Capítulo 5: Dos amaneceres.
Dormí hasta las cinco de la tarde, hora a la que había puesto mi quinta alarma, temiendo no despertarme.
Recordé que había recibido algunos mensajes justo antes de dormirme, así que los leí mientras holgazaneaba en la cama.
090 123 357 69
Hola
Soy Aizawa
Tu abuela me ha dado tu número
Se nos olvidó decir la hora a la que empezaríamos a patrullar
¿Te parece bien a las 11:30?
Es cuando pensaba empezar mi turno
TN
¿Estás viva?
Este es tu número, ¿verdad?
Recovery podría haberme dado uno falso perfectamente
Yo
Hola
Perdona, estaba durmiendo
A las 11:30 estoy donde tu portal
Aizawa
OK
A las 11:20 ya estaba frente a su edificio.
—Hola, ¿llevas mucho esperando?, podrías haberme mandado un mensaje y hubiese bajado antes, o podrías haber subido a casa.
—Solo llevo cinco minutos, no te preocupes.
—¿Sabes? Yo creo que el traje sí te queda bien, quiero decir, que sí que impones.
Agradecí que ya hubiese empezado a anochecer y que no se apreciara mi sonrojo.
—No me puedo creer que te acuerdes de algo de lo que hablamos.
—Tengo lagunas, créeme, Iida me ha mandado un correo sobre no sé qué de Rayo Mcqueen, ¿sabes a qué se refería?
Yo me reí.
—Prefieres no saberlo, hazme caso.
Él frunció el ceño y no preguntó más.
Seguimos caminando hasta llegar a un bloque de apartamentos.
—Ven, vamos a subir por aquí.
Él comenzó a escalar ayudándose de sus cintas. Yo utilicé mi quirk creando una pantalla de agua bajo mis pies a la que hice flotar, como si de un ascensor se tratase.
—Estoy bastante segura de que esto no es legal, Aizawa—. Dije posándome en la azotea—. De hecho, saqué muy buena nota en el examen sobre este tema, estoy muy segura de que no es legal.
—No lo es, pero si nadie pone una denuncia no pasa nada.
Era raro escuchar eso de un profesor tan estricto como él lo había sido. Pareció notar mi confusión, ya que trató de explicarse:
—Sé que es un poco raro...—, suspiró—, ya sabes que yo no actuaba de cara al público, era..., soy, soy un héroe de tipo clandestino. Gracias a eso podía... tomarme la justicia un poco por mi cuenta—. No me miraba a los ojos, parecía temer mi reacción.
—Ya veo, ¿a qué hora terminamos de patrullar?
Se me da bien cambiar de tema.
—A las 7:30.
Empezamos a saltar de edificio en edificio, él ayudándose de sus cintas, yo, de mi don. él era mucho más rápido que yo, que para ir a su ritmo puse una película de hielo bajo las suelas de mis zapatos para patinar. No solo era rápido, sino también ágil, siendo capaz de saltar sobre un poste eléctrico para observar mejor a su objetivo. Señaló a lo lejos, había una mujer llorando y dos hombres acosándola.
—Ve tú, a ver si te toman en serio.
Bajé hasta donde ellos estaban y me acerqué.
—Hola bonita, ¿quieres unirte?—. Ofreció uno de ellos.
—Soltadla—. Dije sacando mi licencia de héroe.
—Venga, no te hagas la difícil, ven a disfrutar un poco, te va a gustar—. Dijo el otro.
—Podemos hacerlo por las buenas, será mejor para vosotros, los cargos serán menores.
—Qué pesada—. El primero se alejó de la chica y lanzó unas bolas que creó con su don al suelo, yo las hundí en el agua, ya que no sabía lo que podían hacer.
Explotaban, eran como pequeñas granadas con bastante potencia. Nada que no supiese controlar después de llevar tres años en la misma clase que Bakugou.
Yo lancé un rayo de agua que lo estampó contra la pared con la presión exacta para que se quedase confundido.
El otro salió corriendo.
Lo primero siempre es cuidar a la víctima, esa es la regla más importante de los héroes, así que no hice ademán de seguirlo ni de utilizar mi quirk, sobre todo porque Aizawa saltó de un edificio y lo agarró con sus cintas.
