Like us (HARRY STYLES) [2temp. Ly]

Me remuevo entre las sabanas, abro los ojos y los cierro nuevamente. Vuelvo a abrirlos desconcertado y no hacen falta unos segundos para darme cuenta en donde estoy. La cama está vacía a mi lado y puedo escuchar su voz en el pasillo. Frunzo el ceño y me levanto apoyando mi espalda contra el respaldar.

—Estoy segura de que van a entenderlo. —Ella dice y habla luego de unos segundos—. Solo, no sé. Llamaré y ofreceré disculpas, realmente es mi problema. Lo siento mucho. —ella explica—. Te hablo luego, entonces.

Ella entra en la habitación y se me hace imposible no sonreír al verla. Ella ha recogido mi camiseta y la lleva puesta ahora. Sus piernas son perfectamente expuestas a mis ojos y me muevo entre las sabanas. Ella me mira por un segundo y luego a parta su mirada caminando al otro lado de la habitación. Deja el teléfono en la mesa y cruza sus brazos mirándome finalmente.

—He perdido mi vuelo. —cuenta y la sonrisa abandona mis labios.

Empujo mi cabello hacia atrás y una sonrisa de molestia quiere escaparse de mis labios. El hecho de que hayamos estado juntos no quería decir nada, al menos para ella. Abigail iba a casarse y el que yo estuviera aquí no iba a cambiar ninguno de sus próximos pasos. Ella tenía su vida casi resuelta ahora y por un simple amor de universidad, ella no iba a arruinar todo.

Ella ha traído mi ropa hasta arriba, la observo en la mesa a un lado de la cama y me inclino a levantarme para comenzar a vestirme. La miro cuando estoy completamente vestido a excepción de mi camiseta, porque la tiene.

—Lamento eso. —digo y miro fijamente a sus ojos. Ella ha estado llorando.

—No es tu culpa. —ella niega y evita mis ojos.

—Te obligaría a quedarte con ella pero tengo que irme, vestido. —señalo la camiseta en su cuerpo.

— ¿Vas a irte ahora? —me mira y muerde su labio, nerviosa.

—Si. —asiento pero no quiero—. Lamento que hayas perdido tu vuelo. Tu quizá puedes conseguir uno y pasar algunos días con tu prometido y su familia. —me encojo de hombros.

—Harry... —ella da un suspiro—. Supongo que maduramos.

La miro por un segundo. Estoy realmente enojado con ella, estoy seguro de que ambos hemos madurado lo suficiente sin embargo su manera de decírmelo es lo que realmente me pone molesto.

—Lo tengo claro. —asiento y me rio—. He madurado y creo que tú también sin embargo no podemos hacer esto. Tú vas a casarte pronto y yo no quiero ser tu cogeamigo. —me rio por la elección de palabras—. Lo siento si tú quizá piensas que podemos ser eso pero por mi parte, yo no quiero serlo. Te lo aseguro.

El cosquilleo caliente recorre mi mejilla cuando ella la golpea con tanta fuerza hasta hacer voltear mi rostro. Está bien, he elegido las palabras incorrectas y soy consciente de ello.

—No quería decirlo de esa manera...

—Pero lo has hecho. —ella reprende interrumpiéndome.

— ¿Crees que no es difícil para mí? —la miro—. Incluso creí que era difícil para ti. —me rio—. Estar prácticamente por años alejado de ti y que vuelva y verte y darme cuenta de que sigo estúpidamente enamorado de ti, Abigail. —presiono mis labios y empujo mi cabello atrás—. Me amas pero ni siquiera sé si lo haces de verdad, es completamente frustrante para mí. Renuncie a ti en busca de alguien que podría amar, amo a Cassie por la excelente persona que ella es pero no la amo para algo más, no como te amo a ti. —respiro profundo.

Ella comienza a sacar la camiseta de su cuerpo quedando completamente desnuda frente a mí. Es una gran distracción lo sé, ella quiere que me vaya y aunque me duele su decisión sé que tengo que darle tiempo si ella quiere estar conmigo y si ella quiere seguir con su vida, debo alejarme de ella. Empujo la camiseta por encima de mi cabeza y la miro.

—Te amo, Abbie. —le recuerdo una vez más—. Pero no estaré aquí mientras no tomes una buena decisión. Estas matándome haciendo todo esto y no quiero que juegues conmigo, no así.

Presiono mis labios en una agria sonrisa y salgo de la habitación. En la mesa que adorna el pasillo reposa su maldito anillo. Quiero tomarlo y hacerlo añicos ahora mismo sin embargo camino hasta la entrada y me retiro de esta casa.

***

Entro a la cafetería por algo de desayuno. Sé que aún tengo tiempo para conseguir algo y me siento en una mesa bastante alejada. El chico que atiende me trae un emparedado y detrás de él puedo ver una sonrisa, bastante bonita.

—Harry. —Ella me mira y sonrío por inercia—. ¿Puedo sentarme?

—Si. Está bien. —acepto y me sorprendo cuando ella toma asiento a mi lado y no en frente.

Su largo cabello va recogido en un moño y sus rostro se ve radiante puedo asegurar en comparación al mío. Sus labios van pintados de rosa y su ropa es bastante fresca.

— ¿Cómo estás? —finalmente pregunto.

—Estoy bien. Gracias. —sonríe—. ¿Cómo estas, tu?

—Yo. —la miro—. Estoy bien. —asiento no muy convencido.

—Tenía mucho tiempo que no te veía. —me dice—. Ya sabes, después.

—Si. Lo siento pero creí que necesitabas espacio. —soy sincero.

—Gracias, en serio. —ella sonríe.

La miro por un segundo más. Dejo mí emparedado casi entero cuando ella da un sorbo a su taza de café. Ella me mira y arruga su nariz con una sonrisa. La preciosa mujer frente a mi codea mi hombro y enarca las cejas a petición de mi expectante mirada.

—Entonces...

—Conocí a alguien. —Me dice y sus mejillas se ponen rojas—. Quería contártelo.

— ¿En serio? —Frunzo el ceño—. ¿Y qué tal? ¿Cómo va?

—Sabes que no me gusta apresurarme. —Ella se encoge de hombros—. Pero creo que nos estamos llevando bastante bien.

—En serio estoy muy feliz por ti. —admito y sonrío.

— ¿y tú? ¿Qué pasa con Abigail? —me mira fijamente.

—Nada. —me encojo de hombros.

—Nada como que... ¿no estas con ella?

—No. —niego tranquilo.

—Entonces ella va a casarse pronto. —ella hace una mueca.

—Si. Supongo que sí.

—Lo siento, Harry.

—No, está bien. —sonrío—. Ella será feliz y yo también después. Espero que sí.

—Sé que sí. —ella asiente—. Estoy segura de que encontraras a alguien muy genial pero es mejor que estés solo por este tiempo. Piensa y reflexiona, para ti. —Jala mi oreja—. Supongo que se han visto.

—Si, en varias ocasiones. —digo y evito hablar sobre lo de hoy.

—Ella solo esta confundida. —entrelaza su mano a la mía—. Si quiere estar contigo dale tiempo.

—Eso intento. —Hago una mueca—. No cuando estoy viéndola por mucho tiempo.

—Ella te ama. Estoy segura de eso. —dice y la miro por un segundo.

Me rio y paso mi brazo por encima de sus brazos atrayéndola a mí. Ella era lo más cercano a una buena amiga que tenía. Sé que ella metería la mano al fuego por mí y haría cualquier cosa por verme feliz y estoy seguro de que yo haría lo mismo.

—Gracias, Cassie. —Deposito un suave beso en su cabeza—. Te amo tanto.

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