Dear Chim ● YoonMin.

HoSeok abre la puerta, tiene sentimientos encontrados por ese lugar. Por una parte odia ver las tristes paredes blancas y grises... necesitaban más color, no obstante, sabe que solo ahí podrán ayudar a TaeHyung.

Y es lo que más le importa.

TaeHyung se encuentra sentado, mirando la ventana.

— Hola, TaeTae.

— Subí tres kilos —HoSeok toma asiento a su lado.

— Eso es bueno, bebé.

— Estoy gordo.

— Eres hermoso, TaeHyung.

Se levanta para después sentarse sobre las piernas de HoSeok. Solía adoptar una postura más infantil cuando se trataba del chico que le gusta.

— Mamá te extraña, Tae...

El nombrado sonríe, nunca se hubiera imaginado aquellas palabras y ahora lamenta haber conocido a la familia de Jung cuando estaba en su peor momento.

Está seguro de que si la mamá de HoSeok hubiera conocido todo lo malo que había hecho y lo mal que había tratado a su hijo; seguramente ahora le estaría odiando.

Su hijo merecía un buen novio y él estaba dispuesto a serlo.

Claro, si es que eran novios.

— Yo... haré lo posible por estar en su cumpleaños...

— Aún falta mucho, acaba de cumplir años...

— Tengo un año para sanar —con su dedo hace pequeños dibujos imaginarios sobre el pecho de HoSeok— extraño ser libre.

— Si te esfuerzas, saldrás más rápido de lo que imaginas.

Un silencio se forma. TaeHyung no ha dejado de pensar desde que llegó a ese lugar; ha conocido a un par de personas que pasaron por lo mismo que él, incluso más... ahora comienza a ver las cosas de manera diferente.

— Quiero visitar a JiMin.

HoSeok hace una mueca que instantáneamente TaeHyung nota, le mira como si lo que acababa de decir fuera algo malo.

— ¿Estás seguro? TaeHyung, yo no creo que...

— Tengo algo por resolver con él, HoSeokie.

— ¿No prefieres que él venga? puedo contactarlo.

— Minnie... no creo que venga, Seok —regresa a su lugar inicial— él tiene problemas como yo... no puedo decir que lo conozco porque nunca tuve el interés en conocerlo realmente, pero puedo asegurar que él no se sentirá seguro aquí conmigo... solo.

— Pero Tae...

— Escapó después de que le hablé de mi enfermedad, le hice sentir culpable de todo lo malo que me estaba pasando —suspira pesadamente— traerlo aquí sería recordarle todo lo que hizo... que le hicimos creer que hizo. Hasta donde me enteré, él tiene una familia y está mejorando.

— Ahora es un Park.

— ¿Park? ¿de los empresarios Park que todo Seúl conoce?

— Esos mismos, ellos le están cuidando... JiMin está obteniendo todo lo que merece.

— Fui una basura, ¿no?

— Lo fuiste.

— Seok —le mira serio— ¿por qué sigues apoyando a una basura como yo? no, espera... ¿por qué estás con una basura como yo? te pudiste haber quedado con aquel chico lindo...

— SungChan —aclara— TaeHyung, nos conocimos siendo unos niños... supongo que eso contribuyó a que las cosas terminaran de esta manera —sonríe ligeramente— SungChan creció conmigo como un hermano.

— Pero le gustabas.

— Pero me gustabas tú —toma la mano del menor— sé que aparentas ser un chico cool, pero conmigo no tienes que hacerlo, nunca tuviste que hacerlo.

— No puedo esconderte nada, ni siquiera mis verdaderos sentimientos. Mil veces te pedí que me dejaras solo y nunca lo hiciste.

— Porque no estabas hablando coherentemente, mientras tú me decías una cosa, tu cuerpo me decía otra. Sé que me mirabas pidiéndome que no te dejará... aun cuando me lo habías ordenado y podía sentir el dolor y la mentira en cada una de tus palabras.

TaeHyung cubre su rostro, poco a poco comenzaba a darse cuenta de todas las cosas que había hecho mal con JiMin y HoSeok solo por mantener feliz a JinYoung, pero ahora que éste lo había corrido, ya no tenía interés por volver ni por hacerlo feliz.

Ya no quería ver nunca más a JinYoung en su vida.

— Perdón por todo esto, HoSeokie... te prometo que voy a recompensarlo apenas salga de aquí.

— TaeHyung... esa será mi mayor recompensa; que tú salgas de aquí y estés bien.

— Yo... quiero cambiar mi celular apenas tenga oportunidad.

— ¿Por qué? —arquea una ceja— tu celular sirve perfectamente.

— Porque, bueno... guarde muchas dietas y páginas pro-mia... ya no quiero volver a eso HoSeok, de verdad... comienzas creyendo que tu controlas todo, al final la enfermedad te controla a ti.

HoSeok asiente, había todo un mundo por entender cuando se trataba de los desórdenes alimenticios, sabía que TaeHyung se había obsesionado tanto por su peso al punto de buscar dietas para nada saludables, ejercicios intensos y blogs de otras personas que apoyaban la enfermedad.

Un mundo que algunos habían comenzado a normalizar y no era para nada sano.

— Tómalo con calma, bebé —acaricia su mejilla— te tomará tiempo superarlo, pero ¿sabes cuál es la mejor parte? —TaeHyung niega— que reconoces tu problema y estás dispuesto a recibir ayuda profesional.

TaeHyung baja la mirada, sabe que los siguientes meses serán una completa lucha contra sí mismo, contra sus pensamientos, contra sus creencias, contra el mundo y lo que cree que es normal y que está bien.

Lo mejor de todo; él no está solo. Tiene a HoSeok y a su familia.