Aizawa inmovilizó a los dos villanos mientras yo hablaba con la chica.
Al parecer el don del otro hombre era el de soltar una especie de pegamento con el que pegó los pantalones de la chica al suelo, a pesar de que tratamos de disolverlo, era imposible.
Fui a por una muda de pantalones para que se pudiese quitar los que estaban pegados al suelo y así escapar.
—Es que... Me da vergüenza-. Dijo ella mientras miraba a Aizawa y los dos hombres.
El héroe se dio cuenta rápido de lo que sucedía y se dio la vuelta, forzándolos a ellos también violentamente.
Yo me alejé para alertar a la policía para que fueran a detenerlos.
—Vale, puede que no te tomen en serio ahora, pero les demuestras que deberían—. Comentó Aizawa durante la media hora de descanso—. Además, llevas sin salir en la televisión o en cualquier medio desde que te graduaste, así no te pueden reconocer, has cambiado algo desde entonces—. Estaba buscando mi nombre de heroína en internet.
—Es que no me gustan mucho las cámaras, ya lo sabes.
----
—Hoy habrá una clase especial—, dijo el profesor Aizawa metiéndose en su saco—, os la impartirán Midnight y Mount Lady.
Se trataba de una clase en la que nos ayudarían a desenvolvernos de cara al público.
—Recordad que es bueno algún elemento que os caracterice, por ejemplo, el pelo de All Might—. Explicó Midnight.
—Como héroes, sois la cara de la esperanza en la sociedad, cuando os vean tienen que pensar, "un héroe, menos mal", si no se os conociera, podrían pensar que sois otro villano—. Añadió Mount Lady.
Miré a Aizawa, a él nadie lo conocía, pero había ejercido como héroe profesional durante años, seguía haciéndolo, de hecho.
Él pareció sentir mi mirada, ya que me la devolvió y decidió unirse a la conversación.
—En mi caso, como no era conocido, me veía en la obligación de presentarme como héroe profesional, a veces incluso de enseñar mi licencia al villano una vez atrapado, ya que si no lo hacía podrían denunciarme a a la policía como un vigilante o las víctimas se espantarían pensando que soy un villano más que va a hacerles daño—. Nos explicó.
—Así es, ahora vamos a hacer unas prácticas—. Dijo Mount Lady emocionada.
Estaba muy nerviosa, hablar de cara al público no es fácil, pero mi objetivo era ser una figura esperanzadora, quería que la gente se tranquilizara solo con verme, así que me esforcé al máximo.
—Bueno, no está mal, pero se nota que las cámaras no son lo tuyo—. Suspiré aliviada al escuchar el comentario de la heroína.
Durante mis pasantías de primero, junto a Ochako y Tsuyu se nos dio a conocer al público.
Estaba atacada de los nervios. pero como éramos un grupo, no era difícil pasar por ello y si ninguna de las tres sabía que decir con exactitud, Nejire no dudaba en ayudarnos.
----
Ahora estoy sola, no es lo mismo.
Después de un rato se sacó una cantimplora del cinturón y bebió un trago.
—Toma, bebe un poco—. Dijo pasándomela—. Nos quedan cuatro horas, ahora deberíamos ir a la zona de los bares, siempre hay peleas a partir de estas horas.
En efecto, tuvimos que separar cuatro peleas, los motivos eran variados, infidelidades, insultos, un golpe accidental... Pero hubo uno que nos preocupó bastante.
Estábamos hablando con la persona que considerábamos víctima en la última pelea de la noche, había sido atacado por cuatro personas que estaban atadas, algo alejadas de él.
—Fue por las drogas—, confesó él echándose a llorar—, tendría que haberles pagado, pero no lo hice.
El chico había entrado en pánico y nos confesó que había estado tomando esa droga durante hacia varias semanas, pero que se había quedado sin dinero y no les pudo pagar su última consumición.
Cuando la policía llegó, el oficial nos contó que ya había un caso abierto sobre estos alucinógenos. Eran una droga bastante potente, capaz de hacer que se perdiese el control sobre el don a baja escala y el de la razón por completo.
