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15. Invitación

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Se viene la conversación con los suegros. Pobre James. ¿Será cierto que es una situación complicada?



En la mansión Potter, James estaba sentado en el amplio escritorio del estudio, rodeado de pergaminos, tinta y su lechuza, que lo observaba con curiosidad desde el respaldo de una silla cercana. A pesar de que la mansión era imponente y llena de vida, desde la ausencia de sus padres, James sentía que el lugar necesitaba algo más: risas, conversaciones y el bullicio de una familia reunida. Con esa idea en mente, decidió que era hora de invitar a los Black y a sus amigos más cercanos a una cena. No sería una cena formal, sino una oportunidad para estrechar lazos y compartir un momento de paz en medio de las tensiones que aún se respiraban en el mundo mágico.

—Bien, señorita lechuza, tenemos trabajo que hacer —dijo James con una sonrisa mientras tomaba una pluma.

Comenzó escribiendo la primera carta:

Estimada Señora Druella Black,
Espero que esta carta le encuentre bien. Sería un honor para mí recibirla a usted, al Señor Cygnus Black, y a sus hijas, Narcissa y Andrómeda, para una cena en la Mansión Potter mañana por la noche. Estoy seguro de que será una velada agradable para todos.

Con respeto,
James Potter


Sopló suavemente sobre la tinta para secarla y pasó a la siguiente carta, esta vez para Ted Tonks y su hija, Nymphadora:


Querido Ted,
Espero que tú y Nymphadora estén bien. Me encantaría que vinieran a cenar mañana por la noche en la Mansión Potter. Será una gran oportunidad para reunirnos y compartir una buena comida.

Un abrazo,
James Potter


Finalmente, escribió una carta para Sirius, Regulus y Barty:


Queridos Regulus y Barty,
Sé que recién se están acomodando en mi casa, pero no puedo permitir que pasen más tiempo sin una buena comida de tanto que se la pasan comiendo allá afuera o comiéndose entre ustedes. Están cordialmente invitados a cenar mañana por la noche en nuestra casa. Prometo que no será nada formal (a menos que Sirius decida traer un moño).
Nos vemos mañana,
James


Cuando terminó, enrolló las cartas con cuidado, las ató con cinta roja y se las entregó a su lechuza.

—Lleva estas cartas rápido, pero asegúrate de que todos las reciban. Y no te distraigas con ratones esta vez --La lechuza lanzó un leve ululato como si estuviera ofendida, tomó las cartas y salió volando por la ventana abierta. James se reclinó en la silla, sintiéndose satisfecho. Mañana sería un día especial, y estaba decidido a convertir su mansión en un hogar cálido y acogedor para todos aquellos que importaban en su vida.



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Narcissa caminaba de un lado a otro en su habitación, mirando el armario abierto como si esperara que una prenda mágica apareciera por sí sola. Una hora era todo lo que quedaba antes de que la cena comenzara en la Mansión Potter, y aunque parecía una ocasión especial, Narcissa no estaba acostumbrada a las cenas sin la presión de las estrictas tradiciones familiares. Sin embargo, en esta ocasión, la incertidumbre no se debía a los formalismos, sino a un nudo en su estómago provocado por los recientes cambios en su vida.

—Narcissa, ¿por qué no te pruebas este vestido azul? Te quedará perfecto con esos ojos tan... —Andrómeda se interrumpió al ver la expresión de su hermana—. Te quedará perfecto, punto --sostenía un vestido de seda azul marino con detalles plateados en el dobladillo, uno que Narcissa nunca había considerado, pero que parecía estar hecho para ella. Sin embargo, ella no estaba tan segura.

—No sé, Andrómeda. ¿Y si parece demasiado...? No sé, ¿llamativo?— replicó, aún indecisa mientras observaba el vestido. Druella, que había estado organizando algunos otros detalles para la velada, entró en la habitación con una sonrisa comprensiva.

— cissa, querida, no tienes que preocuparte por parecer "demasiado". James está esperando que llegues, y estoy segura de que apreciará que te veas... como tú misma --Narcissa miró a su madre, tomando en cuenta sus palabras. Druella, siempre tan tranquila y segura, tenía una manera de hacer que las situaciones parecieran mucho más sencillas de lo que realmente eran. Sin embargo, a Narcissa le seguía preocupando la idea de encajar en ese entorno tan diferente al que estaba acostumbrada.

—Es que no quiero... no quiero ser el centro de atención. No estoy acostumbrada a... a este tipo de cenas—dijo, mientras se tocaba distraídamente el cabello. Andrómeda sonrió con complicidad.

—Lo sé, querida. Pero ese es precisamente el punto. Este no es un evento formal, ni un evento para las expectativas de la familia Black. Es para relajarse, disfrutar, y... dejar de lado las reglas un rato. Druella asintió, acercándose a su hija para ajustar el collar que llevaba puesto.

—Narcissa, los tiempos están cambiando, y tú también. Te lo digo como madre, es hora de que te permitas disfrutar un poco de la vida. Si alguien te juzga por cómo te ves o actúas, no importa. Nadie más que tú decide lo que quieres ser.

Narcissa la miró, sintiendo una ligera ola de alivio en su pecho. Quizás no todo tenía que ser tan complicado. Tal vez, solo tal vez, podría disfrutar de este momento sin tantas preocupaciones. Finalmente, miró el vestido azul y, con un suspiro, decidió probarlo. Andrómeda le ayudó a ponérselo, y cuando Narcissa se miró en el espejo, se dio cuenta de que no estaba tan mal. La tela caía suavemente, y el azul resaltaba sus ojos. Parecía casi como un reflejo de lo que ella quería ser: una mezcla de sofisticación y libertad.

—¿Qué opinas?— preguntó Narcissa, volviéndose hacia su madre y hermana, que la observaban con sonrisas satisfechas.

—¡Estás deslumbrante!— exclamó Andrómeda, sonriendo.

—Perfecta, mi querida. Estás lista para una noche maravillosa— agregó Druella, con una mirada llena de orgullo y amor.

Narcissa se sintió un poco más tranquila, y una pequeña chispa de emoción comenzó a encenderse en su interior. Mientras su madre y hermana continuaban con los detalles finales, ella se tomó un momento para respirar profundo. Quizás esta noche sería diferente. Quizás, por primera vez, podría dejar atrás el peso de las expectativas y disfrutar del momento.

—Vamos a hacer una gran entrada— dijo, con una sonrisa que, por primera vez en mucho tiempo, no era una sombra de duda.






Como le va a pedir James el noviazgo a Narcissa:

A) Con flores y chocolates.

B) Haciendo el ridículo.

C) Con mariachis (serenata) y con algo especial.

D) Todas las alternativas son correctas.

MASQUERADE  -N.MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora