Para Yoongi, Jimin era la única bella estrella que brillaba en el cielo para el.
?Pareja principal: Yoonmin.
?Pareja secundaria: Se irá viendo a lo largo de la historia.
?Historia 100% mía. NO SE PERMITEN NI COPIAS, NI ADAPTACIONES.
? Fanfic escr...
Jimin jugueteaba con la leche de su desayuno. No tenía hambre, y Yoongi se había ido temprano al trabajo. Como iba con prisas, no le había dejado el desayuno. No había escrito una nota, pero Jimin lo sabía. Si no fuese así, lo hubiese preparado como siempre.
Hoy era uno de esos días donde no estaba bien. Donde sentía que no valía para nada y que caía en los mismos errores una y otra vez.
No tenía ánimos para comer, así que dejó su desayuno y se metió en la cama rodeado de ropa de su pareja para poder dormir hasta que el mayor llegase. Porque últimamente no dormía. Los pensamientos pesimistas siempre llenaban su cabeza y provocaba que estuviese toda la noche dando vueltas en la cama.
Dejó todo en el fregadero, no limpio nada y se dirigió a la habitación. Cerró las ventanas que la aireaban, bajó las persianas, corrió las cortinas y se metió en su nidito.
¿Por qué eres tan inútil? ¿Por qué eres tan blando? ¿Por qué no sirves para nada? ¿Por qué eres una escoria? ¿Por qué existes? ¿Por qué alguien como tú está con Yoongi cuando otra persona mucho mejor lo merece?
Todas estas preguntas se mezclaron en su mente mientras él daba vueltas en la cama agarrando una de las camisas del pálido y contaba hasta cien para intentar dormir y alejar esos pensamientos de él.
—U-uno... D-dos... T-tres...
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Yoongi sonrió cuando llegó a casa, cogió las llaves de su bolsillo y abrió la puerta. Esperaba encontrarse con su pareja en el salón, pero no estaba. Tampoco en la cocina, así que pensó que estaba en la habitación.
Dejó las cosas en el recibidor y se dirigió a donde pensaba que estaría Jimin. Abrió la puerta lentamente y se extrañó de ver todo tan oscuro.
Su corazón dio un vuelco al ver a su pequeño agarrando una de sus camisas con fuerza, hecho una bolita en medio de la cama matrimonial. Del pequeño bulto de sábanas salían pequeños sollozos que interrumpían el silencio de la habitación.
Con suavidad dejó el maletín en el suelo y se desabrochó dos botones de su camisa. Se arremangó y caminó hacia la cama, intentando no hacer ningún movimiento brusco.
Una vez que estuvo tumbado a su lado, lo rodeó entre sus brazos y besó su coronilla con cariño.
—Jimin...¿Otra vez esos pensamientos malos?—susurro el pálido mientras acariciaba el cuerpo tembloroso del omega. —Estoy aquí... Estoy aquí contigo, estrellita...
Jimin se dejó abrazar y se acurrucó más entre esos cálidos brazos. Su carita húmeda y sonrosada fue besada con delicadeza por donde caían sus saladas lágrimas, proporcionándole una sensación agradable de infinito amor.
Amor. Eso era lo que necesitaba en esos momentos y lo que Yoongi le proporcionaba con cada caricia.
—Bebé... Vamos a darnos un baño... ¿De acuerdo? Tú y yo nos vamos a dar un baño con agua calentita, burbujitas…Y cuando terminemos te prepararé tu chocolate caliente favorito—animó el pálido mientras acariciaba la espalda del menor. Jimin siempre se daba largos baños para relajarse cuando se sentía mal o tenía días duros; manía que había aprendido después de largos años juntos y que pondría en marcha ahora.