抖阴社区

Capítulo XI

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Axel sólo podía pensar en una cosa.

Quería. Desaparecer.

En un impulso tomó toda la sábana que los cubría a los dos y se la arropó fuertemente a su torso, una vez que se levantó de golpe de la cama. En ese momento parecía la mejor idea, aunque eso había acabado por dejar a Jordi completamente desnudo en el otro extremo.

―¡Oh por Dios! ―exclamó la pelirroja una vez que vio el espectáculo.

Jordi rápidamente llevó sus manos hasta sus partes íntimas y le lanzó una mordaz mirada a Axel, el cual no podía pensar en otra cosa que no fuera salir de ese lugar.

―Yo... Yo... ―tartamudeaba sin poder encontrar las palabras.

―Lo siento, ¿vale? ―dijo la chica, soltando una pequeña risa―. Ha sido mi culpa, los dejo a ambos en lo que... ―Axel abrió los ojos como platos ante de lo que ella estaba por decir―. Lo que sea que estuviesen haciendo.

Y sin decir más cerró la puerta.

―¿Pero qué demonios? ―inquirió Jordi una vez que pudo levantarse de la cama―. ¿Por qué has hecho eso?

―¿Por qué he hecho eso? ―la voz de Axel sonaba algo irritada―. Claudia ha entrado en tu habitación, nos ha visto a ambos desnudos en la misma cama. ¿Por eso?

―Oye, ¿podrías calmarte un momento...? ―le dijo, mientras buscaba entre la ropa tirada sus bóxers.

―¿Qué me calme? ―le soltó―. Además, ¿qué hace ella aquí? Me dijiste que vivías sólo, me invitaste a pasar cuando quisiera. ¿A ella también se lo dijiste...?

―¿Qué estás...? ―no comprendía sus palabras, cortó la distancia que había entre los dos mientras Axel estaba a medio camino de colocarse sus pantalones―. No. No es nada de eso.

―Entonces, ¿qué hace aquí? ¿Cómo ha entrado?

―Axel ―le dijo, mientras tomaba con sus manos el rostro desesperado de él―. Claudia vive conmigo. Yo estoy compartiendo el apartamento con ella.

―Pero dijiste...

―Sí, bueno. Creo que se me olvidó comentar ese pequeño detalle.

―No puedo creer que me hayas hecho esto... ―hizo una pausa―. Fui un tonto, realmente pensé que...

―Axel. Detente. ¿Qué estás diciendo?

―Jordi, basta ―se separó de él, mientras se colocaba su camisa―. Es obvio que tienes algo con ella. Algo conmigo. ¿De eso iba toda la onda despreocupada?

―No ―le dijo de golpe―. Claro que no.

―No sé qué pensar, Jordi. De verdad...

―Claudia es mi amiga. Ya te lo he dicho. Nada puede pasar entre los dos aunque queramos ―hizo una pausa―. Vive conmigo porque no puede pagar un apartamento para ella sola, y honestamente, yo tampoco. No pasa nada más.

Axel se calmó por un segundo. Dios mío. Quería creer que eso era verdad. No podía hacerse con la idea que todo lo que había pasado fuese una mentira. De verdad necesitaba que Jordi estuviese diciendo la verdad.

―Vale, lo pillo. No me crees ―le soltó Jordi de golpe―. Quizás podrías preguntarle tú mismo.

―No voy a hacer eso...

―Claudia sabe de ti.

―¿Cómo que sabe de mí? ―la sorpresa en la voz de Axel era desconcertante.

―No que eras tú, pero que estaba enamorándome de un chico.

―Pero creí que dijiste que nadie aquí sabía...

Y Sin Quererlo, Me EnamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora