Viviendo con mi ex | ??

Al llegar, lo primero qué veo son paparazzis por todos lados, hermosas chicas posando para ellos y los nervios aparecen. ¿Y si hago alguna mueca? ¿Y si salgo con un ojo más grande qué el otro? No es mi primera vez enfrente de las cámaras pero aún no dejo de ponerme nerviosa.

Nos bajamos del taxi y nos encontramos rápidamente con las chicas, qué ya estaban esperándonos.— Ce, pero qué lindas amigas tienes.— Me susurra Chase y yo simplemente me río.

—Hey, Grace. Llegas justo a tiempo.— Me saluda Sara con un abrazo.— Parece qué no te he visto en años.— Le sonrío.

—¡Grace! — Josephine y Lais me abrazan con fuerza.— Te extrañamos.

—Y yo a ustedes, chicas. Quiero presentarlas.., él es mi hermano Chase, Chase ellas son Lais, Josephine y Sara.

—Un placer conocerlas.— Saluda a las tres de un apretón de manos y un beso en la mejilla.

—El placer es todo nuestro.— Comenta Sara.

—Bien, ya todos se conocen, vámonos. Qué ya es algo tarde.— Dice Josephine.

—Vamos, Chase. Sé mi acompañante.— Sara toma de el brazo a Chase y son los primeros en avanzar hacía la multitud.

•••

La entrada fue algo increíble. Cámaras por todos lados, personas gritando mi nombre y queriendo hacerme entrevistas. Sara y Chase se tomaron algunas fotos juntos, después Chase la dejó para qué tuviera fotos ella sola y vino conmigo para una foto familiar y después entrar al lugar con Sara, hice varías poses y gestos, en verdad espero no haber salido mal en ninguna pero poco a poco los nervios desaparecen ya estando enfrente.

Entrando al lugar me sentí extraña, había muchas personas famosas, bellas y exitosas. Todo esto es nuevo para mí, estaba tan nerviosa qué sentía qué en cualquier momento me fallaría la tripa e iba a vomitar, sí, aquí enfrente de todos.

Un escalofrío recorrió mi espalda al sentir la mano de un desconocido en mi cintura, al ver el causante de esa sensación todo los nervios desaparecieron, sonreí casi por inercia.

—Hola, Grace.— Me saludó con esa típica sonrisa tan linda qué tiene.

—Stephen.— Susurré asombrada.

—Te vez hermosa está noche, bueno, siempre eres hermosa.— El rubor subió por mis mejillas, no era para mí algo normal recibir halagos de un hombre tan guapo.

—Gracias, también te vez muy bien.— Sonrió bajando la cabeza un poco.— ¿Qué haces aquí? No estabas en...

—Sí.— Me interrumpió.— Pero hubo razones por las cuales vine antes de tiempo.

—¿Y esas son? — Pregunté curiosa.

—Deberíamos ir a tomar asiento, así platicamos mejor.— Había olvidado completamente qué estábamos parados en medio de todos. Volvió a tomarme de la cintura con una mano y me dio un leve empujón para después comenzar a caminar. Había mucho lugar para sentarse pero él eligió algo privado, una mesa con poca luz y con una botella de vino en hielo, sin abrir.

¿Acaso había apartado esté lugar con anticipación?

Me senté a su lado, muy cerca realmente, manteníamos nuestra distancia pero nuestras piernas chocaban, provocando un escalofrío dentro de mí sin importar qué no fuera piel con piel, y me gustaba.

—¿Quieres un trago? — Pregunto a lo qué yo asentí, sirvió dos copas y me paso una para después volver a su posición.— Un brindis, por una buena noche.— Chocamos levemente las copas y después bebimos el líquido dulce.