Reo sentía su estómago demasiado lleno, cada mirada que le daba, se veía como sobresalía un bulto con cada estocada que le daba el itoshi menor.
Su próstata fue rozada sin compasión tanto como golpeada por la forma tan salvaje en la que Rin lo follaba.
Rin no tenía compasión con su amante, cada estocada que le daba, era dirigida hacia el punto dulce de su compañero, sintiendo como el interior de este apretaba su polla, ordeñandola con sus paredes tan calientes y suaves.
Con cuidado besaba sus hombros y cuello, dejando marcas posesivas. Tenía el cuerpo de Reo a su disposición, con el peli-morado boca abajo, teniendo levemente su trasero levantado, su cara en una almohada ahogando sus gemidos, mientras que sus manos en las sábanas, siendo estas apretadas cada que el azabache golpeaba su interior sin delicadeza.
Jadeo tras jadeo, entre estos Reo rogaba por un poco de piedad, siendo esta negada cada vez. Ahora solo podía sentir su interior lleno por la polla de su amante.
La hombría del más alto resbalaba cada que entraba en ese agujero tan pequeño, el cual estaba tan mojado por dentro, que hacia unos sonidos tan sucios y tan exitantes para el mayor.
— Q-que lindo te vez gimiendo, bebe.— Susurro en su oído con voz ronca.
— ¡Ah! ¡Mhg! ¡L-lent-! ¡Ah!.
Sintió como su próstata fue golpeada con fuerza, haciendo que llegue al clímax, corriendose entre medio de las sábanas. Teniendo espasmos por la forma en que logro correrse.
— ¡Porfavor! ¡N-no puedo seguir! ¡A-acabo de correrm-! ¡Ah!.— Suplico.
Su punto dulce seguía siendo rozado sin parar, en ningún momento Rin detuvo sus embestidas, llegando cada vez más adentro de Reo, haciéndolo lloriquear por piedad, su próstata estaba siendo estimulada sin control alguno, haciendo que Reo empiece a retorcerse por el placer desconocido.
Su interior estaba siendo recorrido sin sesar, cada lugar era ocupado por la polla de su amante, cada lugar siendo golpeado sin piedad, haciéndolo jadear de placer. Sus ojos eran un baile de lágrimas, todas del placer y la forma en que Rin lo follaba como un maldito salvaje.
Pero sin duda le gustaba la forma en que lo follaba, sin duda estaba quedándose en el cielo.
Sintió como una mano recorría su estómago, subiendo asta sus pezones, los cuales rebotaban por la forma en que Rin se follaba a su amante. Rin empezó a ordeñar aquellas tetillas, sin delicadeza, pelliscandolas y apretandolas levemente, sacando suspiros por parte de Reo.
Sin detener su paso, dejo aquellos pezones, agarrando nuevamente las caderas del menor, apreciando aquella espalda tan perfecta y suave, ese cuello lleno de sus marcas, mordidas, chupetones y besos, haciendo que se exite más, empezando a embestir a Reo con más velocidad, haciendo que este muerda la almohada, ahogando sus gemidos, apretando levemente las sábanas.
Pudo ver como su espalda se retorcía, anunciando que este estaba apunto de correrse nuevamente. Por otro lado, Reo sentía como su zona sensible era tocada con más velocidad, haciendo que sienta aquel cosquilleo en su pelvis, bajando hacia su miembro, sintiendo como su propia polla gotaba, y aun siendo estimulado atrás.
El sonido, de dos cuerpos chocando se hacía presente en aquella habitación, en aquel suelo había ya 5 condones usados tirados por cualquier parte, mientras que en aquella cama, aún había un líquido blanco, en aquella cama la cual dos personas unían cuerpo sin delicadeza.
El peli-morado gemia sin poder formar ni una pequeña palabra, siendo esta siempre interrumpida por una embestida, la cual era precisamente dirigida a su punto dulce sin compasión alguna.

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Una Disculpa No Bastará
Fanfiction"Reo sentía un dolor insoportables en su pecho, sentía un vacío enorme en su pecho, no podía evitar votar lágrimas al ver la espalda de su "tesoro" desaparecer sin aun que sea darle una mirada." "Las puestas se cerraron mientras el pelimorado espera...