抖阴社区

Capítulo 10

1.8K 181 1
                                        

Jungkook se encontraba mirando fijamente el techo blanco del cuarto en donde se encontraba, estaba acostado en su cama con ambos brazos detrás de su cabeza. Después de lo sucedido con el director, decidieron quitarle las cadenas, aunque era más peligroso sin ellas.

Su mente navegaba con pensamientos oscuros y compulsivos. Desde hace semanas, había experimentado una conexión por su psiquiatra que cada vez crecía más. Era como si su presencia hubiera despertado algo en lo más profundo de su ser, algo retorcido y sediento de control.

Eso lo tenía preocupado, pero también lo excitaba. Era la primera vez que experimentaba una conexión hacia alguien.

No podía dejar de pensar en Taehyung. Soñaba con él por las noches, con su rostro imperturbable, en su voz suave y sus ojos que lo observaban con una inocencia que anhelaba destruir.

Observaba cada gesto, cada palabra, buscando algún indicio de debilidad que pudiera aprovechar para acercarse más a él.

Me consumía la idea de poseerlo, de hacerlo mío. Quería destruirlo, verlo llorar, suplicarme... Me extasiaba tan solo pensar en tenerlo vulnerable.

Sabía que esta obsesión era peligrosa, y, sin embargo, eso solo avivaba más ese fuego, como si el desafío de conquistarlo fuera aún más excitante, despertando un deseo ardiente y peligroso.

Recordaba cada palabra, cada mirada, cada gesto del psiquiatra con una claridad perturbadora.

Intentó muchas veces detener esa obsesión. Intentando buscar razones lógicas, explicaciones racionales, pero todo parecía desvanecerse en la neblina de su mente. Sabía que alimentar esos sentimientos solo lo conduciría a la perdición, pero la tentación de dejarse llevar era abrumadora.

Necesitaba idear un plan para poseerlo, ansiaba tanto tenerlo que a veces no era capaz de controlar su cordura.

Cuando se enteró de que el doctor Kim atendía a otros pacientes, una furia que jamás había experimentado lo inundó. El pensar en el doctor a solas con otras personas, lo volvió loco. Taehyung era suyo y de nadie más, y pronto, se lo hará saber a todo el mundo.

Aprovecharía cada sesión para controlarlo, hasta que este a su merced.

Siempre observaba meticulosamente el comportamiento del doctor. Sabía que le tenía miedo, sus manos temblaban con cualquier movimiento suyo. Ni siquiera se ha atrevido ha mirado a los ojos desde que lo comenzó a atender.

La sumisión que le mostraba Taehyung, solo hacía que aumentara el deseo de poseerlo. Es como si el doctor indirectamente le dijera "hazme tuyo" "contrólame" y no hay forma de resistirse a eso. Él lo está provocando y yo solo estoy respondiendo.

Todo es su culpa. Él es quien alimenta mi necesidad de tenerlo cerca. Así que debe corresponderme y entregarse a mí.

—Eres mi obsesión más profunda. —murmuró Jungkook para sí mismo, mientras alzaba su brazo, imaginando que acariciaba la mejilla de Taehyung— Cada vez que me miras, siento mi corazón acelerarse, ansioso por absorber cada palabra que dices. —Volvió hablar como si de verdad lo tuviera en frente— Cada sesión, cada palabra que pronuncias, es como un alimento para mi obsesión. —Volvió a murmurar.

Con cada encuentro, había tejido una red de manipulaciones, hábilmente diseñada para atraer al doctor hacia su órbita. Sabía cómo jugar con las emociones del psiquiatra, cómo alimentar su propia obsesión disfrazada de terapia.

Sonrió al recordar los intentos en vanos del doctor de querer saber sobre su mente retorcida.

—Debo ser paciente. —se recordó a sí mismo mientras contemplaba la habitación.

Jungkook comenzó a esbozar un plan para que el Dr. Kim fuera completamente suyo. Cada detalle se desplegaba en su mente como las piezas de un rompecabezas retorcido, encajando perfectamente para formar su obra maestra.

Las horas pasaron, hasta que la oscuridad llego.

Con una sonrisa retorcida en los labios, se sumergió en esa oscuridad, su mente bullendo de anticipación. El juego estaba en marcha, y estaba más que decidido a ganar.

Mi Dulce Sufrimiento. [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora