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CONFLICTO

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Capítulo 12: Axel Me Invitó a una Cita

La última semana de descanso antes de la gran final había llegado, y aunque todos en el equipo Miyagi-Do y Eagle Fang estaban entrenando intensamente, Naomi no podía dejar de pensar en algo más: Axel. A lo largo de los últimos días, había sentido una conexión con él que no podía ignorar, algo más allá de una simple relación de compañeros de entrenamiento. Aunque la final se acercaba rápidamente, había algo en el aire, algo diferente, que la hacía sentirse nerviosa y emocionada al mismo tiempo.

Era una tarde después de un entrenamiento particularmente extenuante. Los músculos de Naomi estaban tensos y su cuerpo pedía descanso, pero en lugar de ir directamente a su habitación, se encontró con Axel en el pasillo del hotel.

“Hey, Naomi,” dijo Axel con su tono suave y confiado mientras se acercaba a ella. “¿Te gustaría salir conmigo esta noche? Me gustaría que tuviéramos un poco de tiempo lejos del dojo, solo para relajarnos antes de todo esto.” Su voz era tranquila, pero en sus ojos había una sinceridad que hizo que Naomi se sintiera un poco sorprendida.

Naomi, aunque estaba algo confundida por la invitación, no pudo evitar sonreír ligeramente. “¿De verdad? ¿Sabes que el torneo está cerca y no podemos relajarnos demasiado, verdad?” Naomi dijo, algo nerviosa.

Axel la miró con una sonrisa ligera. “Lo sé, pero a veces una pausa es lo que más necesitamos. Solo será una noche, una pequeña escapatoria. ¿Qué dices?”

Naomi se quedó pensativa por un momento. Aunque había una parte de ella que quería mantenerse enfocada, no podía negar que un descanso de toda la presión era lo que más necesitaba. Además, Axel nunca le había propuesto algo así antes. “Está bien,” aceptó finalmente. “¿A dónde vamos?”

“Es una sorpresa,” respondió Axel, guiñándole un ojo antes de dar un paso atrás para dejarle espacio.

La Cita: Un Respiro en la Ciudad

Esa noche, Naomi se preparó con un vestido sencillo pero elegante, algo cómodo pero que la hacía sentirse bien consigo misma. Axel la recogió en su coche, y el trayecto por las calles de Barcelona fue tranquilo. La música suave de fondo y las luces de la ciudad ayudaron a calmar los nervios de Naomi.

“Te ves increíble,” comentó Axel, mirando de reojo mientras conducía.

Naomi sonrió, aunque su mente seguía centrada en el torneo. “Gracias. ¿Seguro que esto no va a distraernos demasiado de lo que viene?”

Axel sonrió. “Te prometo que solo será un descanso. Pero en serio, esto nos va a hacer bien.”

Después de unos minutos más, llegaron a un pequeño restaurante de comida mediterránea con una terraza que ofrecía una hermosa vista de la ciudad. Naomi se sintió relajada por primera vez en mucho tiempo. Axel le abrió la puerta del coche, y juntos caminaron hacia el restaurante.

La conversación fluyó de forma natural. Hablaban de todo, desde las dificultades de los entrenamientos hasta sus vidas fuera del dojo. Axel se abrió más que nunca, contándole historias de su dojo y de cómo había empezado a entrenar. Naomi, por su parte, compartió recuerdos de su madre y cómo había sido su vida antes de que todo cambiara. Los dos se dieron cuenta de cuán fácil era hablar el uno con el otro, cómo se entendían sin necesidad de palabras complicadas.

“Sabes,” dijo Axel mientras tomaban un postre en la terraza, “nunca pensé que pasaría tanto tiempo con alguien fuera del dojo, pero estar aquí contigo me hace pensar que tal vez no todo tiene que ver con ganar.”

Naomi lo miró, sorprendida por la sinceridad de sus palabras. “Tienes razón. A veces parece que todo gira en torno a la competencia, pero momentos como este… me hacen darme cuenta de que también hay que disfrutar el camino.”

Ambos se quedaron en silencio por un momento, contemplando las luces de la ciudad. Pero mientras disfrutaban de su conversación, una sombra se cernía sobre ellos sin que lo supieran. Desde lejos, en una esquina del restaurante, un par de ojos observaba la escena con creciente incomodidad.

La Mirada Celosa de Hawk

Eli, conocido como Hawk, no podía dejar de observar a Naomi y Axel desde su mesa. Aunque no lo había comentado directamente con nadie, algo en su pecho se apretaba cada vez que veía a Naomi con otro chico. Sabía que estaba siendo irracional, pero no podía evitar sentirse celoso cuando veía cómo Axel parecía estar tan cómodo con ella. Cada gesto, cada sonrisa de Naomi hacia Axel, era como una pequeña daga clavándose en su pecho.

No podía creer lo que veía. Había sido su amigo, había compartido tanto con Naomi, y aunque las cosas no habían terminado bien entre ellos, aún sentía una conexión. Cuando Axel y Naomi se acercaron a la ventana para mirar la vista, Hawk no pudo evitar levantarse y caminar hacia el bar para pedir una bebida, sin poder quitarse la imagen de ellos dos juntos de su mente.

“¿Todo bien?” le preguntó Dimitri, quien lo había estado observando desde la mesa. Dimitri había notado la incomodidad de Hawk, pero no tenía idea de qué estaba pasando.

“Sí, todo bien,” respondió Hawk, su tono tenso. “Solo estoy… cansado.”

Pero Dimitri no era tonto. Sabía que algo estaba mal. “¿De verdad? Porque parece que no estás tan tranquilo con todo esto. ¿Tienes algún problema con Naomi y Axel?”

Hawk lo miró por un momento, evitando la mirada de su amigo. “No es nada, en serio,” dijo, pero su voz sonaba distante. Lo que no le había dicho a nadie, incluso a sus amigos, era que todavía le importaba Naomi. A pesar de que ella lo había dejado por su comportamiento, a pesar de la relación con Moon, una parte de él aún deseaba que las cosas fueran diferentes. Verla con Axel lo estaba destruyendo por dentro, aunque no podía admitirlo en voz alta.

“Lo que sea,” respondió Dimitri, sin presionar más, pero también con la sensación de que Hawk no estaba siendo completamente honesto.

Esa noche, después de un rato más en el restaurante, Axel y Naomi decidieron dar un paseo por la ciudad. Mientras caminaban por las calles iluminadas, los recuerdos de su pasado parecían desvanecerse, al menos por un tiempo. Disfrutaban el presente, sin preocuparse por lo que estaba por venir.

Pero la calma de esa noche no duró mucho. Mientras Naomi y Axel se detuvieron en una pequeña plaza para contemplar las estrellas, Hawk, aún observándolos desde lejos, no pudo evitar sentir que algo dentro de él se rompía. La envidia era fuerte, y la inseguridad aún más.

Axel y Naomi se despedían con una sonrisa, y mientras se alejaban, Hawk observaba con amargura cómo se alejaban juntos, preguntándose si alguna vez podría recuperar lo que había perdido.

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