—Tememos que están intentando mejorar la droga para que pase a ser a gran escala, como pasó hace unos años con otra droga. Para que se entienda, si Eraser tomara la droga, probablemente borraría el don de la gente cada tres pestañeos y tú, Aqua, condensarías sin querer la humedad de tu alrededor—. Explicó el agente.
Ya eran las 7:30 cuando la policía se fue.
Aizawa me cogió de la muñeca.
—Ven conmigo.
Yo lo seguí, subimos de nuevo a los tejados y saltamos de uno a otro un rato, hasta llegar a uno en el que Aizawa se sentó.
—Siéntate a mi lado.
—Oye, mañana tienes que ir a clase, ¿no quieres ir a dormir?
—Solo siéntate, no desobedezcas.
Me senté.
—Ya no eres mi profesor como para darme órdenes, ¿recuerdas?
—¿Qué?—, me miró extrañado—, oh, ya, perdona, es que a veces me sale la vena... Eh... Autoritaria.
Dominante.
Mierda Midnight, ¿por qué me tenías que meter esas ideas en la cabeza?
Me quedé mirando a la misma dirección que él.
Entonces el sol comenzó a salir.
Era un amanecer sin una sola nube que lo tapase, igual que el del día anterior.
Sonreí, este era mucho más bonito aunque fuese igual que el otro.
Quizá porque el cansancio esta vez solo era físico, quizá porque sentía que había hecho un buen trabajo o puede que fuera porque esa vez Aizawa estaba despierto y no era la única disfrutando del sol. También es cierto que desde esa posición se veía muy bien.
Miré hacia Aizawa de reojo, que me miraba a mí.
—¿Por qué no miras el sol?
—Ya lo he visto muchas veces—, respondió él—, pero ver como lo ve otra persona por primera vez desde aquí es... Diferente.
Yo asentí, dándole a entender que sabía a lo que se refería, aunque no fuese cierto, igual que en las clases de matemáticas.
—¿Cómo es tu nueva clase?
—Diferente—. Se recostó en el techo, cerrando los ojos.
—Lo hecho de menos.
—Yo también—. Confesó.
Nos quedamos de nuevo en silencio
El sol terminó de salir y yo bostecé y me recosté. Estaba agotada.
Él miró la hora.
—Son las ocho, deberíamos irnos—, yo asentí—, te acompaño a casa.
—No hace falta, ya sabes que me puedo defender sola.
Narrador omnisciente
¿Cómo iba Aizawa a decirle que lo que él quería era pasar más tiempo con ella, que se sentía bien con ella y que quería prolongarlo al máximo?
—Aún así quiero hacerlo—. Insistió él.
Ella no se iba a negar, ella también se sentía bien con él, se sentía segura e inexplicablemente feliz.
—Vale.
Ambos estaban cansados, un turno de ocho horas corriendo, saltando y luchando era muy cansado, incluso para héroes profesionales.
Aizawa se sentía culpable, él era consciente de que las patrullas no duraban ocho horas normalmente, quizá cinco horas como máximo, pero como él solía trabajar una vez por semana, había decidido alargar su turno. Su ex alumna estaba agotada por su culpa.
—Es aquí—, dijo ella frente a su edificio—, entra.
—No hace falta...
—No era una pregunta.
Ella quería alargarlo, a pesar de su cansancio quería pasar el máximo tiempo posible con él. Se sentía diferente. Le gustaba esa diferencia.
Él no se volvió a negar.
—Pensé que ya habrías acabado de instalarte—. Comentó él mirando las cajas que cubrían el suelo del salón.
—Sí, lo sé, lo cierto es que me daba pereza montar los muebles, no tengo otro sitio para que te sientes que no sean las sillas de la cocina.
—Oye, estás agotada, deberías dormir.
—He estado más agotada en semanas de globales—. Le restó importancia ella.
—Mira, hazme caso, ve a dormir, yo te despierto cuando me digas.
—¿Seguro?
—Sí, ve.
—Vale— cedió—, despiértame en media hora. Mientras haz lo que quieras, estás en tu casa.
Shouta se durmió sentado en la cocina y no se despertó hasta que había pasado una hora y media.
—TN—, susurró—, despierta.
—¿Ya ha pasado la media hora?
