sonriendo.
Sin darle tregua, flexionó las piernas y giró sobre sí misma con una patada giratoria.
Madara apenas alcanzó a alzar el asta. El golpe la sacudió y la lanzó varios metros hacia atrás.
Su espalda chocó contra una pared de piedra. El aire escapó de sus pulmones, pero se obligó a mantenerse en pie.
La demonio no le permitió recuperar el aliento. Se lanzó en picada, sus garras extendidas buscando la carne.
Madara rodó hacia un lado, esquivando el golpe, y giró su naginata con un movimiento fluido, intentando cortar a la demonio por el costado.
La hoja rozó su cintura, abriendo un corte fino en la piel.
Madara no perdió el tiempo. Se impulsó hacia adelante con una precisión feroz.
—Respiración del invierno — Tercera forma: Estalactita Mortal.
Con un giro ágil, dirigió el extremo de la lanza hacia el pecho de su enemiga.
Pero la demonio no se quedó atrás.
En el último instante, arqueó su espalda, esquivando la estocada por un suspiro.
Y entonces, contraatacó.
Las cartas volaron hacia ella como cuchillas.
Una punzada aguda le atravesó el muslo derecho cuando una de las cartas la alcanzó. La tela de sus medias se rasgó, y un hilo de sangre tibia descendió por su pierna.
Apretó los dientes. No podía permitir que el dolor la distrajera.
—¿Eso es todo lo que tienes? Esperaba más de alguien con un destino tan interesante —se burló la demonio, relamiendo la sangre en la carta con deleite—. He de admitir que me sorprendes cazadora... En todos mis años como demonio, jamás vi a un humano envuelto en tanto misterio.
Madara respondió con un saltó hacia atrás, tomando distancia. Su aliento, entrecortado.
La mujer ladeó la cabeza con una sonrisa, pero sus ojos brillaban con un destello analítico.
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Entre Sombras y Demonios | Kny x Oc | Akaza x Oc
FanfictionEn un mundo donde la oscuridad devora sin piedad y los Cazadores de Demonios son la última defensa, una nueva guerrera se une al Cuerpo. Madara, marcada por una infancia ba?ada en sangre, lucha no sólo contra los demonios, sino contra las sombras qu...
