One Shots Chrischel

Omnisciente.

La noche está cargada de energía, el aire vibra con expectación. Miles de fans han recorrido millas para estar en este lugar, están ansiosos... toman fotos, gritan... intercambian diminutos gatitos de porcelana... Es un ambiente maravilloso.

El sentimiento de expectación regresa cuando las luces del estadio se apagan de golpe, sumiendo a la multitud en una oscuridad electrizante. Un murmullo ansioso recorre las filas como un eco imparable, hasta que, de repente, un único haz de luz rompe la penumbra, iluminando un punto en el extremo del escenario.

Un grupo de bailarines aparece entre sombras, cargando una caja gigante con forma de corazón, brillante, como si estuviera hecho de cristal y fuego líquido. Con movimientos sincronizados, la llevan al centro del escenario, colocándola con una precisión casi ritual. De pronto, el sonido de una guitarra rasga el silencio, llenando el lugar con una vibración poderosa.

La pelinegra de ojos azules planta un beso en los labios del hombre que la sujetaba, subiendo a la plataforma movible.

—Deseame no partirme una pierna —le lanza un beso más.

Las luces azules y rojas parpadean en su interior. Con un chasquido que parece romper el tiempo, la caja se abre y, como emergiendo de un sueño, aparece la protagonista de la noche.

Enfundada en un vestido azul con brillos que refleja los destellos de las luces, sus ojos azules centellean como llamas hipnóticas.

Toma el micrófono mientras una sonrisa cruza su rostro.

Sus labios perfectamente pintados en un tono rojo cereza se entreabren, dejando escapar la primera estrofa de la canción que abre el concierto finalmente.

Al instante, la batería entra en acción, y una explosión sonora envuelve a todos, desatando un huracán de adrenalina que incendia el estadio.

La pelinegra se entrega al momento, cantando con una pasión arrolladora mientras ejecuta una coreografía laboriosa. Su energía parece contagiar al público, que no deja de ovacionarla mientras ella se desplaza con gracia por el escenario en forma de corazón. Las luces estallan en destellos sincronizados con cada nota, bañándola en un espectáculo de colores vibrantes que encienden aún más la euforia colectiva. La primera canción termina, lo que la deja con la respiración agitada. Su entrada siempre ha sido, sin duda, la más cansada de hacer, aunque no por eso deja de disfrutarla.

—¡Buenas noches, preciosa ciudad de Londres! —exclama con una voz colmada de emoción, mientras la plataforma en la que está de pie comienza a elevarse lentamente, como si ascendiera al nivel de una diosa frente a sus devotos—. ¿Cómo se sienten esta noche? ¿Emocionados? —Su mirada azulada recorre al público, deteniéndose en diferentes rostros. Los gritos ensordecedores son la única respuesta que recibe, pero es todo lo que necesita para sonreír de forma radiante.

»—¡Eso es lo que deseaba escuchar! —añade con un tono seductor, llevando una mano al pecho como si quisiera contener la emoción que desborda dentro de ella—. Porque yo me siento igual o más emocionada que ustedes esta noche. —Hace una pausa intencionada, permitiendo que la tensión crezca antes de lanzar con un grito lleno de entusiasmo:

»—¡Londres, sean bienvenidos al Love & Sin Tour! —Las luces del escenario explotan en un torbellino de colores, y el rugido del público sacude el recinto—. Esta noche, estamos en el último concierto de Reino Unido, el cierre de esta increíble gira mundial —una guitarra acústica es colocada entre sus manos por un asistente, y ella la recibe con naturalidad, como si fuera una extensión de sí misma.

»—Quiero aprovechar este momento para darles las gracias —dice, su voz cálida y sincera—. Ustedes han sido el alma de cada noche, el motivo por el cual esta gira ha sido inolvidable —se pasa una mano por el cabello oscuro, dejándolo caer en cascada sobre su hombro mientras guiña un ojo coqueto a la multitud—. Gracias por permitirme soñar, por dejarme vivir este momento junto a ustedes. No tienen idea de cuánto significan para mí. ¡Son, sin duda, el mejor público que una artista podría desear!