Enamorada de un Misógino《Libro I》(Terminada)

Daniel detuvo el auto junto a la casa de Sídney y puso el freno de manos. Nicolás y Roxana se habían ido juntos y él había traído a Sídney a su casa como todo un caballero, en ese día había aprendido demasiado, más de lo que podía esperarse y era gracias a ella, cuando estaba con ella todo seguía su curso y parecía normal, ella lo hacía olvidarse e ignorar todo mal sentimiento que abarcaba su vida, ella lo hacía ser otra persona que no se esperaba ser.

—Lo he pasado bien. —se giró a verla, le sonreía mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad —. Tú también lo has pasado bien ¿verdad?

—Sí, supongo .—regresó su mirada al frente. —¿Te recojo en la noche?

La verdad, la pregunta le sorprendió mucho a Sídney y era lo normal ¿quién se imaginaría que esas palabras saldrían de la boca de Daniel?

—Sí. —contestó ella de golpe, no pensaba preguntarle el motivo ni el lugar de la invitación por si eso le hiciera cambiar de opinión.

Las cosas siempre ocurrían por algún motivo, todo en la vida ocurría por alguna extraña razón.

Ella se bajó del auto y Daniel esperó hasta verla introducirse en su casa. Suspiró frustrado, se llevó las manos a su pelo e intentó relajarse antes de pisar el acelerador y abandonar el lugar para dirigirse a su casa. Estaba asimilando el gran paso que estaba dando desde que había decido ser guiado por ella, no se preocupaba en lo absoluto por lo que podría pasar porque estar con ella hacía que todo resultara normal y más fácil y sencillo de llevar, ella era especial.

En cambio, Sídney una vez que se introdujo en su cuarto no perdió más tiempo y le marcó a Olivia para contarle totalmente emocionada todo lo que le había sucedido durante el día, necesitaba hacerlo.

—Uy, ya sabía yo que entre vosotros acabaría sucediendo algo. —habló ella al otro lado del móvil.

—No, no es eso. Sí que es interesante y agradable estar con él, pero entre nosotros no hay nada, solo lo estoy ayudando.

—Ya, lo que tú digas. ¿Y cómo es que acabaste en sus brazos apunto de besarlo? ¿Cómo lo explicas?

—Se dio sin más, lo estaba ayudando a enfrentarse a lo que podría llegar a suceder cuando saliera con una chica que le gustara de verdad, solo estaba ayudándolo y él estaba siendo un buen alumno. —suspiró deseando que fuera más que eso.

—Ni tú misma te crees tus palabras.

—Hey, te he llamado para contarte cómo me va, no para que me confundas así que, no lo hagas. Además, solo nos queda una semana y lo perderé de vista.

—O puedes hacer que se fije en ti y se enamore de ti, no tiene por qué elegir a otra ¿qué manzanas estás haciendo para que no lo haga?

—¿Yo? Nada, quizás no soy lo que necesita.

—Si piensas eso es que estás loca, no se puede tener más la autoestima por los suelos como tú. Eres preciosa, agradable y perfecta, si él no puede darse cuenta de ello es que está completamente ciego y es él quien no te merece. —Sídney sonrió.

—Gracias Oli, sabes que te quiero mucho ¿verdad? Eres la mejor.
Era la mejor amiga que se podía desear y teniéndola a ella no necesitaba a otra, solo ella tenía su valor en oro.

—Yo también te quiero corazón. Ahora deja de hacer lo que estés haciendo y escoge un lindo vestido que le haga perder la razón a este tipo. —consiguió sacar a Sídney una carcajada.

—No sé dónde me lleva, no puedo ponerme cualquier cosa.

—No se puede ser más raro. Pero no pasa nada, escoge algo casual y me subes una foto para que le de mi visto bueno.