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—¡Papá! —La albina corrió y abrazó al azabache—. ¡Hiroshi dice que tú asesinaste a nuestra madre! ¿Verdad que no fue así?
—Claro que no es verdad, tal vez no se levantó muy contento hoy, ¿te parece si horneamos galletas para él? Probablemente le gusten y su humor mejore. —Sonrió dulcemente para su pequeña, tomó a la niña por la cintura y la cargó entre sus brazos.
Qué buen padre es.
—¡Sí! ¿Podemos invita al tío Douma? ¡Y Akasa también tiene que venir! —La menor se apegó más al cuerpo de su padre, sus pequeños brazos rodeaban su cuerpo.
—Sólo a Akasa, ¿te parece?
—¡Sí!
『••✎••』
—¡___! Extrañaba verte. —El demonio sonrió.
La albina no respondió.
—Respiración de la noche, primera postura; filo de estrella. —Una serie de cortes fueron desencadenados en dirección al ser.
"Hiroyoshi" esquivó los ataques fácilmente como si de puros juegos se trataran.
—¿Cómo está Katsu? Hace tiempo que no lo veo. Me imagino que la maldición ya les hizo efecto, ¿eh? ¡Qué suerte! ¡Conviértete en un demonio! —Sus ojos se iluminaron al decir estas palabras— Si eres un demonio, vivirás más de lo esperado
La joven miró al demonio de apariencia extrañamente parecida a ella.
—¿Qué te hace creer que la maldición está en mí? Estoy perfectamente bien, estoy sana y sin ningún problema de salud. —Aseguró ella, su mirada se mantuvo sobre los rojizos ojos de su contrario.
El albino abrió ligeramente los ojos y sonrió con cariño.
—No sabes cuánto me alegra escucharlo, ___. —De sus manos comenzó a derramarse un líquido rojo, este mismo recorrió todo su áspera piel—. Pero ya sabes que no me gustan las mentiras, hermanita.
—Te lo dije, estoy sana, no moriré hasta que sea una anciana o un demonio me mate. Sería patético morir por una maldición, ¿no crees?
—Siento... No te quedan más dedos meses.
Sus ojos se abrieron y sus párpados comenzaron a temblar, al igual que su cuerpo. Su rostro palideció y sus manos comenzaban a sudar. Se notaba desde lejos, ___ se encontraba asustada.
—¿Qué? ¿Dije algo malo? —Su mirada expresaba preocupación, al igual que su tono de voz.
El demonio comenzó a correr en dirección de su "hermana", él tenía intenciones de darle un abrazo.
Pero antes de que sus brazos rodearan el delicado cuerpo de la pilar, estos brazos fueron cortados, perdió de vista a ___.
Comenzó a buscarla entre los árboles que allí se encontraban, pero aún así no lograba sentir su presencia.
—¿___? ¡Avísame si estamos jugando a escondernos! —Una divertida sonrisa apareció en su pálido rostro mientras buscaba aún más.
Rápidamente, su cabeza fue cortada, un fino y delicado corte en el cuello fue el detonante a su muerte.
—Sus ojos se abrieron, su rostro expresaba sorpresa—. ¡__-___! ¡¿Por... Por qué me cor-cortaste?! —Su voz comenzaba a entrecortarse mientras su cuerpo se desvanecía.
—¿No es obvio? Soy un pilar, ¿qué querías que hiciera? No podía jugar o simplemente perdonarte la vida, Hiroyoshi. —Su mirada se mostraba vacía, sus manos sostenían firmemente la espada con la que decapitó a su hermano.
—¿Qué más esperabas que hiciera? —La albina miró a su hermano, su mirada se percibía vacía, sin emoción ni sentimiento alguno.
—Queria... Yo... Quería un abrazo tuyo, hermanita. —El demonio comenzó a derramar lágrimas mientras se desvanecía.
No lo admitiría, pero ___ también tenía ciertas ganas de llorar. Hiroyoshi seguía siendo un niño, tenía apenas trece años, y Muzan ya se aprovechaba de él.
—¡___! ¡Perdóname! ¡Perdóname! ¡Te juro que nada de esto era intención mía! El... ¡El dijo que te estaba buscando! ¡A tí y a Katsu! —La desesperación se hizo notar en los movimientos que hacía su cuerpo.
—... —La joven comenzó a acercarse hacia su hermano.
—Te amo... Yo... Lamento no poder evitar lo de la maldición... —Sus ojos, al igual que el resto de sus ojos comenzaron a desaparecer—. Katsu... ___... Los... Los am- —Antes de que pudiese terminar de hablar, desapareció por completo.
—Dos meses... Hace unas semanas eran cuatro, ¿por qué cada vez avanza más? —Miró al suelo con molestia y apretó los puños.
Se levantó y golpeó fuertemente un árbol que se encontraba cerca.
—¡Te juro que te mataré Muzan! ¡Tu sangre sobre mis manos será lo más placentero que sentiré en toda mi jodida vida! —Dijo, sacó un pañuelo de una bolsa del uniforme y limpió la sangre que salía de su nariz.
Un vacío silencio se hizo presente en el lugar.
—Tengo que ir con Muichiro... Siento la presencia de una luna superior muy cerca, así que supongo que Muichiro se está encargando de ella.
Envainó su espada y corrió lo más rápido que podía.
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