?????? ?? ??????? ?? ???????? ??????? (Shadonic)

Shadow llegó a su casa empapado por la lluvia. Había decidido no tomar un taxi porque, en su apresurada salida, había olvidado el dinero en casa. Al entrar, notó que todo estaba sumido en una calma inquietante. Rouge, quien se había quedado a esperarlo, bajó rápidamente desde la habitación de Shadow tan pronto escuchó la puerta abrirse. Al verlo, percibió sus ojos rojos apagados, su respiración entrecortada, y cómo su cuerpo temblaba ligeramente.

Rouge se acercó con preocupación reflejada en su rostro. Tomó las mejillas de Shadow entre sus manos y, con una voz suave pero ansiosa, preguntó:

—Cariño, ¿qué sucedió?

El estado de Shadow era evidente. No podía responder, no tenía fuerzas para ello. Había pasado una hora bajo la lluvia, perdido en sus pensamientos, recordando las miradas que había compartido con Sonic. Eran momentos en los que Sonic le sonreía con atención, días en los que se le acercaba y lo saludaba de manera animosa. En el silencio de la lluvia, todos esos recuerdos se arremolinaban en su mente.

Shadow suspiró, un suspiro cargado de agotamiento. Rouge, al ver la expresión en sus ojos, entendió todo sin necesidad de palabras. No insistió más. Sabía que a veces el silencio podía decir más que cualquier conversación. En ese momento, lo que Shadow necesitaba era simplemente la presencia comprensiva de su amiga.

Shadow inhaló profundamente y luego exhaló, dejando salir parte del peso que cargaba.

—Será mejor que vayas a casa, Rouge —dijo, con una voz más baja de lo habitual—. No quiero ser una carga para ti en estos momentos.

Ella no respondió de inmediato. Lo observó con esa mirada que sabía leerlo incluso cuando él no decía nada. Luego, con la misma suavidad con la que lo sostenía, respondió:

—Te entiendo, cariño... pero no eres una carga para mí. Todo lo contrario. Eres mi mejor amigo, y estoy aquí porque quiero ayudarte.

El azabache cerró los ojos, como si al hacerlo pudiera contener todo lo que lo quemaba por dentro.

—¿Qué hago con esto que siento...? —murmuró, apenas un susurro ahogado—. ¿Cómo le digo que lo amo, que me gusta...?

Sus puños se cerraron con fuerza, los nudillos tensos, casi volviéndose blancos. Era una mezcla de impotencia, de tristeza, de miedo. De todo lo que nunca se había permitido sentir con tanta claridad.

Rouge no dijo nada. Se quedó ahí, en silencio, respetando el dolor, cuidando el espacio. Porque sabía que a veces el corazón no necesita respuestas... solo un poco de tiempo para desbordarse sin romperse del todo.

—Shads en verdad lo siento —bajo sus manos y tomo las de Shadow —Sera mejor que descanses, no quiero que te precipites —hizo una pausa antes de volver a hablar —Tambien entiendo si quieres estar solo.

Shadow no respondió de inmediato. Sus ojos seguían cerrados, y por un momento, el contacto de Rouge pareció devolverle un poco de calor, apenas un respiro entre tanta tormenta interna.