Christopher.
—Desplieguense, al italiano lo necesitamos vivo.
Recibo una afirmativa por parte de todos mientras me preparo fuera para sacar a mi mujer de ahí.
Mis hijos se quedaron en manos de Sarah, la cuál después de llorar mucho los abrazo y lloro como si...
—Es hora.
Asiento y avanzamos como si nada a el enorme lugar donde veo a mi mujer sentada en una silla, está claro que quiere salir de aquí, su mirada no deja de mostrar odio hacia el italiano el cual se pasea cerca, mientras tanto, varios capos y sottocapos llenan el lugar.
—Queridos hermanos —la voz de Antoni se eleva—, seré breve, como deducirán, estamos todos aquí para anunciar el regreso de la Dama.
Ali Mahala le pasa una caja negra de seda, se que esto se está grabando para serme enviado, por desgracia no se va a poder.
»La jadeita que le pertenece —acerca a Rachel, la cuál le aparta la cara, parece decirle algo, aunque ella no le hace caso.
¿Que opta por hacer?, Abofetearla.
Ordeno que den fuego y solo veo a Rachel inyectarle algo a el italiano en un movimiento rápido.
Todos caen, nos camuflajeamos por todos lados, damos de baja a toda la familia Mascherano, al igual que capos y sottocapos, pero dejamos con vida a alguno que otro que nos pueda ser útil, estos son los que terminan apresados y siendo subidos a las avionetas que parten en camino a Iron Walls.
Me acerco por Rachel, derrumbando a los halcones que la protegían a mi paso, el último, levanta las manos en señal de paz y observo como se mueve detrás de la silla, soltando no se que mierda, pero lo entiendo cuando después de eso, se suelta lo que reconozco como un cinturón de metal, lo que hace que Rachel se pueda poner de pie.
La recibo, besándola, sintiendo que mis piezas regresan a su sitio.
—¿Estás bien? —asiente lentamente.
—Lamento interrumpir, pero si no se van ahora, llegarán más halcones y va a ser imposible que se lleven a Antoni —Rachel asiente, pero no me suelta, ordeno que levanten a Antoni y lo lleven a la avioneta apresado y después vamos nosotros.
—Muchas gracias por todo —le dice mi mujer al hombre que asiente.
—Bueno, aquí se rompió una taza y cada quien para su casa, ya me dijo Emily que está con Lucian, así que nos despareceremos todos del mapa —se despide.
Frunzo el ceño, pero Rachel me jala hasta la avioneta que nos espera.
Subimos y en seguida alza vuelo, no suelto a Rachel y una vez arriba la atraigo a mi regazo.
—¿Segura que estás bien? —asiente lentamente.
—Si. Aunque hambre si tengo, no probé nada de la comida que me dieron en la casa de Antoni, así que llevo tres días en huelga —murmura—, y no me deja de salir leche —otra vez frunzó el ceño.
—No...
—Si, también fue sorpresivo que comenzará a lactar, pero no me enfoque mucho en eso, solo pensé en que podía mantener con vida a nuestros hijos mientras intentaba escapar —asiento lentamente, acariciando su mejilla roja, hace una mueca—, ¿Cómo están ellos?
—Estan bien, los está cuidando Sarah.
Asiente, dibujando una diminuta sonrisa en sus labios.
—Son bellísimos, ¿A qué sí?, Aún no se que nombre le pondremos a nuestra pequeña sorpresa, pero ella también es bellísima y tuve la oportunidad de ver sus ojos, así que, ¿Tu ya se los viste?
Asiento.
—Claro que los ví, llevan tres días conmigo, está más que claro que en algún momento los abrieron.
—¿Y que opinas de eso?, ¿A qué son unos ojitos preciosos?, Nuestros hijos son inteligentes y supieron que y que coger de nosotros.
—Claramente.
—¿Y que opinas? —insiste.
