love is not over | Honghwa

By hwa_thv

1.2K 298 136

Seonghwa ha amado y perseguido a Hongjoong desde que eran niños, pero tal vez ya fue suficiente. Quizá ha lle... More

(◎)
01
02
03
04
05
06
07
08
09
11
12
13
14
15
16
17

10

78 19 9
By hwa_thv

POV Seonghwa




A veces Seonghwa pensaba que Bumjoong había llegado como una respuesta del universo a una oración que nunca supo que estaba haciendo.
No gritó. No irrumpió. No reclamó espacio.
Solo... se sentó a su lado. Día tras día. Hasta que el silencio dejó de ser soledad.

No fue amor a primera vista. Ni a segunda. Ni siquiera a quinta.
Fue esa clase de vínculo que crece en lo cotidiano. En las preguntas suaves. En los detalles que no llaman la atención, pero construyen algo sólido. Fue una compañía constante que se fue quedando, como una canción de fondo que crees ignorar... hasta el día en que deja de sonar, y descubres que la habías hecho parte de ti.

Bumjoong estuvo ahí.
Cuando Seonghwa tenía los ojos cansados y el alma aún más.
Cuando no sabía qué decir, y tampoco hacía falta.
En los días de café frío y arte sin inspiración. En las llamadas sin motivo, y en las despedidas que no sonaban a final.
Y él... él simplemente lo dejó quedarse.

No sabía si eso lo convertía en un mal tipo.
A veces, cuando Bumjoong le rozaba la mano por accidente o reía con ternura al verlo pintar con el ceño fruncido, Seonghwa se preguntaba si estaba siendo injusto. Si dejarse cuidar por alguien cuando aún no podías entregar todo el corazón era una forma de egoísmo elegante.
Pero otras veces, se decía que eso era crecer: aprender a aceptar lo que te hace bien, aunque no venga envuelto en fuego.

Porque durante años—años—su corazón había estado en otra parte.

En otro nombre.

En otra risa.

En unos ojos oscuros y brillantes que siempre parecían mirarlo como si supieran algo que él no.
Y aunque había tomado la decisión consciente de alejarse, aunque había dado el paso necesario hacia su propio bienestar, los sentimientos no se evaporaron. Solo dejaron de arder. Solo se congelaron en una parte lejana, donde el amor no desaparece... solo se transforma en un eco.

No fue fácil.
Decidir no mirar más a Hongjoong. No esperarlo. No preguntarse si pensaba en él durante los inviernos.

Tuvo que dejar de alimentar una herida que solo respondía con silencio. Tuvo que ponerse de pie y avanzar sin cierre. Y eso también era amor.

El amor que se elige por uno mismo.

Así que cuando Bumjoong empezó a quedarse más seguido después de las películas...
Cuando lo acompañaba al mercado o cargaba sus marcos sin quejarse...
Cuando hablaba con voz templada y ojos atentos...
Seonghwa se dejó querer.

No con fuego. Sino con calma.
Y eso, para alguien como él, que siempre había vivido entre extremos, fue un descubrimiento. Un bálsamo.

Algo nuevo. Algo necesario.

Claro, a veces, por las noches, el peso de la duda lo tocaba en el hombro.
Se sentía culpable. Como si estuviera usando a alguien para tapar un hueco que no cerraba. Como si Bumjoong fuera un vendaje para una herida que aún sangraba bajito.
Pero en los momentos de más verdad, Seonghwa sabía que no era así.
Que con Bumjoong había paz.
Había ternura sin espera.
Cuidado sin condiciones.

Y sobre todo, la certeza de que no tenía que defender su corazón cada vez que se abría un poco.

¿Lo amaba? No como había amado a Hongjoong.

Ese amor había sido otra cosa. Incendiario. Inestable. Luminoso. Dañino. Irresistible.

¿Lo quería? Sí. De una forma serena y terrenal.
Lo suficiente para querer que se quedara. Pero no tanto como para temer que se fuera.

