DARK?Tom Riddle

Juego de Poderes

Darían caminaba por los pasillos de Hogwarts con su característica elegancia, su brazo enlazado con el de Ron Weasley. No le importaban las miradas curiosas ni los murmullos que seguían cada uno de sus pasos. De hecho, disfrutaba de la atención.

Ron, por su parte, parecía el chico más feliz del mundo, aunque su expresión delataba una mezcla de nervios y orgullo.

—¿No te molesta que hablen? —preguntó Ron mientras pasaban junto a un grupo de Gryffindors que los observaban boquiabiertos.

Darían sonrió con ese toque de arrogancia que tanto la caracterizaba.

—¿Molestarme? —rió suavemente—. Me encanta, Ron. Es... entretenido.

Mientras avanzaban, los hermanos de Ron no podían ocultar su sorpresa. Fred y George se quedaron mirándolos con cejas alzadas, como si estuvieran viendo a un fantasma. Ginny, por otro lado, frunció el ceño, claramente incómoda.

—Mira que eres valiente, hermano —dijo Fred en tono burlón—. Novia Slytherin... mamá va a tener un infarto.

—O dos —añadió George, riendo.

Darían les lanzó una mirada afilada, pero no dijo nada. No necesitaba palabras para imponer su presencia.

Más adelante, Harry y Hermione los observaban desde la distancia.

—Esto es surrealista —murmuró Harry, cruzándose de brazos.

—Más que surrealista, es peligroso —respondió Hermione con frialdad—. ¿No ves lo que está haciendo? Está manipulando a Ron y, de paso, ganándose a los Slytherin.

Harry asintió, preocupado.

—Draco y los demás ya ni siquiera se meten con Ron —dijo, incrédulo—. Lo tratan como si fuera su amigo.

—Exacto —dijo Hermione con los ojos entrecerrados—. Esto no es casualidad. Darían Black no hace nada sin un propósito.

Mientras tanto, en la mesa de Slytherin, Draco y Theodore observaban a Darían y Ron con expresiones divertidas.

—Bueno, debo admitir que funciona mejor de lo que imaginé —dijo Draco, riendo suavemente—. Weasley ya no es tan patético.

—Por ahora —respondió Theodore con una sonrisa maliciosa—. Darían siempre tiene un as bajo la manga.

Y así, mientras Hogwarts seguía siendo testigo de esta inesperada alianza, las tensiones crecían silenciosamente, con Darían Black disfrutando cada momento del caos que había sembrado.

★

La Navidad había llegado, y obviamente Darían no perdería la oportunidad de molestar a su "querido padre" y los traidores que prácticamente vivían en su casa.

L

a atmósfera en Grimmauld Place estaba cargada de tensión. Las decoraciones navideñas apenas podían contrarrestar el incómodo silencio que reinaba tras la "gran noticia" de Darían Black.

Sirius caminaba de un lado a otro, como un león enjaulado, mientras Remus intentaba calmarlo con una mano firme en su hombro.

—Vamos, Sirius —dijo Remus con paciencia—. Respira. Al menos Darían te llamó "papá". Eso es un progreso, ¿no?

—¡¿Progreso?! —bufó Sirius, lanzando una mirada asesina hacia Ron—. ¡Se trata de Weasley! ¡El hermano menor de los pelirrojos revoltosos!

Ron, incómodo, intentaba desaparecer entre los muebles, mientras Molly Weasley lo miraba con una mezcla de horror y desaprobación.

—¡Ronald Bilius Weasley! —exclamó Molly, con las manos en las caderas—. ¿Qué significa esto? ¿Esa chica... esa... Slytherin es tu novia?

Darían, completamente imperturbable, sonrió con esa arrogancia que parecía ser su marca registrada.

—Señora Weasley, entiendo su preocupación —dijo con una voz dulce, pero afilada—. Pero créame, soy la mejor opción que su hijo podría tener.

La mandíbula de Molly cayó, mientras Sirius soltaba un gruñido de frustración.

—¿La mejor opción? —murmuró Sirius, incrédulo—. ¡Remus, suéltame antes de que la estrangule!

—No lo harás —dijo Remus con calma, sujetándolo con más fuerza—. Lo que importa es que Darían está cambiando para bien.

—¿Para bien? —Sirius lo miró con escepticismo—. ¡Está manipulando a Ron Weasley!

—O simplemente ha encontrado una razón para comportarse mejor —respondió Remus con una sonrisa esperanzadora.

Mientras tanto, Darían tomó la mano de Ron y lo guió hacia la sala, alejándose del conflicto.

—Esto será divertido —susurró con una sonrisa traviesa—. ¿Listo para sobrevivir a la Navidad, novio?

Ron tragó saliva, pero asintió con valentía.

—Claro... ¿qué podría salir mal?

Darían rió suavemente, disfrutando cada segundo del caos que había dejado atrás. Para ella, aquello era solo el comienzo de unas vacaciones que prometían ser inolvidables.