La noche había caído suavemente sobre la casa, envolviendo todo en una atmósfera cálida y tranquila. Luego de un día lleno de trabajo en Soul and Bass, todos estaban agotados, pero felices. Como ya era costumbre, terminaron reunidos en el jardín de la casa, cerca de la piscina iluminada con luces suaves que reflejaban el cielo estrellado.
Había risas, anécdotas del día y uno que otro bostezo que anunciaba que el sueño ya empezaba a llegarles. Uno por uno, se fueron despidiendo, con abrazos flojitos y miradas somnolientas. Irma y Vanesa fueron las primeras en irse a sus habitaciones, seguidas por Axel, Drama y Pite.
Erick y Charly seguían sentados en una de las esquinas del jardín, hablando bajito, mientras Yeimy todavía estaba en una tumbona, disfrutando de la brisa con los ojos medio cerrados.
-Mi amor, ya es tarde -le dijo Yeimy a Charly mientras se levantaba con pereza-. Vámonos a dormir, que mañana también va a estar movido.
Charly le sonrió con esa mirada cómplice que solo él podía tener con ella.
-Ve tú primero, princesa. Ahorita subimos. Erick y yo todavía no tenemos sueño.
Yeimy los miró con una ceja alzada, sospechando algo, pero estaba tan cansada que no quiso indagar demasiado.
-Bueno... no se queden hasta tarde. Y no hagan desorden -les advirtió medio sonriendo, antes de darle un beso en los labios a Charly y otro a Erick en la frente.
-Descansa, mamá-le dijo Erick con ternura.
Cuando ella desapareció por la puerta de vidrio que conectaba con la sala, Charly se giró de inmediato hacia su hijo con una sonrisa traviesa.
-Erick, mañana va a ser un día especial... y no podemos fallar. ¿Todo listo?
-Todo bajo control -dijo Erick, sacando su celular para repasar las notas que había tomado-. El desayuno, las flores, el video con los mensajes, la serenata... todo está organizado.
-Uy, va a llorar como nunca -dijo Charly, entre orgulloso y emocionado-. Pero se lo merece, ¿cierto?
-Mucho más que eso, pa -respondió Erick con firmeza-. Mi mamá ha hecho todo por esta familia. Es el momento de devolverle aunque sea un poquito.
Charly se quedó un momento en silencio, mirando hacia la casa donde ella ya debía estar cambiándose. Su rostro se suavizó y su voz salió más baja, cargada de amor:
-Es que esa mujer es el corazón de todo esto. Si ella no estuviera... no existiríamos así como somos. Lo mínimo que merece es sentirse la reina de este hogar.
-La reina del flow... y de nuestras vidas -agregó Erick con una sonrisa.
Ambos rieron bajito y luego se pusieron manos a la obra. Era hora de dejar todo listo antes de que amaneciera.
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La casa estaba completamente en silencio. Apenas se oía el leve zumbido de los ventiladores y del canto de los grillos en el jardín. Charly subió despacio, con paso ligero, para no despertar a nadie. Se asomó con cuidado al cuarto donde dormía Yeimy y sonrió al verla profundamente dormida, abrazada a una almohada, con el cabello revuelto y una sonrisa tranquila en el rostro.
Bajó la voz y le susurró por la radio a Erick:
-Está completamente profunda. No se va a levantar hasta mañana con ese sueño tan profundo.
-Perfecto -respondió Erick desde la sala mientras inflaba el primer globo rosa-. Ya confirmé con Irma y con Vane, todos están roncando. Drama y Axel también. Podemos trabajar tranquilos.
Charly bajó con paso ágil, y sin perder tiempo, padre e hijo se pusieron manos a la obra. Los globos empezaron a tomar forma, llenando poco a poco la sala de tonos rosados, blancos y plateados. Cada globo que flotaba llevaba un pedacito del amor que le tenían a Yeimy.
