Cotton Candy | YoonMin [Omegaverse]

Risitas reprimidas sonaron por el silencioso pasillo, a la vez que algunas quejas y susurros discretos las acompañaban. Con cautela, el grupo de niños caminó casi agachados, procurando hacer el mínimo ruido posible. Con sonrisas traviesas y manitas inquietas de la emoción y la adrenalina por la travesura, se aproximaron a la sala decorada con luces y adornos navideños, logrando que sus rostros se iluminaran de colores debido a las luces del árbol de navidad.

Mirando a sus espaldas y a los lados constantemente para asegurarse de que no hubiera nadie viendo, se agacharon frente a el árbol de navidad, sonriendo con ilusión al ver las cajas con regalos de diferentes tamaños. Movieron algunos evitando que se notará mucho la diferencia, buscando una caja en específico.

—Creo que es esta. —susurró ShinJae, abultando los labios al leer el nombre de HyeSun en la caja. Se inclinó ligeramente hacia la alfa, permitiéndole que aspirara su olor. HyeSun presionó sus labios, aún sin acostumbrarse al cambio en la omega.

—¿Estás segura? —Minho preguntó, parpadeando un poco por lo incómodo que era recibir directamente en los ojos las luces del arbolito.

—¡Shhh! Hagan silencio, nos descubrirán. —regañó HyeSun, quitándole a ShinJae de las manos la caja. —Estoy segura que es una consola nueva.

La castañita palpó la caja, buscando una manera de abrirla sin que se note mucho.

—Dale el vistazo rápido, Sunnie, pueden venir en cualquier momento. —SangMi le apuró, temerosa de que sean descubiertos.

—No puedo abrirlo. —sacó su lengua como signo de esfuerzo, arrugando un poco su naricita y soltando quejidos bajitos.

MinHo se acercó más a la pequeña con el objetivo de ayudarle a encontrar una manera fácil de abrir la caja, SangMi y ShinJae sumándose a la ayuda segundos después.

—Espera, lo romperás.

—Estás siendo muy brusco, MinHo.

—Callense, nos van a oír.

—¿Oír qué? —el cuarteto saltó en el instante que escucharon la voz detrás de ellos, girándose al mismo tiempo con precaución y temor. —¿Me pueden explicar, qué están haciendo? —JiMin los miraba con una ceja alzada, sus brazos cruzados a la altura de su estómago.

Los niños parpadearon mirándose entre sí, dudando en hablar o no. A pesar de que JiMin siempre tenía un aura dulce y cálida, en ese momento la miraba que les daba les ponía los pelos de punta.

—¿Por qué intentan abrir los regalos?

—N-nosotros... —tartamudeó la omega, mirando a su padre con vergüenza, no logrando aguantarle la mirada y pasándola a HyeSun en busca de ayuda.

De inmediato, la alfa captó la mirada nerviosa y horrorizada de la pequeña rubia, interviniendo sin dudar.

—Lo siento, yo les hice venir a ver los regalos. No es culpa de ellos. —podía ser alfa, pero JiMin seguía siendo mayor y le intimidaba un poco a pesar de que era un omega.