Por eso se permitió flotar ahí.
No le prometió nada. No construyó castillos con palabras.
Solo lo dejó entrar. Sin prisa.
Quizá no era amor de película.
Pero era suficiente para respirar.
Y eso, en este punto de su historia, era un lujo.

La noche del cumpleaños de Wooyoung, Seonghwa llegó sin expectativas.

Sabía que Hongjoong estaría allí.
Sabía que no podían esquivarse eternamente.

Cuando lo vio, sintió algo en el pecho. No era dolor. No era rabia.

Era... reconocimiento. Como si se mirara en un espejo del pasado y aún se reconociera en él.
Se saludaron con educación. Con ese "hola" lleno de todo lo que alguna vez se dijeron sin palabras. Y aunque intentó mantener la calma, Seonghwa notó que Hongjoong lo miraba como si estuviera intentando detectar en qué parte del rostro ya no era suyo.

Pero él estaba tranquilo.
Tenía a Bumjoong a su lado.

Y aunque no eran oficialmente pareja, la cercanía hablaba por ellos.
Como los suspiros.
Como las manos que se rozan sin esconderse.
Como las historias que ya no buscan ser explicadas.

Y por primera vez, Seonghwa se sintió en paz.
No porque no doliera.

Sino porque había aprendido que no todo lo que una vez te hizo arder... debe acompañarte para siempre..

—¿Quieres más vino? —le preguntó Bumjoong, acariciándole levemente la espalda.

—Estoy bien, gracias —respondió él, y sonrió con ternura.

San se acercó entonces, medio ebrio y con ganas de salir a comprar más alcohol. Bumjoong se ofreció a acompañarlo sin soltarle la mano antes de salir, como si ese gesto bastara para que Seonghwa no se sintiera solo, como si decir "vuelvo pronto" no hiciera falta cuando se decía con la yema de los dedos.

Seonghwa lo observó marcharse. Sintió una pequeña gratitud silenciosa que no dijo en voz alta, como la mayoría de las emociones que guardaba desde que decidió ya no desbordarse. Suspiró, se sirvió un poco de jugo, y justo cuando estaba dándole un sorbo, la escuchó.

Esa voz.

Esa voz que había intentado olvidar en todas las versiones posibles. En susurros. En risas. En gritos. En canciones que no volvió a escuchar. En sueños.

—Hey. —Hongjoong.

El tiempo no había cambiado cómo sonaba su nombre en boca ajena.

—Hola. —Su respuesta fue automática, educada. Ya no dolía, pero aún incomodaba. Era como una vieja herida ya cerrada, que no sangraba pero que dolía si se apretaba justo en el lugar preciso.

—Hace tiempo que no hablábamos... —dijo él, rascándose la nuca, nervioso, como un adolescente que no sabía cómo pedir disculpas.

—Tres años, más o menos —respondió Seonghwa sin malicia, pero sin suavizar el dato. No iba a disfrazar la verdad por comodidad ajena.

—Sí. Eso.

El silencio entre ambos era espeso, lleno de cosas que no se dijeron cuando aún se podían decir. Seonghwa se concentró en las burbujas de su vaso, como si pudieran darle alguna respuesta. Como si pudiera escapar ahí.

Hongjoong se revolvía los rizos con ansiedad. Una manía que Seonghwa conocía demasiado bien, que durante años le pareció tierna, pero que ahora solo era parte de un pasado que ya no le pertenecía.

—Me alegra que estés bien —dijo de pronto—. Te ves... diferente. Feliz.

—Estoy tranquilo —respondió Seonghwa con sinceridad. Porque era cierto. Porque no todo lo que arde es amor, y no todo lo que calma es olvido.

—¿Y Bumjoong?

Seonghwa levantó una ceja. —¿Qué pasa con él?

—Nada. Solo... se ve que está muy cerca de ti últimamente.

No era una pregunta inocente. Lo conocía demasiado. Hongjoong siempre usaba la suavidad como envoltorio para los juicios.

—Lo está. Me hace bien.

Y lo decía con una certeza que le había costado muchas noches de insomnio, muchas lágrimas escondidas en fundas de almohada, muchos "¿qué hice mal?" que ya no necesitaba responderse.

Hongjoong apretó los labios. —¿Están saliendo?

—¿Importa?

Un segundo. Dos. La mandíbula de Hongjoong tembló, pero sus labios se mantuvieron cerrados.

—No sé. Supongo que no —dijo, pero algo en sus ojos decía lo contrario. Algo en su postura, en la forma en que no dejaba de mirar hacia la puerta, como si esperara que Bumjoong no volviera.

Seonghwa no iba a caer en ese juego. Ya no. Ya no era ese chico que esperaba migajas disfrazadas de amor. Ya no era el que suplicaba explicaciones en medio de la noche.

Así que solo asintió y desvió la vista, buscando a Bumjoong, como quien busca su punto de ancla.

—¿Y tú? —preguntó, por cortesía o por curiosidad genuina—. ¿Tienes a alguien?

Hongjoong soltó una risa baja, seca. —No. Nunca tengo a nadie. Supongo que ese es el problema.

Seonghwa no respondió. No porque no tuviera nada que decir, sino porque entendió que no le correspondía curar esa herida. Ya no.

—Pero tú sí... —agregó, y sus ojos bajaron hacia el vaso—. Y por lo visto, es alguien que siempre estuvo más cerca de lo que pensaba.

El comentario fue un disparo. No por lo que decía, sino por lo que insinuaba. Por esa vieja tendencia de Hongjoong a hacer sentir culpable a otros por lo que él no supo valorar.

Y Seonghwa, por primera vez en mucho tiempo, lo miró de frente. Sin miedo. Sin rencor. Solo con una claridad que le había tomado años construir.

—No sabes ni la mitad de las cosas, Hongjoong.

—¿Y tú sí? —dijo él, con un dejo de reproche—. ¿Sabes lo que se siente ver cómo alguien más te da lo que yo no supe darte?

Seonghwa dio un paso atrás. No porque temiera, sino porque ya no quería estar cerca de donde nacía el dolor.

—Entonces deberías haberlo pensado antes. Cuando todavía estaba aquí. Porque tú me empujaste muchas veces a buscar a alguien más.

Porque lo amó. Lo amó con todo lo que tenía, incluso cuando eso significó hacerse daño a sí mismo. Y cuando finalmente dejó de hacerlo, no fue por falta de amor, sino por amor propio. Porque dejar ir también es una forma de quererse.

La conversación terminó ahí. No con gritos ni lágrimas. Sino con un silencio espeso que ninguno supo romper. Una pausa definitiva.

Bumjoong regresó minutos después con más alcohol y un San borracho de cara roja. Seonghwa le sonrió. No con la sonrisa que solía reservar para Hongjoong, sino con una que había aprendido a construir con calma, con ternura nueva. Una familiaridad tranquila. Una que no dolía.

Y Hongjoong, desde el otro lado del salón, volvió a sentir ese nudo en el pecho. Esa punzada sorda que decía que aunque ya no se miraban como antes... él seguía queriendo hacerlo. Pero ya era tarde.

Porque lo que Seonghwa necesitaba no siempre fue lo que quiso.
Y lo que quiso... ya no lo necesitaba.

Continue Reading

You'll Also Like

5.8K 638 17
Seonghwa trabajó tan duro para acercarse a Hongjoong, incluso cuando parecía que el otro no quería tener nada que ver con él. Pero entonces el aire e...
4.2K 674 35
everybody wants to rule the world | seonghwa y san toda su vida habían competido por la misma razón, ambos querían el trono, sin embargo, los dos no...
2.1K 412 12
Simplemente Yeosang aterrado de Jongho. -fluff/comedia -original -el edit de la portada no me pertenece 💕BOOK 2; SAGA LOVEFOOLS
3.4K 444 6
[자연] Hongjoong se ha enamorado de Seonghwa y Seonghwa de él, pero en la época equivocada Cuando un bucle lo lleva casi 65 años al futuro, no puede ev...