抖阴社区

twenty five

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Sus pies casi se arrastraban por el pasillo que la llevaría a su próxima clase. De su rostro cabía mencionar que cualquiera que le viera no intentaría ni siquiera abrir la boca para decir algo, puesto que el enfado se le escapaba por los poros.

Sin embargo, una pelinegra notó esto desde lo lejos y se dispuso a ir hacia la chica que parecía explotar en cualquier momento. Bajó las escaleras y la llamó desde ahí, esperando ser escuchada.

Con suerte pudo ser así, logrando que alzara su cabeza para verla y que su mirada cambiara inmediatamente a una más desanimada en lugar de molesta.

-¿Qué tienes?-preguntó Doyeon al tenerla cerca.

Lisa apoyó su espalda sobre el pasamanos de las escaleras, recargó sus brazos en el mismo y soltó un suspiro agotado. Su cuerpo dolía mucho.

-Si te digo que acabo de pasar casi dos horas leyendo en voz alta frente a todos, ¿me creerías? -preguntó casi susurrando.

-No necesitas decirlo, tu voz me lo acaba de confirmar -se apresuró a decir con expresión preocupada-. ¿Qué fue lo que pasó?

-La señorita Kim, ya sabes... -fue la única respuesta que dio, acompañada de un rodar de ojos.

-Dios, ni siquiera hace falta más explicación. Qué mujer más fastidiosa, luego debe preguntarse por qué todos hablan mal de ella y no le dan ni los buenos días, es tan... -se quedó callada de golpe al recordar lo que Lisa le había contado hace unos días-. Lo siento, me callo.

-Adelante, tienes mi permiso para decirle todo lo que quieras -sonrió amargamente-. Se lo merece de todas formas.

Doyeon sonrió apenas y negó con su cabeza, prefiriendo dejar de hablar antes de empezar a insultarla como era debido.

Tomó el rostro de Lisa y lo alzó ligeramente para dejar un corto beso en su mejilla, acariciando su cabello después.
Sin querer había provocado una punzada de dolor en el cuello de la menor, quien aún seguía sensible ante los movimientos repentinos, pero intentó disimularlo para no preocupar más a Doyeon.

Le sonrió al recibir aquella muestra de cariño y apoyo, sintiéndose un poco mejor ahora que alguien la había ayudado a distraerse aunque sea por unos segundos de lo que había sucedido anteriormente.

-Vamos, no quiero que entres tarde a la clase -dijo después de apartar su mano del cabello ajeno e instándola a que despegara su cuerpo del pasamanos para empezar a caminar-. Todo estará bien, estoy contigo.

-Gracias, de verdad -respondió, brindándole una mirada sincera.

-No es nada. Procura no hablar mucho en las próximas horas, no quiero que empeores -empezó a subir por las escaleras a la vez que señalaba hacia su garganta.

Lisa asintió y se despidió de la mayor agitando su mano en el aire. Se encaminó hacia el salón al que debía ir y en un rápido vistazo a su izquierda se encontró con la mirada distante de la señorita Kim, quien se había quedado parada sobre el pasillo a unos cuantos metros de distancia.

El solo verla le provocó la misma molestia que había logrado disipar hace unos segundos gracias a Doyeon.
No quería estar cerca de ella ni siquiera a esos pocos metros que las separaban, por lo que solamente le lanzó una mirada de evidente desprecio y siguió su camino a la entrada de salón.

Entró en él y se sentó silenciosamente en un pupitre del medio, sintiendo sus piernas contraerse con molestia aún, pero disfrutando de estar sentada por fin luego del tanto tiempo que se le privó. Colocó su mano bajo su mentón con la vista al frente cuando la clase comenzó.

De todo, lo que más dolía era su garganta, la cual le fue incomodando cada vez más con el pasar de los minutos. Y aunque por suerte no debía hablar en esa clase, no podía evitar sentirse afectada por el ardor en esta zona.

???????'? ??? | ???????Donde viven las historias. Descúbrelo ahora