抖阴社区

Solo nosotros.

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Octubre ya dejaba ver sus últimos días entre idas y vueltas a San Mungo por falsas emergencias, visitas a los suegros, desocupar la antigua casa de Newt, pasar las criaturas al garage de la casa en Dorset e informarle a Bunty que podía venir unos dos o tres días a la semana, el magizoólogo sabía que Bunty amaba tanto como él a las criaturas mágicas. Arreglos al cuarto de Aedus, compras para Aedus, absolutamente todo para Aedus y eso que aún no nacía.  Con todo eso y mucho más en la vida de los ya esposos octubre había pasado volando, como si alguien desconocido le hubiera puesto un hechizo al tiempo, para hacerlo correr más rápido. 

La tarde del día viernes pasaba tranquila, Newt terminaba los últimos detalles de sus apuntes y terminando eso mandaría una lechuza con el Sr. Lowell, se sentía preparado para lanzar la edición de su libro, no cambiaría nada, solo agregaría. Tina comía unas galletas y tomaba el té mientras escuchaba los recuerdos de humo oro en que habían guardado las pulsaciones del bebé, se tocaba el vientre mientras le hacia mimos con la voz, cada vez a medida que pasaban los días se veía más enamorada de Aedus y de su esposo.

—¿Ya escuchaste lo fuerte que late su corazoncito?  –agregó la Auror mientras levantaba su vista hasta el mago. 

—Sí, lo escucho siempre, cada noche. –afirmó él, mientras guardaba sus avances en sobres para poder enviarlos. 

—Oh querido, ¿recuerdas esa noche que se  apoyo tanto en mi abdomen que se marcó parte de su cuerpo?  –inquirió nuevamente, maravillada con la magia de ser madre.

Newt asintió, rápidamente tomó el recado y le lanzó un hechizo para alivianar la carga,amarrandolo correctamente a la pata del animal, ésta se fue, ululando felíz en su tarea. El magizoólogo se apresuró a guardar todo con un toque de su varita, quería estar con su familia, se le hacian agua las manos por poder estar con ellos toda la tarde de ese día.

Reincorporándose con astucia se sentó a un lado de ella y se dedicó a observarla, ante su silencio el volvió a asentir, atento.

—Sí.–cabiló, sonriente– Si lo recuerdo, además también, porque te sorprendiste tanto que tuvimos que ir a San Mungo.

Tina rió suavemente, a gusto entre los brazos de su esposo se acurruco ahí, tomó una mano masculina y jugueteo con ella, mientras pensaba. 

—¿Que piensas, cariño?  –masculló despacio el magizoólogo.

—Es raro escuchar eso, ¿sabes?  –prosiguió– Aveces olvido que tú no puedes leer mi mente, con Queenie solo esperaba que ella me preguntara. 

Newt asintió suave, se le cruzó por la cabeza que Tina aún temía por su hermana menor, cada vez que se enteraba de algo en su vida seguía defendiéndola con uñas y dientes, además, de siempre que tenía la oportunidad hablar de ella,la entendía en realidad.  Tina removió su cabeza y volteó para mirarlo.

—¿Y tú? 

—¿Yo?... ¿yo que? 

—¿En que piensa, Sr. Scamander? 

El magizoólogo bufó, con deje algo divertido.

Sr.Scamander... –farfulló despacio– Pensaba en Queenie y Jacob, me alegra de verdad que todo les haya salido bien.

Tina se enderezó y le dio el último sorbo a su té, dejando la taza vacía. 

—Hasta el momento... espero que nada malo les pase.

—Vamos de nuevo con eso querida, acá realmente, no hay mayores problemas. –tomó su taza y le dio un sorbo– Esta helado... –musitó suave y antes de dar otro sorbo tomó su varita y calentó el contenido, lo probó y asintió, luego prosiguió– Mira, con suerte recibirían una visita del Ministerio mágico y muggle, una vez al mes, una vez cada tres meses...

?Conociendo el amor? [NEWTINA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora