▂▂▂▂▂▂▂ 🐺🌑🦅▂▂▂▂▂▂▂ ❞LA SALA COMÚN de Gryffindor estaba cálida y tranquila, iluminada por la suave luz del fuego que crepitaba en la chimenea. Afuera, la lluvia golpeaba perezosamente contra las ventanas, tiñendo el castillo con un aire melancólico. En el interior, sin embargo, los merodeadores estaban en su elemento.
James Potter estaba recostado en un sillón, lanzando una snitch dorada al aire con la perezosa destreza de alguien que lo había hecho mil veces. Sirius Black, tirado en el suelo con las piernas apoyadas sobre la mesa, jugueteaba con su varita, haciendo levitar un cojín solo para dejarlo caer una y otra vez por puro aburrimiento. Peter Pettigrew, más concentrado que de costumbre, intentaba descifrar su tarea de adivinación, frunciendo el ceño mientras mordisqueaba el extremo de su pluma.
Remus Lupin, sin embargo, estaba absorto en su libro de Teoría Avanzada de Encantamientos con el ceño levemente fruncido, aunque no parecía estar realmente leyendo.
—Es increíble. — comentó de repente, sin apartar la vista de las páginas—. Haelena MacMilla. No importa a quién le pidas ayuda en la biblioteca, tarde o temprano terminas con ella explicándote el tema.
James, que había estado más pendiente de su snitch que de la conversación, la atrapó al vuelo y alzó una ceja, girando lentamente la cabeza hacia Remus.
—¿Otra vez con la MacMilla? —preguntó, esbozando una sonrisa traviesa—. Diría que te ha dado por mencionar a la simpática Ravenclaw últimamente.
Remus parpadeó, levantando la vista con un gesto vago de desconcierto.
—¿Qué? No, no. Solo digo que es... amable. Siempre ayuda. Eso es todo.
Sirius, que hasta ese momento había estado ignorando la conversación, giró la cabeza con renovado interés, una ceja arqueada.
—Ajá, "solo amable" —repitió con fingida seriedad, intercambiando una rápida mirada cómplice con James—. Claro, claro.
—¿Qué queréis decir? —bufó Remus, frunciendo el ceño.
—Oh, nada, —replicó James con falsa inocencia—. Solo que llevas una semana entera encontrando excusas para mencionar a la encantadora Haelena.
Peter, que hasta ese momento había permanecido en silencio, dejó de mordisquear su pluma y levantó la vista. No lo dijo con burla, sino con simple observación:
—Sí, en serio. La nombras bastante.
Remus los miró, desconcertado, como si no entendiera por qué de repente se habían fijado en ese detalle.
—Es porque... es simplemente simpática, —replicó con fastidio, volviendo la vista a su libro.
James se inclinó levemente hacia Sirius, bajando la voz apenas lo suficiente para que Remus no lo escuchara.
—¿Lo has oído, verdad? simpática —susurró, imitando el tono de Remus con una sonrisilla burlona.
Sirius soltó una risa apenas contenida y se encogió de hombros.
—Sí. Claro. Porque tú siempre te fijas tanto en lo simpáticos que son los demás, ¿eh, Lunático?
Peter, que parecía más atento de lo habitual, frunció ligeramente el ceño. Aunque no se unió a las burlas, no pudo evitar notar algo que los otros parecían estar ignorando: la forma en que Remus hablaba de Haelena no era como quien simplemente aprecia la amabilidad de una compañera. Había un matiz diferente, sutil pero inconfundible, que a Peter no se le escapó. Sin decir nada, se inclinó nuevamente sobre su pergamino, guardando aquella observación para sí mismo.
Mientras tanto, James soltó un largo suspiro teatral, dejando caer la snitch en su regazo.
—En fin, suficiente sobre la simpática ravenclaw—dijo con fingido dramatismo, llevándose la mano al pecho—. Ahora hablemos de alguien mucho más fascinante: la incomparable e inalcanzable Lily Evans.
Sirius rodó los ojos.
—Oh, por favor. Otra vez no.
—Sí, otra vez. —James sonrió ampliamente, ignorando la exasperación de su amigo—. Porque esta vez, querido Canuto, todo será distinto.
—¿Ah, sí? —preguntó Sirius, fingiendo interés—. ¿Y cuál es la brillante estrategia de este año? ¿Le escribirás su nombre en el cielo con fuegos artificiales? ¿Llenarás la sala común con ramos de lirios? ¿O vas a ponerte de rodillas frente a todo el Gran Comedor?
—¡Ja, ja! —replicó James con sarcasmo—. Qué gracioso. No, este año he decidido que voy a ser más... maduro.
Sirius dejó caer el cojín que había estado levitando y se incorporó lentamente, mirándolo con fingida seriedad.
—Maduro. Tú. Qué terrorífica novedad.
James ignoró la burla.
—Sí. He estado pensando, —continuó, repantigándose con aire soñador—. Evans siempre dice que no me toma en serio porque soy un "inmaduro arrogante sin remedio". Así que este año voy a demostrarle que soy encantador, maduro, centrado... un caballero, —concluyó, inflando el pecho con fingida dignidad.
Sirius soltó una carcajada seca.
—¿Encantador, maduro y centrado? Tú no sobrevivirías ni un día sin hacer el tonto.
—Claro que sí, —replicó James, ofendido—. Puedo ser un caballero cuando quiero. Solo... no suelo querer.
—Oh, pobre Lily, —murmuró Sirius con fingida compasión—. No sabe la desgracia que le espera.
Peter, que hasta ese momento había permanecido callado, soltó una pequeña risita sin levantar la vista. James sonrió con suficiencia, ignorando las burlas de sus amigos, ya completamente convencido de que este sería el año en que finalmente conquistaría a Lily Evans.
Y mientras James seguía divagando sobre su "estrategia" para ganarse el corazón de Lily, Sirius volvió a fijarse en Remus, que había permanecido extrañamente callado durante toda la conversación. Su amigo había vuelto a enterrar la nariz en su libro, como si quisiera evitar cualquier atención no deseada.
Sirius inclinó la cabeza hacia James, bajando la voz a un murmullo conspirador.
—Eh, Cornamenta... ¿no sería curioso si nuestro caballero Lupin terminara sentado junto a la "simpática" MacMilla en la próxima clase de encantamientos?
James alzó una ceja y esbozó una sonrisa lenta y traviesa.
—Oh, qué idea tan terrible. Realmente *aterradora*.
Peter parpadeó, saliendo de su ensimismamiento, y los miró con leve desconcierto.
—¿Qué?
—¡Oh, nada! —susurró James, fingiendo inocencia—. Solo un... accidente casual que garantizará que Remus Lupin acabe sentado junto a la encantadora Haelena.
Peter los miró con duda por un breve instante, pero luego, casi sin quererlo, esbozó una leve sonrisa.
—Claro. ¿Por qué no?
Y así, mientras James seguía fantaseando sobre su brillante plan para conquistar a Lily Evans, Sirius ya estaba ideando los encantamientos necesarios para asegurarse de que Remus y Haelena terminaran juntos en la próxima clase.
Remus, por su parte, seguía leyendo, completamente ajeno a la pequeña conspiración que sus amigos estaban tramando a sus espaldas.
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?????? ?????? ━━ remus lupin
Fanfiction?? ?????? ?????? ?? Desde que haelena y remus comenzaron a coincidir en la biblioteca, él no pudo evitar desarrollar una curiosidad creciente por aquella Ravenclaw de sonrisa amable. Siempre dispuesta a saludar a todos, incluso a lo...