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Capítulo XXIII
Cazadores
 
   
 

Afortunadamente, hacía un buen tiempo para un viaje en carretera.

Los dos Alfas se desplazaban sobre los desiguales y rocosos caminos de tierra en el Jeep del menor con las ventanas abajo y disfrutando del frío viento sobre sus rostros... O al menos uno de ellos lo estaba disfrutando, el otro simplemente aguantaba las arcadas cada vez que caían en un bache a toda velocidad.

—¡Ve más despacio, carajo! —Se quejó Jungkook cubriéndose la boca con su mano.

—¿Otra vez quieres que haga una parada para vomitar? —Taehyung lo miró con diversión mientras apretaba el acelerador.

Jungkook se contuvo de golpear a su mejor amigo y solo cerró los ojos para evitar marearse aún más. Estaban a medio camino del Clan Jeon y no quería discutir, porque ya le dolía demasiado la cabeza.

Es cierto que había vomitando hace unos kilómetros y que Taehyung había esperado pacientemente dentro del Jeep a que terminará de derramar todo el contenido de su estómago. Se sintió mejor una vez que terminó, pero ahora sólo tenía una debilidad extrema que hacía dar vueltas su cabeza.

Taehyung se compadeció un poco de Jungkook y fue bajando la velocidad hasta detenerse por completo.

—No te entiendo, ¿No que querías llegar rápido?

—Solo, evita caer en más huecos, ¿Sí?

—¿Estás consciente de que estamos recortando camino por el Bosque Prohibido, y que no conozco a la perfección la zona? —le miró con obviedad—. Son contadas las veces que hemos venido por acá y no estoy seguro de...

—Taehyung, por una vez, cállate... —Le interrumpió suplicante y se echó hacia abajo en el asiento, cubriéndose los ojos con su antebrazo.

—Que humor... —El Alfa pelinegro suspiró y se bajó del vehículo—. Aún queda tiempo para llegar, así que despreocupate.

—¿A dónde vas? —preguntó su amigo al verlo caminar y alejarse.

—¡A verificar la zona, creo que me perdí! —le gritó devuelva antes de atravesar los árboles y perderse de vista. Jungkook maldijo entre dientes a su amigo por dejarlo solo y volvió a recostarse, prometiéndose nunca más volver a agarrar una borrachera como esa.

Por su parte, Taehyung no estaba perdido. De hecho, sabía que estaban a nada de llegar al Clan y por eso había decidido hacer esa pequeña parada. Le había mentido a Jungkook solo para alejarse y darle su espacio para que se recompusiera. Cuando el menor tenía resaca se volvía el doble de irritante, y ahora mismo Taehyung no estaba para aguantar sus berrinches, no era su culpa que se hubiera pasado de tragos anoche.

Él se encontraba más concentrado en entablar conexión con su lado animal como para hacerle caso.

Desde que había dejado el hotel, Taehyung había intentado hablar con Vante, pero parecía que su lobo se había ido de vacaciones porque no le respondía. Estaba más callado de lo usual y no sabía sí debía preocuparse.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos del Jeep, Tae cerró los ojos y se concentró para intentar conectarse con el lobo.

—Vante... —No obtuvo respuesta—. Háblame, necesito que me expliques qué fue lo que pasó allá con Sunji.

De nuevo, nada.

Estuvo así por varios minutos llamándolo, pero nunca su lobo nunca apareció. Lo que solo le dejaba la opción de contactarlo a la antigua, a través de sus sueños.

Solo cuando se quedaba profundamente dormido, Taehyung era capaz de encontrarse con Vante en aquel bosque de su mundo interior dónde lo había visto por primera vez, pero claro, siempre y cuando el lobo decidiera mostrarse. Habían veces en las que Taehyung se prestaban en el lugar y Vante solo jugaba con él, escondiéndose entre las sombras. No le daba la cara y solo se burlaba de él mientras lo acechaba.

Al parecer, los viejos hábitos de querer matarlo no desaparecían del todo dentro del viejo lobo, porque cuando se descuidaba y se enojaba con él por no querer salir, Vante saltaba para atacarlo.

Gracias a eso, Taehyung había desarrollado con los años la creencia de que de verdad su lobo lo odiaba, y sabía que eso no era bueno. No podía tener ese sentimiento de desconfianza con su otro yo, según había leído en un libro antiguo de la biblioteca del padre de Jungkook;

"El Alfa es para su humano, el verdadero reflejo de las emociones intensificadas que ambos albergan, representa también la visión que tiene de sí mismo y la manifestación de los deseos ocultos dentro de su ser"

Para Taehyung, era difícil imaginarse a su terco lobo como un reflejo de él.

Vante era arisco, egoísta, impulsivo y muy caprichoso, mientras que Taehyung era serio, algo introvertido, calmado, y muy amable con los demás. Ese desequilibrio entre ellos siempre había sido un balance que les había funcionado durante años, pero ahora, el pelinegro no estaba seguro de lo que él quería comunicarle con su silencio.

Tendría que exigirle en sus sueños que le dijera que pretendía lograr al hacerlo al alucinar con una chica a la que no veía desde hace mucho mientras tenía relaciones con otra.

Y a palabras de Sunji, no la era la primera vez que sucedía, lo que le hacía preguntarse desde hace cuanto tiempo, Vante lo tenía engañado con la imagen de Moon sin que él lo supiera...

—¿¡Quién anda allí!? —Taehyung se paró en seco y detuvo todos sus movimientos para mirar al frente, justo donde un hombre en traje de camuflaje salía entre los árboles y lo apuntaba con un rifle.

Por precaución, alzó lentamente sus manos en son de paz, pero aún así el hombre no le quitó los ojos de encima mientras se acercaba.

—Dime ahora mismo quién eres y a qué manada perteneces o juro por la luna que te disparo aquí mismo.