—Ha pasado una hora y media, lo siento, yo también me dormí.
—¿En las sillas de la cocina?—, supuso ella—, tú también estás cansado, podrías haberte ido a casa o si me lo hubieras dicho podrías haber dormido aquí.
Ella se refería a que ella se hubiese ido de la cama para dejarlo dormir a él, pero en el momento en que lo dijo se dio cuenta de que no iba a ser interpretado de esa forma.
Consciente de que ya no había nada que perder le dijo:
—Échate un rato, si quieres.
Como estaba cansado y la oferta no le había desagradado en absoluto, aceptó.
Se echó al lado de su ex alumna y ambos se durmieron.
Habían sido la prueba de que la falta de sueño opaca la lucidez, por algo se dice que hay que consultar las decisiones importantes con la almohada. Si hubiesen sido completamente conscientes de sus palabras, nunca hubiesen aceptado
A las 16:30 ella se despertó, él la estaba abrazando.
No trató de separarse, al fin y al cabo ese día ya había trabajado de madrugada y el siguiente lo tenía libre, era momento de descansar.
Eso era lo que se decía ella mentalmente, que lo que quería era descansar y que por eso no se levantaba de la cama, tratando de convencerse a sí misma.
Entonces él se movió, en sueños, acurrucándose más con ella y soltando un pequeño suspiro, acciones que la mataron.
Si se había pasado los dos últimos días tratando de convencerse de que no estaba perdidamente enamorada del hombre, no había servido de nada, ya que en ese momento ella cayó a un pozo de reveladora verdad.
—¿Estás despierta?—. Susurró él a su oído.
—Sí.
Lo lógico hubiese sido alejarse, disculparse, incluso, pero la lógica había dejado de funcionar en Shouta Aizawa.
—Contigo duermo mejor—. Dijo abrazándola un poco más fuerte.
Ella no lo vio, pero él apretó los ojos y frunció el ceño, ¿por qué había tenido que decir eso?, estuvo a punto de llamarla de nuevo por ese apodo. Aflojó el abrazo.
—Perdón.
—¿Por qué?
—Por lo de ahora.
—No te disculpes—. Dijo ella—. A mí también me pasa—. Esto lo dijo un poco más bajito, cohibida.
Por la mente de él pasó un pensamiento, un reflejo, algo realmente fugaz: <<¿esto es querer a alguien de esa forma?, ¿te quiero?>>.
No, era la mayor tontería que había pensado nunca, claro que no.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de la chica.
—Aizawa, algo me está haciendo daño en la pierna.
POV Aizawa
Mierda.
Mierda, no.
No me hagas esto, joder.
—¿Recuerdas cuando te transformaste en gato y me dijiste que no mirara y me tapé con las sábanas?
Ella asintió.
—Pues necesito que hagas lo mismo.
—Oye, si es una erección no te preocupes, soy consciente de que la excitación sexual no es el único motivo.
Pensaba que iba a colapsar, me puse muy rojo y ella me sonrió, feliz de haber acertado, probablemente dándole las gracias a Midnight en su cabeza.
—No te preocupes, me tapo.
Entré al baño.
—¿Oye, crees que pueda ir contigo?— Preguntó desde el otro lado de la puerta.
—¿Hasta Musutafu?
—Sí, mañana es mi día libre, así puedo estar con mi abuela y con Eri.
—Como quieras.
—Vale, ¿me da tiempo a ducharme y cambiarme?
Salí del baño una vez la erección había bajado.
—Sí, yo voy a mi apartamento, me ducho y te recojo, ¿te parece bien?
Asintió.
—Me ha llegado una notificación de la Hero Network, traía la lista de héroes a los que solicitaban participar en el asunto de esa droga nueva, tú también estás, ¿vas a aceptar?—. Me informó.
—No lo sé, cuando llegue a la UA lo pensaré bien, ¿tú participarás?
—Sí.
En ese momento supe que yo también participaría y que ya me había rendido por completo a los encantos de la chica.
Eso no era bueno.
💙💙💙💙💙
¡Hola! Espero que os esté gustando.
¿Tenéis alguna duda sobre la historia?
✨¡Si os ha gustado no olvidéis votar!✨