Narra Harry:
La lluvia tamborilea contra las ventanas de mi casa en Londres, aunque se supone que estamos en pleno verano. Me parece irónico cómo el cielo refleja el caos que llevo dentro.
Mi regreso de París no me ha permitido dejar de pensar en esa noche. En sus ojos distantes, en las palabras que no dije y que, quizás, ya nunca podré decir.
Ella tampoco hizo ningún intento de contactarme después de mi partida; ni un mensaje, ni una llamada. No debería sorprenderme pero me lastima más de lo que quiero admitir en voz alta.
Cuando terminé nuestra relación tres años atrás, lo hice pensando en la posibilidad de un futuro juntos. Uno en el que ella no me odiaría por dejarla ir y no dudaría de mi amor por ella. Pero la vida se ha encargado de demostrarme que nada salió como yo esperaba, ahora sé que, en su mente, lo que hice solo la hirió más. Y eso me consume.
¿De qué me ha servido tanto sufrimiento?
Camino por la casa sin rumbo, con pasos lentos y pesados, casi como un león enjaulado.
A pesar de su gran tamaño, siempre se siente pequeña, las paredes se cierran sobre mí cada vez que estoy solo. Cuando la compré todo era diferente. Tenía la idea de un futuro que nunca llegó a ser. En mi mente, ya me imaginaba un hogar con ella. La veía en cada rincón, llenando los espacios con su risa.
Ahora solo me recuerda lo que no fue.
Todo se siente vacío, sin vida, los muebles tampoco tienen ese toque cálido que imaginé ella le daría. Ni siquiera necesito cerrar los ojos para visualizarla porque sé que al abrirlos, no habrá nada. Solo el eco de mis propios pasos resonando en la nada. Aún así, mi mente traicionera, me la dibuja en la cocina, probando alguna nueva receta o preparando alguno de los platillos con los que me ha deleitado tantas veces.
Cruzo la sala y salgo al patio trasero, donde Gina plantó un limonero. Ella estaba llena de entusiasmo.
El árbol sigue allí, más grande ahora, pero nunca ha dado fruto. Y eso que nunca dejé de cuidarlo. Si lo analizo en profundidad, es como una metáfora cruel de nuestra relación. Me detengo frente a él, tocando las hojas con la punta de los dedos y no puedo evitar pensar en que nos prometimos un futuro juntos.
Y jamás llegó.
- Maldita sea, Gina -susurro al aire- ¿Por qué siempre estás aquí, incluso cuando te has ido?
Ollie me sigue, sus ojos bien abiertos me miran con curiosidad, como si supiera que algo está mal.
- Lo siento, pequeña -hablo en voz baja mientras acaricio su lomo suave. Pero ni la calidez de su compañía es capaz de aliviar este nudo en mi pecho.
Me doy la vuelta y regreso al interior. Sabiendo que este lugar, que alguna vez se sintió como la promesa de un hogar, ahora es solo un recordatorio de lo que he perdido.
Miro el teléfono cuando vibra en mi bolsillo. Es un mensaje de Alex.
A: "Te espero en el club, tenemos que revisar unos detalles para el próximo evento."
Suspiro y lo vuelvo a bloquear sin responder. No iré hoy, no me siento con ganas de seguir la rutina. No tengo la energía para enfrentar el club ni a las personas que dependen de mí.
Aún así, sé que no puedo quedarme aquí, atrapado en mi propia cabeza. Necesito salir y despejarme con urgencia.
Y sé exactamente dónde puedo hacerlo.
El gimnasio. Siempre ha sido mi vía de escape.
Llego al gimnasio cuando todavía es temprano para el resto de las personas. El aire aquí huele a sudor, a esfuerzo, y me envuelve como un golpe que siempre he recibido con los brazos abiertos. Este lugar no me exige más que dar lo mejor de mí.

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THE DEVIL'S COMEBACK ~ harry styles
FanfictionTras tomar caminos separados, Gina Brooks y Harry Styles gozan vidas llenas de éxito y fama, pero el eco de sus pasados sigue presente. Enfrentados a nuevas realidades y desafíos, deben descubrir si el vínculo que compartieron puede ofrecerles algo...