抖阴社区

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El taxi aparcó frente a la casa y JeongGuk podía sentir los latidos de su corazón en todo el cuerpo, y cuando vio a aquel hombre bajar del vehículo, toda su sangre bajó a sus pies.

Respiró hondo y frotó sus manos nerviosas en sus pantalones para secar el sudor que no paraba de brotar de ellas. Se paró frente a la puerta y, tras respirar profundo de nuevo, ésta se abrió, mostrándole a su marido.

Si JeongGuk no hubiese pasado los últimos años recordándolo con fervor y mirando su foto todos los días, no lo habría reconocido en ese momento.

Su cabello ya no era rubio y lacio, ahora era azabache y rizado, más largo que antes. Su piel morena que alguna vez fue tersa y suave, ahora tenía marcas y cicatrices. Su figura fornida había crecido aún más... tal vez... ¿se había vuelto más alto?... y aquel rostro que siempre lucía sereno y jovial se había transformado en uno endurecido e intimidante.

Traía unos pantalones de mezclilla y unas botas marrón de piel, junto con una playera blanca de algodón que le quedaba un poco ajustada, y la cual JeongGuk dedujo que en algún momento, antes de todos esos músculos crecidos, fue de su talla.

ㅡBienvenido a casa. ㅡJeongGuk se había propuesto cientos de veces no vacilar al hablar y hablar claro y fuerte para cuando su esposo volviera, mas se abofeteó mentalmente por no ser capaz de lograrlo y murmurar aquellas palabras con la misma vacilación de siempre.

Aunque al menos había logrado mirar a su esposo a la cara al darle la bienvenida.

TaeHyung no dijo nada, en cambio se quedó parado frente al castaño, mirándolo con esos ojos indescifrables y haciéndolo sentir mucho más pequeño de lo que era a su lado.

Lo miró por varios segundos, sin esforzarse por recordar cómo lucía la última vez que lo vio, pues JeongGuk, a diferencia de él, no había cambiado en lo absoluto. Parecía que se había mantenido congelado en el tiempo hasta el día de su llegada.

El mismo rostro angelical, el mismo cabello castaño, lacio y espeso, los mismos ojos centelleantes, la misma voz dulce, la misma contextura fina y delgada... la misma actitud.

A pesar de su repelencia a la personalidad hermética de su esposo, no podía exigirle que le hablara con cercanía cuando esa era la primera vez que se veían luego de dos años, antes de los cuales tampoco habían hablado mucho.

ㅡDebes tener hambre ㅡcontinuó JeongGuk, haciendo acopio de todo su valor para acercarse a TaeHyung y tomar la pequeña maleta que éste llevaba en la mano izquierda para ayudarlo con ella e ir a dejarla en la habitación ㅡ. Siéntate, por favor. Te serviré el almuerzo en un segundo.

Luego de decir eso, el menor voló hacia la habitación para dejar el equipaje de su esposo, usando dicha tarea como excusa para huir un poco de él y procesar el nerviosismo que le provocaba estar cerca suyo.

Tras respirar profundamente varias veces, regresó a la cocina y se encontró al moreno sentado en la pequeña mesa al centro del lugar, esperando su comida tal y como él le había dicho.

Rezando por que sus manos aún nerviosas no dejaran caer la cerámica, comenzó a servir la sopa cuidadosamente, entregándosela a su marido, teniendo un inminente deja vu de aquella incómoda cena que tuvieron en la casa de sus padres en la cual JeongGuk le sirvió el plato a TaeHyung por órdenes de los mismos.

Sin demorar más, JeongGuk sirvió también el arroz y los acompañamientos, acomodándolos frente a su esposo.

Cuando terminó con la tarea, JeongGuk se sentó justo frente a TaeHyung y se dedicó a acompañarlo mientras comía... todo en silencio.

Se preguntaba en dónde había quedado el hablador Kim TaeHyung que hacía lo posible para mantener una conversación con él. Ahora era JeongGuk quien sentía la necesidad de romper el silencio.

ㅡ¿Recibiste mis cartas? ㅡal no poder prolongar más la inevitable charla, JeongGuk comenzó.

ㅡSí. ㅡrespondió cortante, metiendo una cucharada de arroz en su boca.

ㅡ¿Las leíste? ㅡaunque vacilante y temeroso, debía continuar.

ㅡLo hice.

JeongGuk se tomó un instante para seguir, apretando sus dedos entrelazados sobre su regazo.

ㅡ¿Por qué... por qué no respondiste ninguna?

TaeHyung pausó su comida para mirar al chico frente a él, encontrándose con éste mirando hacia abajo, expectante.

ㅡNo creí que ninguna necesitara realmente una respuesta.

El coraje que JeongGuk había reunido durante tanto tiempo para tener esa charla con su esposo estaba desvaneciéndose con cada contestación desinteresada de éste.

ㅡComprendo que no hayas tenido respuesta para todas ellas, pero había una que de verdad necesitaba ser contestada.

Dos meses después de la partida de TaeHyung, los síntomas comenzaron a aparecer de a poco.

JeongGuk no tuvo que pensar mucho, sabía que estaba esperando un bebé de su esposo.

Las emociones eran confusas y a pesar del revuelo en su cabeza, JeongGuk tenía algo bien claro: quería a ese bebé. Lo esperaba con ansias porque su corazón se infló de amor al saberse embarazado de su marido.

Afortunadamente, estaba por graduarse de la universidad y podría pasar los meses más difíciles de su embarazo sin ninguna otra responsabilidad además de cuidar de su salud.

Llamó a su madre y le informó sobre lo que ocurría, y al poco tiempo sus padres aparecieron en su casa, casi tan contentos como él, abrazándolo y llenándolo de elogios y buenos deseos.

Todo parecía estar bien.

Hasta que una noche, luego de fuertes dolores en su abdomen, JeongGuk corrió al baño sólo para detenerse en seco al sentir sus piernas mojadas con un tibio líquido.

Al mirar hacia abajo, supo que su bebé ya no existía.

?????|?????????? ? ?????? ???????Donde viven las historias. Descúbrelo ahora