Sombría Embelesada

D I E C I SI E TE

—Es agradable, ya te lo dije. Es mi amigo —me encojo de hombros. Mandy sonrió confundida.

—Aún no has respondido.

—Sí lo hice así que ya terminó esta conversación.

Camino hacia el cuarto de Ronny y toco la puerta, esta se abre y Ronny me hala hacia dentro de su habitación. Me abrazó.

—Te extrañé tanto, Mel. Tengo que contarte algo que me sucedió hoy —me reí y lo golpeé en la espalda haciéndolo soltarme.

— También te extrañé. Cuenta.

Entonces se sonrojó.

—Diana es linda...

Abro mi boca y lo miro con picardía.

—Ajá, ya sé a dónde va esto. Cuéntame.

Entonces me contó que salieron casi como una cita, que ella tenía cosas en común y otras diferentes pero aceptables. Ella le había dicho que era muy gracioso y que le gustaban sus ojos. Entonces él me dice que ella le está empezando a gustar y aquello me hace soltar un grito de emoción.

—Pero no sé si es muy rápido... —ruedo los ojos.

—¡Claro que no! ¡Son tan tiernos y geniales justos! —entonces me di cuenta de que estaba hablando muy duro. Me sentí un poco mal por Mandy, ella siente algo por Ronny, no tan grande pero sí algo. No estaba siendo un buena amiga con ella.

—Bueno, la invité a salir en serio. A tu trabajo —suelto una carcajada.

—Qué casualidad.

—¡Fue lo primero que se me ocurrió! Pero aceptó —Sonreí y lo abracé.

—Me alegro mucho por ti, Ron.

—¿Sabes algo? Ella es la primera chica que me gusta después de haberte superado...

Yo me aparto de él lentamente y lo miro sorprendida.

—¿Y aquella chica que fue tu novia el año pasado? —él rodó los ojos.

—Duramos que si un mes y solo me gustaba pasar tiempo con ella porque le gustaba pintar como yo, era más como una amiga. Pero no me gustó. Era linda, pero no era suficiente.

Asiento comprendiendo.

—Te entiendo. Y déjame decirte que tienes buenos gustos —golpeo mi cabello con fingido ego.

 Él ríe.

—Por supuesto que sí.

Al día siguiente Mandy me acompañó a mi trabajo porque así iba a casa de Génesis. Mientras íbamos llegando al local ella habló.

—Entonces... No te gusta Ronny.

—Obvio no, te lo he dicho desde hace tiempo. No entiendo por qué sigues con eso.

Ella asiente pensativa.

—¿Y Darren... Te atrae? —yo suspiro agotada y abro la puerta del local. Saludo al jefe y luego voy a firmar mi asistencia.

—Mandy, de verdad que ya me estás fastidiando con eso. Déjalo ya. Si él me gusta o no deja que sea yo la que resuelva mis asuntos. Puedo hacerlo sola ¿Sí? Tenme confianza.

—La tengo... Es solo que ya no hablamos como antes de chicos... Antes me decías quién te gustaba.

—Antes, pero ya has empezado a molestarme preguntándome lo mismo todo el tiempo. Ya ni hablamos de nosotras misma sino de chicos, chicos y chicos. Déjalo, no hablaré de eso y menos en el trabajo —ella parecía molesta pero no me importó. Yo tenía razón.