Esa fina línea que marca el límite de la paciencia que toda persona tiene, aquella que al atravesarla te hace actuar por instinto porque todo lo que te rodea lo exige así, aquellas situaciones que te llevan a un punto donde no queda más salida que hacer lo que nunca has hecho, lo que nunca has pensado, pero sobre todo, aquello que nunca te imaginaste, pues el punto donde exploté fue precisamente este.
Imagínate una subida de tensión, donde la energía es enviada con tantos voltajes que ocasiona una explosión, algo inminente... ese punto donde los granitos de maíz para las palomitas, están tan calientes que estas estallan... inflar un globo a su punto máximo y al pincharlo con un alfiler este se reviente... a ese punto es donde llegó Mairus porque él no roso, ni movió, mucho menos tocó, sino que rompió, donde reventó una fibra sensible, ese día llegó y para su mala suerte traerá por consecuencia los sucesos a continuación.
Todo ese odio y resentimiento contenido; ese que un día sentí al combatirlo, volvió y de qué manera.
Emito un grito tan fuerte que mi garganta arde aunque hago caso omiso, ejerzo una fuerza sobrehumana en mis muñecas y logro romper lo que me ataba, ya teniendo mis manos libres desato mis pies, me levanto y golpeo la puerta.
-¡Mairus! ¡Abre la puerta!- el muy cobarde no hace ningún sonido, como en el recuerdo que tuve genero energía en mi mano izquierda y le doy múltiples golpes más a la puerta y esta vez cae al suelo, específicamente a los pies del sujeto que dice ser mi tío -¿Dónde está mi mamá?- me observa con los ojos desorbitados -¿Qué pensaste? Que nadie te escuchaba en esa oficina, donde le decías a Red lo que puedo hacer, Mairus que error- sale de su asombro y comienza a correr, yo lo persiho y lo logro alcanzar, le doy un golpe fuerte en el rostro y este cae desplomado al suelo pero aun consciente lo tomo por el cuello y lo levanto -Sabes que es chistoso que estemos en esta situación por segunda vez- trata de hablar, pero presiono un poco más- ¿qué fue lo que dijiste?... Ah ya recordé... Primera vez que logro que te mantengas en silencio... ciertamente gemas milagrosas- Mis emociones me ciegan, me dominan, recorren cada parte de mi cuerpo y maneja cada rincón de mi mente -Tu error fue creer que me tenías en tus manos... creer que la pequeña Astra nunca haría algo, pero sabes, no te reprocho- ladeo la cabeza -te agradezco, gracias a ti esto está sucediendo, me llevaste a sentir más odio que miedo y esto fue lo que lograste, te aplaudiría pero tendría que soltarte y huirías como la rata que eres, así que solo señalarás... ¿dónde está mi madre?- con la mano temblorosa señala una puerta. Presiono un poco más y logro que se desmaye.
Me dirijo a la puerta que me señaló y hago lo mismo que con la anterior, al abrirla veo que mi mamá está atada a una silla con una venda en los ojos -¿Quién anda ahí? Por favor no me hagan daño, yo solo quiero seguir buscando a mi hija- su cuerpo tiene pequeños espasmos por el llanto.
Me termino de acercar y le desato primero los pies -Por favor, no me hagan daño, solo quiero conseguir a mi hija, mi niña- sigo con las manos y por ultimo le quito la venda de los ojos. Estos se adaptan a la luz y se centran en mi cara. Una mezcla de sentimientos se ven reflejados en sus expresiones; primero la duda, me observa como si yo no fuera de verdad, luego dolor debo suponer que por mi apariencia, todo los golpes que he recibido debo parecer un saco de box y finaliza sonriendome -Sam ¿en serio eres tú?- una lágrima le cae del rabillo del ojo, rápidamente la limpio.
Me dedico a observarla, se ve delgada de manera insana, su piel esta opaca y con falta de cuidado, tiene grandes bolsas debajo de los ojos; toda ella es la viva imagen del agotamiento y tristeza, nunca imaginé que al verla estaría en esta condición y es algo que me supera por completo, no puedo ni imaginar todo lo que a sufrido estas semanas.

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TESRRA ??
Science FictionTodo lo que conozco de un momento a otro va a cambiar, varios sucesos indican que mi vida nunca más será la misma, porque así debe ser, todo apunta a qué algo grande se avecina y no podré huir como alguna vez lo hice. Sufriré en el camino y de eso i...