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Tenemos que hablar.

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Ya era otro día después del destierro de ambos chicos del área. El sentimiento de incomodidad y ser perseguida seguía presente en mí, eso añadiendo las disculpas de varios habitantes y las miradas sobre mí que simplemente me causaban desconfianza, no podía evitarlo, me había vuelto una paranoica a pesar de que Alby me prometió que nadie más haría algo en mi contra.

Suspire recostada en mi hamaca y jugando con un pequeño juguete en forma de una niña de madera hecha por Chuck. Era sumamente talentoso con las artesanías, el día anterior después del destierro él me había mostrado cada una de sus creaciones y me atrevo a decir que todas son demasiado lindas. Los pequeños detalles hechos en la madera y la originalidad que tenía lo hacía aún más valioso. Recuerdo que cuando me dio esa pequeña niña casi se me salen las lágrimas por sus palabras.

—La hice pensando en ti, estoy haciendo uno que se parezca a mi, así cuando lo termine podrás tenerlo y sabrás que estaré contigo siempre.

Ese niño sin duda era como un rayo de luz en la oscuridad, con solo una sonrisa podía contagiarte y llenarte de felicidad por el resto del día. No podía creer que enviarán a alguien así a un lugar como el área. Era inevitable no sentir esa pizca de protección con el menor, cuidarlo de todo y todos para que nadie le hiciera daño a su inocencia.

A lo lejos vi como una cabellera castaña se acercaba hacia mi con tranquilidad, sonreí de lado cuando pude identificar de quien se trataba.

—Hey—saludo Thomas alzando un poco su mentón.

—Hola—respondí paseando la figura de madera entre mis manos mientras me sentaba.

—¿Disfrutando tu descanso?—cuestiono recargándose en el tronco de madera a su lado mientras se cruzaba de brazos.

—Un poco—ladee mi cabeza—acabo de terminar mis pruebas con Clint y Jeff.

—¿Mucho trabajo?

—No tanto, unos cuantos que se lastiman los dedos, cortes y así—me encogí de hombros. Él asintió.

—Es lo normal aquí

—Si, aunque me contaron que fueron más que de costumbre—reí, Thomas alzo una ceja con una sonrisita divertida.

—Creo que es normal, sienten curiosidad por ti—apreté mis labios asintiendo un poco. Él pareció darse cuenta de mi incomodidad por lo que carraspeo—. Ehm, Newt me pidió que viniera por ti para ir a la cena, ¿vamos?

—Claro—me levanté de la hamaca y comencé a caminar a su lado con tranquilidad—. ¿Por qué Newt te pidió eso? digo, ¿no pudo venir él a decírmelo?

—Él quiere integrarte y hacerte sentir cómoda, me envió a mi porque él está en una junta con Alby—respondió.

Alce ambas cejas comprendiendo la situación, apreciaba mucho los gestos que tenían ellos conmigo  haciendo todo lo posible para que yo este bien y eso fue desde un inicio. También me dí cuenta que por alguna extraña razón me sentía cómoda con el rubio recién mencionado, era raro, como si un sentimiento de calidez me naciera desde adentro cada que estaba cerca. Tenía la necesidad de abrazarlo con fuerza y no soltarlo nunca.