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Jason deja escapar un gran bostezo cuando finalmente llega al estacionamiento debajo de su acogedor y cálido departamento compartido, el cielo ya está oscuro sobre él; su energía regresa de repente con toda su fuerza cuando te abalanzas sobre su ancha espalda mientras él baja su caballete, colgando del cuerpo fuerte de tu novio mientras sus ojos se oscurecen debajo de su máscara, todavía con su equipo de capucha roja.
Jason inclina la cabeza y dice en voz baja "¿sí?" mientras se apoya contra su bicicleta, la sensación de sus manos enguantadas sosteniéndote en su regazo por las caderas es tu punto de quiebre después de un día entero sin Jason, sin besos, sin jugar con su lindo cabello o agarrarlo de sus mejillas cada 2 segundos para colocar un beso de adoración en sus labios, lo necesitas ahora, ni siquiera han pasado cinco minutos desde que regresó de su patrulla nocturna y un hilo de saliva ya está conectando los dos labios mientras te inclinas para besarlo nuevamente mientras te sientas a horcajadas sobre su regazo, sentada en esos muslos firmes y bien tonificados suyos.
Jason te roba y usa tus anteojos juguetonamente mientras te agarra por las caderas y te presiona contra él para frotar más fuerte su pene, haciéndote sentir lo duro que lo pusiste; unos pantalones suaves y pequeños caen de tus lindos labios hinchados en un estado de aturdimiento posterior al beso mientras se ríe con adoración de tu lindo rostro, ahora entrecerrado por la confusión.
"Awww, ¿no puedes ver? Mírate persiguiendo mis labios", bromea, "bebé codiciosa". Jason acaricia sus manos de arriba a abajo por tus costados y tú haces pucheros, haciéndole gestos de agarrarlo en un intento desesperado de acercarlo por el pecho de su camiseta de compresión.
"Pfft, te lo perdiste". Su risa profunda resuena en ti mientras refunfuñas, todavía entrecerrando los ojos, cuando tus labios aterrizan torpemente en su mejilla y él te atrae para un beso descuidado con la boca abierta.
"Crees que eso es lo que querías hacer, ¿sí, niña bonita?"
Jason te vuelve a poner suavemente los lentes en la cara. Quiere que veas bien lo que te está haciendo después de todo, pero no sin susurrar burlonamente: “Mi pobre bebé. Soy tan mala, ¿no?”. Y tú te quejas de acuerdo, golpeando suavemente su firme pecho. “Jaja, lo siento, lo siento. Te mojas tan rápido que es lindo. Me has necesitado tanto todo el día, ¿eh? ¿Solo quieres que me apresure y te folle de una vez?”.
“Sí, ¿te gusta cómo suena eso?”. Aprieta tus caderas con una risa mientras gimes suavemente y te frotas con entusiasmo más rápido contra su gran bulto a través de la tela áspera de sus pantalones cortos, su respiración se agita y roza tu cuello, presionando suaves besos aquí y allá mientras su polla dura y gruesa se frota contra tus bragas empapadas.
“No te preocupes princesa, te cuidaré bien esta noche”.
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