—Que si tú tienes una calca de ti, yo también debería, ¿No?, Owen se parece a mi, pero tiene los ojos de ambos, así que justo como yo no es, Milenka se parece a ti, pero tiene mis ojos...
—¿Y se te hace injusto que la bebé haya salido igualita a mi, incluído los ojos? —se ríe, bufo, soltando un suspiro.
—Hay que pensar un nombre para ella —asiente.
—¿A ti como cual te gusta? —pregunta.
Me encojó de hombros, nunca pensé en otra opción de nombre, y menos para una niña.
—¿Me ves con el tiempo suficiente para pensar en el nombre para otro bebé?
Bufa, cruza los brazos, pero no le dura mucho el enojo cuando le doy una barra de chocolate.
—Sigo enojada —protesta, abriendo el empaque.
—Entonces dame —le arrebato el chocolate y ella frunce el ceño—, es mío, lo compre para mí, pensaba dártelo, pero yo no voy a andar aguantando mujeres locas que se enojan por nada.
—No seas así —se queja, me quita el chocolate de la mano—, no he comido en setenta y dos horas, tengo hambre —comienza a comerse la tableta, pega la frente a mi pecho.
...
Bajamos de la avioneta, yo mismo me encargo de llevar a Antoni a la celda de máxima seguridad, coloco claves y candados antes de salir.
Encuentro a Rachel quedándose dormida en mi despacho, pero aún así, lucha porque sus ojos no se cierren, la levanto, obligandola a rodearme las caderas con sus piernas y ella oculta su rostro en mi cuello. Llegamos abajo, dónde las camionetas nos esperan para llevarnos a High Garden.
Ella se queda dormida al instante en que cierran la puerta y me encargo de detallar su rostro, colocándole mi blazer sobre los hombros cuando noto sus bellos erizados por el frío.
Solo trae un vestido negro con tirantes cortos, así que no me sorprende.
Al llegar, las puertas se abren dándonos paso a la mansión, dónde las hermanas de Rachel esperan.
—Nena —murmuro en su oído, se remueve, pero no sé despierta—, llegamos, Rachel, despierta.
Escucho su bostezo y después se aleja, parpadeando.
—Aquí están mis bebés, ¿Verdad? —asiento y en seguida el sueño se evapora de golpe, abre la puerta y se baja sin siquiera parpadear, avanzando adentro de la casa.
Pasa de largo a sus hermanas, a las cuáles, se les descompone la expresión, me rio entre dientes antes de entrar tras ella.
La alcanzó justo cuando está entrando al salón, dónde se escucha una leve melodía musical.
—¡Rachel! —observo como Sarah se pone de pie y la abraza—, me alegra tanto que estés aquí, tus bebés están dormidos.
—Gracias —murmura ella, me acerca cuando se inclina a las cunas dónde se encuentran.
Con cuidado saca a Milenka, acomodandola contra ella.
—¿Hace cuanto están dormidos? —le pregunta.
—Quizá unas cuatro horas, seguro no tardan en despertar para comer.
Rachel asiente, acariciando las mejillas de nuestra hija, se inclina a besarla, lo que la hace removerse y apretar los ojos, me acerco justo cuando el llanto comienza, aún así, Rachel la detalla con una enorme sonrisa, antes de entregarmela con cuidado para inclinarse por nuestros otros dos hijos, que también comienzan a despertar.
Los acomoda, sentandose en el sofá y hago lo mismo, recibiendo la fórmula que tengo que darle.
Rachel hace una mueca.
—Hay que comprar un extractor —murmura, dándole de comer a ambos bebés—, a mi me sale leche a cada nada y es muy incómodo.
Enarcó una ceja, pero no rebato nada, solo asiento.
—Vamos a mi habitación —la ayudo con la otra bebé y ella carga a Owen, avanzando detrás de mí sin dejar de hablarle como si le entendiera.

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One Shots Chrischel
FanfictionPeque?o apartado para subir one shots que se me ocurren de la nada o historias que ya no supe continuar. Espero les guste y lo disfruten. ?