La niña rió suavemente, respondiendo al contacto con una pequeña sacudida de sus manitas.
El ambiente tenía un aire calmado, cálido, con las feromonas del alfa y el omega mezclándose sutilmente en el aire.
Gi-Hun se sorprendió al notar que su humor estaba más relajado. Comparado con cómo se sentía hace algunos meses...
—Mañana podemos salir a ver el mar —menciona In-Ho, tomando un sorbo de su café — Se lo consulté al médico. Aunque So-Won tenga solo tres meses, podemos sacarla un rato, siempre que no la expongamos demasiado para evitar que se enferme.
—Si el médico ha dicho que no hay problema, entonces bien —respondió Gi-Hun, y sus hombros, inconscientemente, se relajaron un poco.
Por un momento, bajo esa luz artificial que nunca cambiaba, con el eco de las risas de So-Won y el sabor dulce del pastel en su boca, un sentimiento cálido y nostálgico volvió a instalarse en su pecho.
...
Las noches también eran diferentes. Cuando las luces principales se atenuaban y la sala se sumía en una penumbra grisácea, Gi-Hun estaba acostado en la cama, con las manos cruzadas sobre el pecho, escuchando el leve zumbido del ventilador oculto en el techo. In-Ho entró sin hacer ruido, dejando una caja pequeña sobre la mesa junto a la cama.
—Le hice algo a So-Won —murmuró In-Ho, casi en un susurro— Un móvil con figuras de madera. Para que tenga algo bonito que mirar cuando despierte.
Intrigado, Gi-Hun giró la cabeza hacia la caja y, al abrirla, encontró pequeñas estrellas y lunas talladas con esmero, colgando de hilos finos.
—¿Tú lo hiciste? —preguntó, sorprendido.
In-Ho esbozó una leve sonrisa y, en lugar de responder, se acercó con naturalidad, ajustando la manta sobre los hombros de Gi-Hun con cuidado.
—A pesar de que haya activado la calefacción, igual quiero que te mantengas abrigado —murmuró, sus dedos demorándose un segundo más de lo necesario — El invierno se acerca y no quiero que te enfermes. Gi-Hun cerró los ojos, sintiendo el peso de esas palabras y el calor residual del toque.
Cuando In-Ho se alejó para colgar el móvil sobre la cuna, el leve tintineo de las figuras de madera llenó el silencio. Era un sonido dulce, casi hipnótico, y Gi-Hun se durmió con él, sin notar cómo las feromonas de In-Ho se filtraban en el aire, envolviéndolo poco a poco.
Con el paso de los días, aquella rutina silenciosa era ahora su nueva realidad. Gi-Hun ya no se sobresaltaba cuando In-Ho se sentaba a su lado, ni cuestionaba los pequeños regalos, tanto para él o como para So-won, que aparecían cada mañana sin previo aviso.
Pero cuando In-Ho se ausentaba por un par de días, el vacío que dejaba era difícil de conciliar. So-Won lloraba más de lo habitual, inquieta sin las feromonas del alfa, y Gi-Hun sentía un frío extraño, como si las paredes grises se cerraran poco a poco a su alrededor, asfixiándolo. Su lado omega le recordaba, con insistencia, lo que significaba estar realmente solo.
La noche en que In-Ho regresó con un rostro preocupado, trajo una caja con un sonajero nuevo para So-Won, Gi-Hun no dijo nada. Solo lo observó desde la puerta de la recámara mientras el alfa se agachaba para jugar con la niña, su risa llenando el espacio con una calidez reconfortante.
Entonces, In-Ho levantó la mirada y le tendió una mano, invitándolo para que se uniera.
Gi-Hun vaciló, pero al final dio un paso adelante. Y en ese instante, el suelo bajo sus pies pareció volverse más firme, más seguro.

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Mi Variable Faltante - Inho x Gihun | 001x456 | Inhun
Fanfiction"Te tengo tanto miedo...Pero la soledad fue tan dolorosa, que terminé esperándote. Tú me hiciste así!" ?? ?Qué estaba dispuesto a hacer In-ho para que Gi-hun nunca escapara de su lado? ?Chantajes? ?Romper su orgullo hasta dejarlo en pedazos? ?Aislar...
10. Mi enemigo más querido
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