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CAPITULO 17

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Capitulo:17

Santa Liria, Seúl
Año 2014

"Estación final"

El silencio de la estación era casi irreal esa mañana.

El viento ya no silbaba entre los tejados, ya no había nieve en el andén ni escarcha en los vidrios, y el sol asomaba con una timidez que parecía pedir permiso al mundo por haberse atrevido a salir después de tanto invierno.

Taehyung abrió los ojos lentamente, con esa lentitud que solo se permite quien ha dormido en paz.

Ya no sentía el ardor en el abdomen, ni el calor punzante en la frente, ni las piernas pesadas como piedras.

Ya no sentía nada... excepto calma.

Una calma tan limpia y profunda que parecía envolverlo entero.

Se incorporó con suavidad desde el cojín junto a la chimenea. La manta resbaló por sus hombros y su saco cayó en su regazo como una caricia.

La pequeña habitación olía a madera vieja y a un perfume de lavanda muy tenue que alguien debía haber usado la noche anterior.

Afuera, el día se estiraba con luz dorada.

Ya no nevaba.

Y por primera vez en muchos años, no tuvo miedo de salir.

Caminó por el interior de la estación, escuchando sus propios pasos resonar con un eco amable.

Los casilleros, las bancas, la vieja campana colgando aún en la ventana, todo le parecía distinto, como si el tiempo se hubiera detenido o se hubiese transformado.

Y entonces lo escuchó.

A lo lejos, una bocina... familiar, poderosa, tan clara como una llamada.

El tren.

No era un tren cualquiera.

Era ese tren.

El sonido de sus ruedas acercándose le hizo cerrar los ojos por un segundo.

Lo sintió más en el pecho que en los oídos. Caminó, sin pensar, sin detenerse, guiado por algo que no podía nombrar, algo más fuerte que la lógica, más profundo que la memoria.

El viento acariciaba su rostro como si lo empujara, suave pero constante.

El tren se detuvo frente a él con un suspiro metálico.

Un hermoso vagón rojo quedó justo a su altura.

Impecable, reluciente, como sacado de un cuento.

Y entonces, las puertas se abrieron con un crujido lento.

Y ahí estaba él.

De pie, al otro lado del umbral.

Más alto, más sereno.
Su piel aún pálida, sus mejillas redondas como siempre.
Los ojos grandes, tan grandes como cuando era niño.

Su cabello oscuro caía con dulzura sobre su frente, enmarcando su rostro como lo recordaba... pero algo más brillaba en él.

Una luz distinta. Una alegría quieta. Una paz que no conocía antes.

Taehyung no dijo nada.

Solo sonrió. Por primera vez en años.

Y Jungkook también.

No hubo necesidad de palabras.

Sus cuerpos no se abrazaron, pero sus miradas se abrazaron como solo pueden hacerlo dos almas que se buscaron por tanto tiempo, que se esperaron en silencio, que se nombraron en sueños sin saberlo.

Y sin pensarlo, sin temerlo, Taehyung dio un paso.

Luego otro.

Y otro más.

Entró en el vagón rojo.

Ese vagón... del que nunca volvió a bajar.

Porque al fin y al cabo, ambos cumplieron su promesa.

Nunca fueron grandes en la tierra. Nunca alcanzaron la edad para casarse. Nunca caminaron juntos de la mano frente a todos. Nunca vistieron trajes, ni se dijeron "sí" ante testigos.

Pero ahora sí.

Ahora, en ese vagón, no había leyes. No había tiempo. No había más trenes por esperar, ni estaciones vacías, ni inviernos eternos.

Solo ellos dos.

Solo el amor que nunca se rompió.

Solo el amor que sobrevivió incluso a la muerte.

“Hay quienes se aman en vida, y quienes se pertenecen más allá de ella".

“Hay quienes se aman en vida, y quienes se pertenecen más allá de ella"

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Epílogo

Muchos dicen que hay trenes que no figuran en los mapas. Estaciones que no aparecen en las guías. Nombres que no están escritos en ningún registro.

Y sin embargo existen.

Dicen que si llegás a “Kook Express” un día claro, cuando no hay niebla ni nieve, puedes sentir el eco de una risa. O el roce de una mano invisible.

Dicen que en esa estación, hubo un amor tan puro… que ni la muerte se atrevió a separarlos.

Porque hay quienes se van, pero no desaparecen.
Hay quienes mueren… pero no se pierden.

Y si escuchás con atención, aún se oye la bocina de ese vagón rojo.

Ese que un día… se los llevó juntos.

Para siempre.

...


“Te busqué en cada estación, te soñé en cada noche, y aunque mis manos se helaron esperándote… jamás me fui.”

ATT: jk

Taehyung Y Jungkook: AMOR EN LA ESTACI?N FINAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora