Después de un largo día de ensayos, el ambiente en la casa estaba mucho más tranquilo. La mayoría de los chicos ya se habían ido a sus habitaciones, buscando descansar después de la rutina intensa.
Por mi parte, decidí quedarme en la sala. Estaba sentada en el sofá, charlando relajadamente con Niki y Jay. El sonido del televisor de fondo ayudaba a que la atmósfera fuera aún más relajante.
Ambos chicos estaban bromeando entre sí, y yo reía de vez en cuando, disfrutando del momento sin pensar en nada más.
Jay estaba, como siempre, tirando algunas bromas que me hacían soltar carcajadas, mientras Niki solo se reía a su lado, más tranquilo. Estaba agradecida por estos pequeños momentos de desconexión.
- ¿Creen que la próxima vez podríamos hacer algo distinto? -le pregunté, mirando a Niki con curiosidad.
- ¿Algo distinto? -repitió Niki, arqueando una ceja. - Como, ¿probar una coreografía nueva? O ¿una canción diferente?
- Algo así, pero también algo fuera de lo común -respondí, dándole un pequeño golpe en el brazo mientras Jay seguía con su juego de bromas.
- ¿Fuera de lo común? Como ¿irnos todos a un karaoke o algo? -Jay soltó, levantando una mano como si hubiera tenido una brillante idea. - Podríamos hacer una competencia de canciones.
Niki y yo nos miramos, intentando no reírnos.
- Ya sabes que eso sería un desastre, ¿no? -respondí con sarcasmo. - No creo que quiera escuchar a Jay intentando cantar alguna balada, no lo tomaríamos muy en serio.
Jay hizo un gesto exagerado de ofensa, llevándose una mano al pecho.
- ¿Acaso no lo haría bien? -preguntó con una sonrisa burlona.
Me reí y negué con la cabeza.
- Definitivamente no -respondí, sabiendo que el nivel de caos sería elevado si lo hacíamos.
Justo cuando la conversación seguía en un tono relajado, escuché los pasos familiares de alguien acercándose. Miré hacia la entrada de la sala y vi a Sunghoon aparecer, con cara de recién despertado. Se rascó la cabeza como si apenas se hubiera levantado, aún con la camiseta algo arrugada.
A pesar de estar un poco desaliñado, su presencia era inconfundible. Parecía que había tenido un sueño largo, y no pude evitar notar la forma en que se estiraba, como si tratara de despejarse de los restos de sueño que aún llevaba encima.
Sunghoon caminó directamente hacia el sofá y se sentó a mi lado sin pensarlo mucho.
- ¿Qué tal? -me preguntó, acomodándose mientras ponía una pierna sobre la otra, buscando hacerse cómodo.
- Ya sabes, descansando -respondí, sin mucha más emoción. No quería que pareciera que su presencia me incomodaba, aunque algo en mí se tensó por un segundo.
Niki y Jay, al ver su llegada, se hicieron a un lado y continuaron con su conversación, casi ignorando que Sunghoon acababa de unirse.
- ¿Tú también estabas descansando o solo viniste a robar espacio en el sofá? -bromeé, mirando a Sunghoon con una sonrisa burlona.
- Si te soy sincero, vine a robar tu espacio -dijo, devolviéndome la mirada con una pequeña sonrisa. Se acomodó aún más cerca de mí, como si no le importara estar en mi espacio personal.
Me reí un poco, pero no podía evitar sentir esa sensación de cercanía incómoda que siempre venía con su presencia.
Sin embargo, traté de mantener la calma y no hacer demasiado drama al respecto. Todos estábamos relajados, y no quería romper ese ambiente tan tranquilo que se había formado.
- ¿A qué hora es la reunión de mañana? -preguntó Niki, buscando cambiar de tema mientras miraba su teléfono.
- A las 10 a.m. -respondí rápidamente, sin querer pensar demasiado en lo que podría venir. - Lo que significa que tengo que dormir temprano.
Jay frunció el ceño.
- ¿Dormir temprano? ¿Acaso estás cambiando tus hábitos, Soo-ah? -bromeó, haciéndose el sorprendido. - Es la primera vez que te escucho decir eso.
Me reí un poco y miré a Sunghoon, que estaba sentado a mi lado y escuchaba atentamente.
- A veces es necesario descansar, ¿no? -respondí con una sonrisa, mientras notaba que Sunghoon me miraba de una manera extraña, como si hubiera algo más que decir pero no se atreviera.
Sunghoon se acomodó un poco más cerca de mí, estirando las piernas.
- Bueno, yo también debería dormir temprano -dijo, pero luego miró a Niki y Jay con una sonrisa. - Pero sé que si hago eso, me perdería todas sus bromas.
- Nadie te obliga a quedarte, Sunghoon -le dijo Jay, mirando con burla a Sunghoon.
- No, no en realidad disfruto de verlos hacer el ridículo -respondió con tono de broma.
El ambiente estaba relajado, sin preocupaciones, solo disfrutando de la compañía y dejando que el tiempo pasara sin más.
Al final, cuando la charla se fue calmando, me levanté del sofá y estiré los brazos, sintiendo lo pesado que estaba el día. Fue un buen descanso, pero sabía que nos esperaba otro día de trabajo.
- Creo que voy a dormir un poco -dije, mirando a los chicos mientras me preparaba para irme.
Sunghoon me miró un momento antes de que me levantara.
- ¿Ya te vas? -preguntó, un poco sorprendido.
- Sí, ya estoy cansada -respondí, sin pensar mucho.
Antes de irme, Niki me lanzó una última broma.
- ¿A dónde vas, Soo-ah? ¡Todavía no has probado mi nueva teoría de cómo sobrevivir a los ensayos! -dijo, levantando una mano como si tuviera algo importante que decir.
Me despedí rápidamente y me dirigí a mi habitación para descansar. Pero justo cuando cruzaba el umbral del pasillo, escuché pasos detrás de mí. Los pasos eran rápidos y no tardé mucho en girarme para ver quién me seguía.
Era Sunghoon.
Mi primer impulso fue mantener la calma, pero algo en su mirada me hizo sentir un leve nudo en el estómago.
Caminó hacia mí, sin detenerse, y antes de que pudiera reaccionar, ya estaba cerca. Su presencia era inconfundible, y no pude evitar notar lo cerca que se encontraba de mí, haciéndome sentir un poco acorralada contra la pared del pasillo.
- ¿Tienes algo que decirme? -dije, tratando de mantener la calma mientras lo miraba a los ojos.
Intenté moverme, pero Sunghoon no dio un paso atrás. En cambio, se acercó aún más, reduciendo la distancia que ya había entre nosotros.
- No, no es eso -respondió con una sonrisa ligeramente provocadora, mientras sus ojos observaban mi rostro. La cercanía me hacía sentir incómoda, pero no quería demostrarlo. - Solo quería saber si te gustaría hablar un momento.
Traté de mantenerme firme, aunque la tensión en el aire era palpable.
- ¿Hablar? -repetí, forzando una sonrisa. - No estoy de humor para charlas largas.
Intenté empujarlo ligeramente para crear un poco de espacio entre los dos, pero él no cedió.
En lugar de eso, sus manos se posaron suavemente sobre la pared a ambos lados de mi cabeza, bloqueando aún más cualquier posibilidad de escape.
- No me hagas pensar que te asustas tan fácilmente -susurró, su voz baja y cargada de una intensidad que no esperaba.
Sentí cómo su respiración se hacía más cercana, y, aunque intentaba mantener la calma, mi corazón comenzó a latir más rápido.
Antes de que pudiera reaccionar, Sunghoon se inclinó hacia mí, acercándose más, y en un movimiento que me tomó por sorpresa, sus labios robaron los míos en un beso breve pero intenso.
Mi cuerpo se tensó, pero no pude apartarme. El beso fue más suave de lo que había imaginado, pero la presión en mi pecho no desaparecía.
Cuando finalmente se apartó un poco, sus ojos seguían fijos en mí, buscando una reacción.
Atónita, no supe qué hacer por un momento. Sin embargo, lo único que logré fue soltar un suspiro, sin saber exactamente qué decir.
- ¿Por qué hiciste eso? -pregunté finalmente, mi voz un poco temblorosa, pero intentando recuperar el control de la situación.
Sunghoon sonrió, pero esta vez fue una sonrisa más tranquila, como si hubiera encontrado algo interesante en mi reacción.
- No podía quedarme con la duda -respondió, sus ojos brillando con una mezcla de desafío y algo más que no supe identificar.
Me quedé en silencio por un momento, mirando a los ojos de Sunghoon, intentando entender qué estaba pasando.
No sabía si había sido un juego para él o si realmente significaba algo. Sin embargo, lo único que pude hacer fue apartarme ligeramente y seguir mi camino hacia mi habitación, dejándolo allí parado.
Cuando entré en mi cuarto, cerré la puerta detrás de mí con un suspiro profundo. Mi mente estaba llena de preguntas, pero también de confusión. ¿Qué había sido eso? ¿Un simple impulso o algo más?