Teacher's Pet | ???????.

El regreso del viaje había sido como cruzar una delgada línea entre el caos y la calma para Charles y Carlos.

Ambos había entrado en una especie de tregua emocional. La pequeña escapada había sido un punto de inflexión; aunque no había resuelto los conflictos entre ellos ni sanado las heridas, sí había abierto una puerta a una nueva dinámica. Charles sentía que algo había cambiado, algo que, aunque difícil de definir, le daba una sensación de calma que no había experimentado en semanas.

Aunque habían compartido momentos intensos durante esos días fuera de la rutina habitual, el viaje no había sido suficiente para reparar por completo la relación que tenía grietas desde hacía tiempo. Había palabras no dichas, miradas que pedían explicaciones y silencios cargados de emociones que ambos evitaban enfrentar directamente.

Sin embargo, era como si el caos que solía envolverlos últimamente hubiera encontrado una pausa, una oportunidad para respirar. Charles seguía cargando con el peso de sus dudas e inseguridades, pero también había algo más: esperanza. Esperanza de que Carlos, por fin, hubiera comprendido lo que realmente significaba su relación, y de que estuviera dispuesto a luchar por ella, aunque el camino fuera complicado.

Durante el fin de semana, Carlos había mostrado un lado diferente. Sus acciones no habían sido perfectas, pero sí lo suficientemente significativas para que Charles notara un esfuerzo genuino. La manera en que lo había mirado, la forma en que se había preocupado por él y esos momentos de honestidad —aunque breves— le daban a Charles motivos para creer que había algo más profundo entre ellos. No era fácil confiar, no después de todo lo que habían pasado, pero Charles notaba sus ganas por arreglar las cosas.

Era como si Carlos supiera exactamente cuánto podía empujarlo antes de que todo se rompiera, y se aseguraba de mantenerlo justo en ese límite.

Apesar de esta relativa calma, no todo era ideal. Las heridas seguían ahí, todavía abiertas, todavía recordándole que su relación con Carlos estaba lejos de ser lo que deseaba. Había noches en las que la incertidumbre lo mantenía despierto, pensando en todas las cosas que podían salir mal. Y aunque Carlos parecía más presente, también seguía siendo un hombre dividido entre dos mundos.

Charles había encontrado la frase perfecta para describir su situación con el español

"Tu amor conforta, pero dañas"

Era una frase que volvía a su mente cada vez que intentaba racionalizar lo irracional, cuando trataba de justificar la manera en que se entregaba por completo a alguien que aún no podía darle lo mismo.

Desde el regreso del viaje, Charles había intentado concentrarse en los pequeños cambios. Había algo distinto en sus interacciones, una calidez que antes se veía opacada por la tensión.

Charles se sentía atrapado entre dos fuerzas opuestas. Por un lado, estaba el amor inmenso que sentía por Carlos, un amor que lo hacía querer seguir luchando, a pesar de todo. Por otro, estaba el deseo de protegerse, de evitar más dolor. Esa contradicción lo consumía, pero al mismo tiempo, lo mantenía alerta. Había decidido que, por ahora, era suficiente con aferrarse a los momentos buenos, a los instantes en los que Carlos parecía ser suyo por completo.

Sin embargo, Charles también sabía que esta calma podía ser temporal, una tregua frágil que podría romperse en cualquier momento. Y aunque intentaba enfocarse en el presente, no podía evitar pensar en el futuro. ¿Cuánto tiempo más podría vivir asi? ¿Cuánto más podría soportar antes de que su amor por Carlos empezara a convertirse en resentimiento?

Había comenzado a darse cuenta de que no podía seguir viviendo en esa montaña rusa emocional para siempre. Quería algo más, algo que Carlos parecía incapaz de darle. Y aunque odiaba admitirlo, comenzaba a preguntarse si alguna vez lo tendría.