- Le gustas, tia - respondió Sara luego de escuchar lo que pasó con Gavi en el pasillo de la discoteca.
- Pero si me ha tratado como una mierda! - contesté con un gesto de desaprobación - Sólo le gusta tener a todas sus peoncitas detrás y al ver que yo no estoy a sus pies, quiso intentarlo.
- Y lo logró? - interrogó con una ceja arqueada.
- Que va tia! ni lo sueñes...
A todo esto ya eran las 5 a.m y seguíamos en mi habitación hablando sobre lo que había pasado ese dia, que fué una locura.
Paré de hablar al ver el celular de Sara encenderse, le había llegado una notificación.
Pude adivinar lo que sucedía por la cara de mi amiga, quien abrió muchisimo los ojos y se cubrió la boca con la mano.
- TIA! - gritó aún con la boca tapada y los ojos como platos.
Me enseñó la pantalla del móvil, y efectivamente mis sospechas eran ciertas.
Pedri habia comenzado a seguirla en Instagram.
Esto desembocó en media hora de gritos, saltos y festejos. Sara no podía creerlo, y yo tampoco.
- Cómo lo ha encontrado?? - Preguntó Sara incrédula.
- La verdad que no tengo idea, pero esto es una puta locura, tia - Respondí con una sonrisa.
-
Han pasado dos semanas de lo sucedido en la discoteca.
Sara habia hablado con Pedri todos los dias sin falta. Incluso quedaron un día en una cafetería.
Él parecía un buen chico, sinceramente estaba preocupada por la psiquis de mi mejor amiga, pero digamos que Pedri me daba buenas vibras.
Y con Gavi, bueno. Todo lo contrario.
No había vuelto a saber nada. No me malinterpreteis, no me interesaba tampoco. Pero habia algo jodidamente atractivo en él. Le odiaba pero no podía dejar de pensarlo.
Estaba obsesionada.
un mensaje de Sara me sacó de mis pensamientos
-
Sarita♡
< Tía!!
< O no que tú me quieres mucho? :)
Sara?? >
dios mio, que tienes en mente ahora? >
< JAJAJAJA no te preocupes Pauli
< No ha sido idea mia, que conste
< Pepi me ha invitado a verle jugar mañana, crees que puedas acompañarme?♡
< Tenemos entradas pagas en el palco VIP :)))
Que lío tia... >
Sólo voy a aceptar si puedo negarme a > usar la camiseta del imbécil
< Trato hecho
-
Esta tia y mi nula capacidad para decir que no, iba a hacerme meter en un problema algún dia.
Bajé las escaleras porque ya era hora de cenar y me encontré a mi madre poniendo la mesa.
- Mañana voy a ir al Camp Nou de nuevo, Mami - Le avisé, ella nunca me cuestionaba, pero siempre le avisé para que sepa donde estoy.
- Que sorpresa hija! Sara te está contagiando su pasión por el Barça - respondió riendo - Al menos que vayas a ver a alguien en especifico - esta vez me guiñó un ojo.
- Que va mamá! que puto asco - Exageré mis disgusto por los futbolistas - de hecho no es ninguna de las dos opciones, voy a acompañar a Sara a ver a un chico - Respondí, esta vez en serio.
- Quizás su chico pueda presentarte a un amigo suyo... - golpeó mi hombro suavemente.
- Futbolista? No gracias.
Terminamos de cenar, lavé los trastes y me fui a dormir. Mañana iba a tener un dia largo.
-
Los vitores inundaban el estadio, el Barça habia ganado 4-1 al Real Sociedad y la esperanza de quedar primeros en la tabla de la liga estaba intacta.
- Que tal chicas? - una voz femenina habló a nuestras espaldas.
Al darnos vuelta nos encontramos con una chica muy guapa.
- Soy Sira, la novia de Ferran - se presentó y nos saludo con dos besos a ambas - Tu debes ser la pareja de Pedri, verdad? - Sira hizo notar que había visto la camiseta que llevaba puesta Sara.
Los cachetes de mi amiga se pusieron de color carmesí.
- No! no... - trastabilló con las palabras - somos buenos amigos - Sara respondió con una tierna sonrisa - Soy Sara y ella es Paula, mi mejor amiga - Me incluyó, provocando que Sira me mire con una sonrisa.
- Quieren venir? vamos a bajar a buscar a los chicos - dijo haciendo referencia al resto de mujeres/niños que había en el palco. Supuse que eran las novias de los jugadores y sus respectivos hijos.
- Vale! vamos detrás de ustedes - Sara respondió sin consultarme nada.
Sira se fué con el resto de botineras y aproveché el momento para detener a Sara y cuestionar su decisión.
- Tía! Preguntame al menos si quiero ir! - la miré con los ojos muy abiertos.
- Lo sé, es una locura - hizo una mueca- pero porfavor acompañame, no puedo ir sola.
- Que pinto yo ahí tia? si ni siquiera soy amiga de ninguno. - cuestioné seria.
- Será rapido, confía en mi.
Antes de que pudiera responder, Sara tomó mi muñeca y me arrastró por las escaleras bajando casi de dos en dos escalones.
Madre mia.
Todos estaban ahi, con sus respectivas familias. Por suerte nadie pareció percibir nuestra llegada.
Mi mejor amiga buscó a su chico, quien estaba recargado sobre una de las paredes del pasillo hablando con Ansu.
- Pepi!! - Sara corrió a los brazos de Pedri quien la recibió con un abrazo.
- Que tal chica? - el jugador besó la cabeza de mi amiga de forma amigable.
Pedri y Sara se metieron en una burbuja hablando entre ellos, como si nadie mas existiera a su alrededor.
- No te atreviste a vestir mi dorsal hoy, muñeca - una voz masculina muy cerca de mi oído derecho me hizo estremecer.
Giré mi cabeza inconcientemente hacia la voz y me encontré con la cara de Gavi.
Estaba extremadamente cerca y al hijo de puta no le movió ni un pelo. Seguía teniendo su maldita sonrisa ladeada que me hacía querer darle un golpe.
Di un paso atrás para dejar esa cercanía que tan nerviosa me puso, y me limité a mirarlo mal.
- Que va! Sigues enojada por el trago que derramé sobre tus preciosas... - no sé que cara habré puesto para que volviera sobre sus palabras y eligiera otras mas adecuadas - sobre tu precioso vestido negro? - preguntó ensanchó su sonrisa, victorioso.
- No, gilipollas - no podía con este hombre.
- Y entonces por qué me miras como si fueras a matarme? - lentamente me iba acorralando contra la pared - Digo, no es que me moleste, te ves muy sexy con ese ceño tan fruncido.
- Quizás sea por que con tus actitudes me dan ganas de matarte... - lo miré desafiante, y sentí la pared fría sobre mi espalda.
Sonrió con superioridad como si yo estuviera bromeando.
- A mi a veces tambien me dan ganas de matarte, sobre todo cuando llevas puesto mi dorsal - habló en doble sentido.
- imbécil - intenté irme pero obstruyó mi camino con su brazo en la pared.
- Que va! Mirame a los ojos y dime que no te pongo - Mi indignación me llevó a pegarle un guantazo en toda la cara. - la manera en la que te sonrojaste fué una respuesta para mi, bonita.
Si, como era de esperarse mis mejillas estaban ardiendo.
- Realmente te odio - Al fin pude librarme de esa situación.
- Yo también, muñeca - escuché a mis espaldas mientras me alejaba del demonio y me acercaba a Sara, que hablaba pacíficamente con Pedri.
Había tanta gente y tantos murmullos que nadie parecía haber notado la escena que acababa de ocurrir.
Sentí que iba a desmayarme por el cóctel de emociones que estaba intentando sobrellevar. Realmente le odiaba, pero el dolor en mi zona baja y mis bragas húmedas decían todo lo contrario.
- Sara, vámonos de aquí porfavor - Le supliqué.
- Estas bien Pauli? que ha pasado? - preguntó mi amiga con una expresión de preocupación.
- Estoy bien, no te preocupes, sólo quiero ir a casa.
-
(narra Gavi)
- Lo que sucede es que tu estas acostumbrado a tener a todas a tus pies - Respondió Pedri, que iba conduciendo.
Estábamos volviendo a casa luego del partido.
- No se por qué con ella es diferente - De alguna forma le dí la razón.
- Quizás es porque ella es diferente - Mi mejor amigo no apartaba la vista de la carretera.
- Jo'er tío... - Volteé la cabeza con desinterés - no te pongas filosófico ahora...
- Colega! - me regañó - no te has aburrido de tener solo rollos de una noche?
- Pareces mi padre, Pepito! - Respondí en tono irónico con una sonrisa - No estoy para algo serio ahora - me sinceré - y menos con esa tia.
- Qué tiene Paula? - Ahora se su nombre...- parece ser una chica centrada e inteligente. Con sentido común - me cuestionó
Me hirvió la sangre.
Me puso de mala hostia saber que tenía razón. Además de estar buenisima y ser inteligente, tenia algo que el resto no.
No estaba a mis pies.
Recordé sus palabras de hoy y me entró la rabia, fué como escuchar su maldita voz en mi cabeza repitiendo "realmente te odio".
- La odio - sentencié saliendo de mis pensamientos.
- Pff - Pedri soltó una carcajada - No le odias payasin.
- Pues me cae mal - giré los ojos - tiene la pinta de esas tias que se creen superiores por haber leído crepúsculo. No es mi tipo
- Te cae mal? - cuestionó ironicamente - Te está rayando que no te este lamiendo los huevos como el resto de chavalas - se autocontestó, razón no le faltaba - Estas obsesionado.
Decidí callar, pues no tenía nada para refutar.
Pedri tenia razón.
Estaba obsesionado.