| Adolescente en renta |

     El lunes había llegado, a pesar de haber creado el plan, tampoco podía tomarme a la ligera lo que había dicho; obviamente quería que ellas estuvieran juntas, pero, ¿Y si ella no quería? Ni siquiera sabía si los padres de Hannah estarían de acuerdo en que ella viviera sola por su cuenta.

Empezaba a tener dudas o más bien, la realidad empezaba a materializarse.

Caminaba hacia el colegio recordando que faltaba poco para salir de él, en octubre nuestras clases terminan al ser el último año y empezarían los exámenes para la universidad, siento que debo pensar mejor esto, hay más posibilidades de que la chica acepte una vez que vayamos a la universidad, pues así tendríamos una razón para sacarla de su casa.

Aunque eso suena mal, pero vamos, la chica sufre maltrato por amar a quien, según el que se hace llamar su padre, no debe.

Aunque suene mal, sacarla de su casa es la palabra que más calza.

– Hola, chicas. – Las saludé al llegar a la entrada del colegio donde acostumbraban a esperarme. – Tenemos que hablar. –

– No me gusta ni ese tonito y ni esas palabras. – Respondió Ash, sosteniendo su bolso de lado, un Nicole Lee.

– Si, es sobre lo que piensas, vamos a algún lado. –

– El aula de informática, nunca hay nadie a esta hora. –

– Vamos. –

Al llegar al aula, nos cercioramos de que estuviera vacía por completo y cerramos la puerta trancando por dentro.

– Ok, habla ahora porque traigo el Jesús en la boca. –

– Tan impaciente como siempre. – La miré. – Es sobre el plan que en teoría tenemos para hoy. – Tomé un respiro. – Creo que deberíamos hablar con ella, sí, pero no para "secuestrarla" ya, sino para que ella aplique a la misma universidad que nosotras y–

– Y así vaya a vivir con nosotras en el departamento. – La morena me quitó las palabras de la boca.

– Exacto, en unos meses salimos de aquí, ella tendría que irse a vivir a la otra ciudad, donde tenemos el departamento... aunque claro – Sostuve mi barbilla con mi mano izquierda. –, necesitaremos un cuarto más. –

– La oficina. –

– ¿Qué? – Nuestras miradas fueron a la menor de ojos celestes.

– Sinceramente no veo que vayamos a trabajar siempre en esto, así que, en algún momento esa oficina dejará de servirnos, es grande y espaciosa, prácticamente es otra recamara. –

La miraba, pero mi mente estaba en lo que dijo, por un momento lo razoné, ciertamente no creo que vayamos a hacer esto por siempre y mucho menos, si llegamos a tener una pareja.

Si Hannah y Lara siguen juntas, no creo que a la castaña le guste que la morena salga con otra persona y la bese o algo más, simplemente no le gustaría.

Y a Elizabeth tampoco le gus... Un momento, ¿Ella que tiene que ver? No es nada mío, así que no importa.

Pero y si... no.

No, no, no estaremos juntas, ella se irá en cuanto termine el contrato y me olvidará.

... ¿Y por qué duele?

Será porque...

– Ana. –

– Lo siento, lo siento, ¿Qué decían? –